TaeHyung abrió los ojos. Sentía una calor agobiante, pero el escalofrío que lo recorrió entero le hizo sentir desnudo. Su cabeza dolía, no dejaba de punzar. Sentía muchas náuseas y no podía ver claramente. Una sombra estaba frente a él, inmóvil.

Quiso llamar a sus hyungs, pero no pudo, puesto que tenía algo cubriendo su boca. ¿Una mordaza? Algo le impedía hablar, así que ni siquiera se molestó en hacer algún sonido. Después de todo, estaba en una situación peligrosa y desconocida.

Se sentía inevitablemente asustado, pero estaba haciendo lo posible por no llorar.

--- Sé que eres inteligente, pero bajaste la guardia porque estabas con tus amigos--- se burló alguien. TaeHyung percibió aquella voz que venía desde la sombra frente a él, casi que haciéndolo gritar por la sorpresa--- no tengas miedo--- se apresuró a decir mientras se sentaba al lado--- tengo algo para ti...--- murmuró contra su oreja.

Iba a llorar. ¿Por qué no se dió cuenta antes de que había algo raro? Quería ver a JungKook.

--- Tu estúpido novio tiene algo que es mío. ¿No debería de cuidarte más? Teniendo tantos enemigos...--- deslizó su mano por el torso desnudo del más joven, quien se encogió en su lugar y pareció negar con un sonido--- cierto, aún no puedes verme--- se burló antes de alejarse. Por el ruido, parecía estar buscando algo--- fue muy fácil seguir tu rastro y drogarte.

El castaño intentó moverse, mas algo apretaba sus manos y piernas. Estaba atrapado, atado sobre una cama. No sentir su ropa era tan inquietante, que se quedó congelado, presa del pánico. Su respiración se aceleró. Nada iba a terminar bien, y por ello se sentía culpable. Si él hubiera puesto más atención... Si tan sólo hubiera aceptado el acompañante que su novio sugería... Nada de eso estaría pasando.

--- Shhh, tranquilo, Tae...--- lo consoló el otro tipo. Era un demente--- Soy Kim NamJoon. Ha pasado un tiempo, ¿No lo crees?--- preguntó casualmente, como si estuviera burlándose de la situación en la que, el temporalmente ciego, se encontraba--- hagamos un trato. Verás que todo saldrá bien--- aseguró el lunático mientras tomaba la cabeza del menor para levantarla y comenzar a quitarle el trapo de la boca--- no importa cuánto grites. Nadie puede escucharte aquí--- advirtió.

Al fin un poco más libre, TaeHyung respiró agitado, sabía que debía de calmarse, pero estaba muy asustado. Por más que intentara pensar positivamente, no podía. Kim NamJoon, aquel al que su novio odiaba, lo tenía secuestrado. Aquel que no le dió buena espina el día que lo conoció.

--- Te dejaré libre a ti y a tus amigos si sigues mis órdenes--- habló el mayor. Parecía serio, así que el universitario debía de aprovechar la oferta inteligentemente--- pero, si te niegas, mataré a tus amigos, a tu familia, a tu novio y por último a ti.

Entonces TaeHyung se echó a llorar, porque lo creyó capaz y porque se dió cuenta que la situación era peor de lo que creía. Porque ese tipo no parecía cuerdo. ¿Se daba cuenta de lo que estaba diciendo?

--- Shhh... hablando nos entenderemos.

JungKook se sentía extraño

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JungKook se sentía extraño. No podía alejar el mal presentimiento desí mismo. ¿Quizás estaba siendo muy paranoico porque su prometido se había ido por primera vez solo con sus amigos? No. Definitivamente no podía bajar la guardia. ¡TaeHyung sería el dueño de Dal-Lux cuando se casaran! Ambos corrían peligro todo el tiempo. Debían de ser conscientes de que no había únicamente personas buenas en el mundo y que eran pocos en los que se debía de confiar realmente.

Justo cuando pensaba en llamarle al amor de su vida, el sonido de mensajes entrantes en su smartphone se hizo presente. 

Con sus manos temblando y alguna que otra uña destrozada de tanto morderlas, oprimió el botón de "abrir" mientras sentía cómo su corazón se detenía poco a poco. Sudando frío, el presidente comenzó a reproducir los videos que aparecían en el chat, sin ningún orden en específico, tan solo miraba con una enorme sensación de enojo e impotencia cada escena mostrada.

Podía reconocer esa dulce voz a la perfección, esos delicados gemidos que solía escuchar en su día a día cuando estaban juntos. Su delgada cintura, sus muslos gruesos, aquellos esponjosos glúteos y su tersa piel acanelada.

Lo conocía tan bien que en cuanto vió una imagen, supo que era el amor de su vida teniendo sexo con su primo. Y sí, le dolía. El estúpido ese sabía exactamente lo que debía de hacer para molestarlo. Sin embargo, lo que ese idiota no sabía era que había logrado reconocer el estado en el que estaba TaeHyung. No estaba siendo él mismo en la cama. Permanecía inmóvil, tan solo dejándose hacer como si fuera alguna clase de marioneta.

Ese bastardo le había hecho algo a su osito y se iba a arrepentir.

--- Jodido... Jodido NamJoon.

Soltó el celular y cubrió su rostro, maldiciendo miles de veces a la persona que se había atrevido a hacer algo como eso. A quien se había metido con él de la peor manera posible.

No podía creerlo del todo, pero aún así se levantó y se acercó hasta el enorme ventanal frente a él. El sol aún no salía, pero las luces artificiales lo acompañaban entre las penumbras. Tenía que aceptar lo sucedido y, sobretodo, recordarse a sí mismo que eso no era algo que su prometido habría querido. ¡Su primo se había aprovechado de él! Era un desgraciado...

Se sentía débil. Varias de sus emociones chocaban unas contra otras, como si quisieran sobresalir cada una por su lado.

Nuevamente, el sonido de un mensaje entrante le avisó que el maldito de su primo había hecho una movida, puesto que se negaba a creer que su novio le dijera algo como eso.

"Ya no quiero estar contigo..."

"Tenemos que terminar. Tonto."

Escribió el otro, provocando que la sangre del presidente hirviera. La rabia lo recorría entero. No podía más. Iría a buscarlo para darle la paliza de su vida a Kim NamJoon y encarcelarlo. Había llegado demasiado lejos.

"Por cierto. Lo disfrutamos mucho. Creo que lo repetiremos varias veces de ahora en adelante"

Eso era todo. Nada estaba bien. Estaba preocupado, enojado, triste. Necesitaba ir por el amor de su vida.

El azabache por impulso iba a arrojar el celular, sin embargo, los mensajes que tanto había esperado ya estaban entre sus manos. Como siempre, Jeon JungKook era un hombre de actuar rápido.

El hombre al que había enviado para rastrear a su novio y a sus amigos ya había dado con ellos. Ahora solo faltaba ir a por ellos con las pruebas suficientes de los abusos por parte del psicópata.

--- Te voy a matar, Kim NamJoon...

Sugar, but not your baby (KookTae)Where stories live. Discover now