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Los días parecían ir cada vez más rápidos, faltaba una semana para poder ir a la apertura del parque de diversiones y Taemin ya quería que llegara.

Últimamente con Minho y Jonghyun distraídos, gracias a los entrenamientos, no les daba ni tiempo de fastidiarlos y era perfecto, sus días eran más normales.

Ya iba una semana de tranquilidad.

Taemin incluso asistía a los entrenamientos y siempre lograba ver a Minho sin que estuvieran burlándose de él. Algunas veces podía jurar que el azabache lo observaba de reojo, pero estaba tan concentrado en vigilar que no estuviera constantemente cerca de Tiffany, que no pudo estar del todo seguro.

De vez en cuando, en medio de las prácticas, ellos se daban castos besos en los labios. Claro que Taemin rechinaba los dientes cada vez que los veía, pero después la chica tenía que seguir con las animadoras, y duraban casi toda la tarde separados.

Hoy se encontraba nuevamente observándolo. Había quedado un poco traumado desde la última vez que estuvo en la gradas y por ello procuró estar toda la hora pendiente del balón y a donde lo lanzaban.

Después, los deportistas se estaban vistiendo, tuvo que esperar a Krystal fuera de los vestuarios. Estaba tardando mucho.

De la nada la puerta del vestuario contrario se abrió, mostrando a un enojado Minho que llevaba nada más que una camisa de tirantes y unos jeans rotos, su cabello estaba mojado y olía a fresa.

Taemin tuvo que echarse hacia atrás, ya que el azabache había lanzado una toalla al suelo, y al parecer aún no la había visto.

— ¡Maldita pelirroja! — dijo en un pequeño murmullo, pero no lo suficientemente bajo cómo para que lo escucharan. Apretaba los dientes y se frotaba las manos.

En verdad estaba increíblemente sexy y tierno ¿Cómo eso era posible? Pronto la mirada chocolate se posó en él y abrió los ojos, seguidamente frunció el ceño ya que no se encontraba de ánimos para el pelirrojo.

— ¿Qué mierda miras? — le dijo muy bruscamente.

Taemin volvió a la realidad, al ver su rostro vio sus labios y recordó el besuqueo de Minho con su novia. Apretó las manos y se acercó al azabache.

Minho, un poco desorientado, se alejó unos cuantos pasos.

— ¿Qué te pasa? — acusó Minho, prácticamente fulminándolo con la mirada.

— ¿Peleaste con Krystal, cierto? — preguntó más cerca de lo que planeaba.

Minho volvió a retroceder y Taemin avanzó un paso más.

— ¿Qué te importa si peleé con esa guarra? Igual, es su culpa, por no parar de joder. — dijo apoyándose de los casilleros a sus espaldas. El pelirrojo estaba muy cerca.

— Ella no es una guarra, no te confundas contigo mismo. — espetó acercándose aún más y acorralando al azabache contra la pared. — Más te vale que no le hayas hecho nada.

— Awww ¿Por qué? ¿Es tu novia? — preguntó con un tono adorable completamente falso, la última palabra la soltó con una amargura palpable.

Taemin perdió la compostura, por un momento parpadeó confundido, y alejó su rostro del azabache.

— ¿Novia? Para nada, es una de mis mejores amigas. — aclaró y casi pudo ver cómo la mirada de Minho se alejó levemente, sería su imaginación. — Por eso no quiero que chicos como tú la molesten, me enferman.

— ¿Enfermarte? Si soy uno de los chicos más deseados del colegio, te quedas patético. — rodó los ojos y alzó la barbilla con superioridad.

— Pues ya veo, tu querida novia lo demuestra comiéndote la boca todos los días. — dijo y observó la sonrisa burlona de Minho que le estaba provocando una seria irritabilidad. — ¿Qué te pasa? ¿Por qué sonríes?

— ¿Te molesta, no? — preguntó, insinuante, y Taemin parpadeó.

— Qué tontería es esa.

— Por favor, si siempre no estás mirando. Qué desagradable, ¿acaso estás enamorado de mí o algo? Esa sería la única explicación, de porqué nunca me puedes quitar los ojos de encima. — dijo con una mirada burlona y un tono venenoso.

Taemin sintió su corazón acelerarse, pero la indignación se apoderó de cada fibra de su cuerpo, y observó al azabache con tanto odio que el rostro de Minho se mostró ligeramente conmocionado. La intensa mirada color miel lograba intimidarlo un poco.

— ¿Enamorado? ¿Yo? ¿De ti? ¡Ja! — soltó Taemin con una risotada falsa y se alejó del chico unos centímetros, mirando fijamente sus ojos nuevamente. —Nunca en mi vida podría fijarme en alguien tan jodido como tú. Primero seguro besaría a tu amigo, Suho, antes que a ti. — Sonrió mordazmente, aunque no era del todo cierto lo que decía. Tomó una posición confiada para agregar lo siguiente:

— Además, no me gustan los altos. — dijo eso último alejándose de él como si tuviese una enfermedad contagiosa, observó el rostro enojado de Minho y sus ojos húmedos.

¿Eran lágrimas? Imposible. Ver a alguien tan grande y masculino llorar, es algo poco común.

— Que suerte, ya me estaba preocupando de tener a un perdedor babeando por mí. Ya es suficiente con el resto de la escuela, fenómeno. — dijo acomodándose la mochila en el hombro, aunque ahora su voz se escuchaba ahogaba, y fue tanto así, que su rostro cambió momentáneamente. Taemin empezó a sentir un gran dolor en el pecho y sin pensar qué hacer intentó acercarse, pero Minho se alejó de él. — Haz un favor con tu vida, vete a otro país y simplemente desaparece. — se dio la vuelta y se fue por el pasillo.

Taemin seguía inmóvil en su lugar con una punzada dolorosa en el pecho, pero sus palabras fueron muy hirientes cómo para hacerlo quedarse en su sitio y no ir corriendo a besarlo hasta quedarse sin aire en los pulmones. Oh. Eso era nuevo. En ese momento, que lo había visto tan vulnerable y con los ojos húmedos, había sentido unas ganas increíbles de besarlo. Que mierda, cada vez empeoraba más. 

Rivales.Where stories live. Discover now