Ciego en un cuarto oscuro

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Las veces que había sentido tal nivel de sorpresa y emoción combinadas eran muy pocas, tal vez esta era la primera en su vida que realmente le dejó los ojos abiertos de par en par.

Sólo estaba vigilando el área como Dazai le ordenó, mirando para todos lados y cuidando las calles junto a su odioso compañero. Ya tenía indicaciones específicas, no era nada del otro mundo y sería pan comido, hasta Atsushi podría hacerlo por cuenta propia.

Fue tranquilidad hasta que se le ocurrió mirar el cielo despejado, bueno, despejado a medias si contamos al mafioso que voló sobre él.

Literalmente fue capaz de ver su alma salir por su boca, con sus sentimientos atorados y revueltos en su pecho intentando expresarse con palabras, lo cual no consiguió, pero en su lugar una pequeña sonrisa apareció en su rostro.

- ¿Por qué te quedas ahí sin...?- Quizo recriminar Atsushi - Espera, ¿estás... sonriendo?

- Si, lo hago- Respondió sin rodeos, aún con la expresión de alegría - Hay que regresar a la Sede, nuestro trabajo ya terminó

- ¿No iremos por Chuuya-san?- Volvió a preguntar, sin despegar su vista del contrario

- No, estoy seguro de que estará bien- Aseguró el mafioso, empezando a caminar junto con el albino, quien dio una última mirada hacia atrás y también sonrió ligeramente

No eran los únicos con una extraña sensación de conformidad en el pecho, porque no eran los únicos que realmente querían un mejor futuro para el pelirrojo. Por su parte, Kouyou y Mori se sintieron orgullosos aunque no lo demostraran, después de todo, ellos habían visto de lo que era capaz semejante ejecutivo con tales capacidades.

Fuera de que posiblemente esto se les iba a salir de control, aún seguían viendo la carta que Hirotsu les trajo. Eran palabras escritas y firmadas por Chuuya, prometiendo y jurando en en nombre de su sombrero que volvería para solucionar las cosas.

Eran creyentes en su palabra, iba a regresar y tenía que regresar. Confiaban en él, estaban completamente seguros y sin lugar a dudas de que, si fue capaz de realizar un plan como ese, también sería capaz de darle la cara a los problemas que tendrían sus acciones como consecuencia.

- Dazai, pareces un ciego en un cuarto oscuro intentando encontrar un gato negro- Se burló Ranpo, pasándole un vaso con agua y una aspirina - ¿Le digo a Yosano que te haga un examen médico?

- No hace falta- Contestó para después beber toda el agua de un solo trago - Estoy... pensado en que hacer ahora que... agh, en serio metí la pata hasta el fondo

- Bueno, supongo ahora deberías pensar en un buen acuerdo en el cual todos nos quedemos tranquilos- Agregó Kunikida regresando de la búsqueda - A estas alturas ya no puedes negarte

- Kunikida tiene razón, sólo te queda aceptar la situación y darle parte de tu apoyo a Nakahara- Dijo Yosano, conformando el pequeño grupo de los adultos en la mesa - Luego podríamos ayudarte a interrogar a la rata, todavía no sabemos que clase de mañas pueda tener

- Si le gusta la pizza con piña yo lo mato con mis propias manos- Mencionó el detective con profundo odio escondido en sus palabras

- Aquí el único muerto serás tú si no te retractas de tus palabras- Amenazó la doctora, empezando otra guerra

Dazai suspiró cansado y aliviado al mismo tiempo, sus amigos tenían razón y las circunstancias ya no eran de su incumbencia. Dejaría todo en manos de Ango hasta que Chuuya regresara, y cuando lo hiciera, esperaría con toda la paciencia del mundo a que diera sus explicaciones, daría su opinión y llegarían a un buen acuerdo donde todos ganaran.

Kiss Me // FyoyaOpowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz