Creo que soy inestable

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Estaba más preocupada que nerviosa, contaba los minutos e incluso los segundos, esperando a que su visita llegara. Su método para intentar quitarse el estrés de encima era jugar con las mangas de su kimono, pero no parecía funcionar esta vez.

- Adelante- Dijo permitiendo que Chuuya pasara a su oficina - Cariño, hablemos un poco ¿está bien?

- Wow, apenas llegué y ya estás ansiosa, ¿fue una semana pesada, necesitas ayuda con algo?- Cuestionó quitando su sombrero debido a la confianza que se tenían

- Chuuya, toma asiento por favor...

Su semblante serio y el ligero cambio en su tono de voz le causaron escalofríos. No había visto a Kouyou en un par de días desde el incidente de la granada, así que suponía que sólo se sentía angustiada.

- Anne-san ¿te sientes bien?- Preguntó de repente - Puedo pedirte un té de jengibre para que... ¿qué haces?

- ¿Puedes responderme con la verdad? Es importante para mí que tú estés bien, esto no se trata de una charla cualquiera, ¿me puedes prometer eso?

Sudó frío por aquello, ya tenía una idea de la clase de cuestionamientos que haría. Fyodor le había advertido de algo así desde hace tiempo, y aunque le llamó exagerado en su momento, ahora comprendía que sólo quería cuidarlo.

Quizás Ozaki también quería lo mismo, saber que tu protegido se ha estado viendo con el enemigo más grande de la ciudad pondría histérico a cualquiera.

- Si, puedo hacerlo- Contestó terminado con su pequeño ataque de pánico - ¿De qué se trata?

La mujer se levantó de su lugar, pasando a su lado y rebuscando algo entre uno de sus gabinetes. Era un sobre color blanco, ya abierto y un poco maltratado. De ahí, Kouyou sacó lo que parecían ser varias fotografías.

Se permitió a sí mismo desviar la mirada, derrotado y sabiendo que las cosas saldrían muy mal luego de hablar sobre eso. Rogó internamente para que todos en la Casa de las Ratas estuvieran bien, sin la necesidad de que se encontraran en una situación parecida a la suya.

- Chuuya, esto no es con el fin de asustarte ni nada, sólo quiero que me respondas con la verdad- Agregó mientras volvía a tomar asiento, buscando las manos del pelirrojo con intenciones de darle algo de seguridad al hablar

Tomaba en cuenta las decisiones del menor, si no quería decirle estaba bien, sin embargo tendría que insistirle un poco.

Tal vez algo realmente malo le pasaba, y por miedo o nervios no quería contárselo. En algún punto Chuuya le diría, confiaba en que lo haría, y el contrario confiaba en que Kouyou le daría su espacio.

- ¿Te has estado viendo con Fyodor Dostoievsky a escondidas de la Port Mafia?

Ozaki dejó que viera las imágenes que había en el sobre blanco, donde se mostraba perfectamente aquel día donde él y Fyodor salieron del Coliseo.

Sus manos temblaron en consecuencia, sus piernas por poco fallaban al tener que levantarse de la silla para poder observar con detenimiento las fotos.

Era claro y no había ninguna clase de duda.

- Aunque quieras negarlo ya lo hemos descubierto, pero quiero escucharlo de ti, así que dime la verdad por favor- Pidió amablemente, usando todo su autocontrol para no desviar el tema principal

¿Qué otra cosa podía responder además de "si"? No quería mentirle de manera tan descarada a la persona que consideraba lo más cercano a una madre. La mujer que le dio su apoyo y le brindó su ayuda cuando ingresó a la Port Mafia, quien estuvo a su lado cuando todas sus desgracias ocurrieron.

Kiss Me // FyoyaWhere stories live. Discover now