No te sueltes

965 124 101
                                    

¿Quién esperaría un reportaje en televisión de última hora para informar a la ciudad de una persecución en camino contra un criminal que escapó? La respuesta es nadie, y era porque todo eso fue una mentira para encubrir la verdadera situación.

Si, un criminal iba en camino, pero no había hecho ni el más mínimo esfuerzo en escapar. Fue todo lo contrario y sólo se limitó a seguir órdenes de los encargados, cada uno de ellos con una expresión de nervios y miedo que no se iba con nada.

Era normal, tener a Fyodor Dostoievsky frente suyo no pasaba todos los días, mucho menos cuando todos en el departamento de habilidades especiales hablaban sobre él y el enorme dragón que apareció en Yokohama hace tiempo.

Igual no era tan importante, pues el ruso pensaba más en una manera de darles la noticia a sus subordinados y compañeros. Tenía que tener una estrategia lo más pronto posible, ya que una vez fuera de la ciudad sería más complicado volver a tener comunicación.

Y aunque quería planear algo rápido, no se imaginaba el tremendo alboroto que pudo escuchar por la radio de el sargento.

"A-5158" ¿de dónde y por qué recordaba eso?

- Chuuya...- Murmuró para sí mismo, tragando en seco y sintiendo su ritmo cardíaco acelerar de repente

El pelirrojo siempre fue alguien muy decidido, y él era mayor catalizador para hacer que pusiera manos a la obra. No logró saber nada sobre su pareja durante todo este lapso de tiempo, cuatro meses para ser exactos. Lo poco que llegó a suponer se resumía en empezar a olvidar la idea de reencontrarse, porque siendo totalmente realistas, eso no pasaría.

No dudaba en lo absoluto de sus capacidades, una vez que le dieran cuerda nadie sería capaz de detenerlo, pero algo tan complejo le dejó maravillado.

Su corazón dio un brinco de pronto, recién caía en cuenta de lo que aquello significaba. Chuuya tenía un plan, un plan que posiblemente se vio afectado con su transferencia tan repentina, así que ahora se vería en la necesidad de hacer una nueva estrategia o sólo dejarse llevar hasta que las cosas resultaran a su favor.

Lo más probable era que el pelirrojo escogiera la segunda opción, él no era mucho de pensar antes de actuar y una vez logrado todo eso, quizás ya estaría harto de tener que planear cada segundo.

Dicho y hecho, Chuuya estaba en problemas. Luego de asegurarse de que los demás fueran resguardados de manera segura, la noticia le llegó a través de una llamada de Mizuki, y después sólo dejó de funcionar adecuadamente para tomar la maleta y comenzar a subir por las azoteas.

- ¿Ahora qué haces?- Le preguntó la chica peliceleste con recriminación - Oye, no quiero tener que hacer un informe de tu muerte

- Eso no pasará- Aseguró desde las alturas - Si algo como eso me pasa apuesto a que no sería por culpa mía

La chica suspiró divertida, el mafioso no tenía remedio alguno y todos sus conocidos podrían confirmarlo. No era nadie para impedirle hacer lo que sea que quisiera hacer, por lo que su trabajo se resumía en seguir protegiendo a los fugitivos en el auto.

Se despidió con un ademán de manos, mirando al cielo estrellado una última vez antes de seguir con su camino. La policía ya lo estaba buscando, tenían una constante operación para localizarlo e intentar entablar una conversación real.

No quería creerles nada a ninguno de ellos, la gran mayoría era una bola de mentirosos que le escondían hasta el más mínimo detalle. Aunque varios no entraban en esa categoría, otros como Dazai eran un terrible dolor de cabeza.

Se posicionó en la azotea de un edificio bastante alto, manteniendo vigilados los dos helicópteros que rondaban la zona. Aún con su mirada puesta en la parpadeante lucecita roja en el cielo, abrió la maleta y sacó la bala calibre 50 que tanto le había costado conseguir.

Kiss Me // FyoyaOnde histórias criam vida. Descubra agora