Siempre Contigo #3

Capítulo 7

-Eres impresionante- dijo alegre Ryan mientras abría la puerta del auto para mí.

La junta con el próximo socio, había terminado. Aquel hombre había quedado encantado con la idea de asociarse y crecer su negocio aquí y allá. Pronto se firmaría el contrato en el pueblo, pues él quería visitarnos y concretar todo.

Este era un gran paso.

Finalmente nos dirigíamos al hotel, pues en la mañana se nos hizo un poquito tarde, y llegamos directamente con el hombre.

-¿Quieres ir a cenar para celebrar?- pregunté animada.

Mi jefe asintió con la cabeza alegremente y enfocó su mirada al camino.

-Iremos por hamburguesas- respondí.

No tardamos en llegar al lugar donde nos hospedaríamos, así que ambos bajamos con nuestro equipaje y nos acercamos a recepción.

No llevábamos mucho, pues solo seria esta noche.

-Tengo dos reservaciones a nombre de Ryan Myers- dijo al hombre pelinegro.

Mientras él resolvía lo de las habitaciones, yo caminé un poco por la estancia del lugar. No era muy grande, pero la decoración en negro y dorado le daba un toque de elegancia. Me acerqué al gran ventanal que adornaba la pared.

La gente caminaba de un lado a otro, los niños corrían de la mano de sus padres. Los coches brillaban con el reflejo del sol y resplandecían las pequeñas flores que se asomaban por las demás ventanas. Sonreí al recordar ese ambiente.

Al alzar la mirada, pude ver los altos edificios que adornaban el paisaje. Algunos más al fondo que otros. Entre esos edificios, destacaba el de "Publisher ABST".

-Ya podemos subir- notificó Ryan a mis espaldas.

Giré para mirarlo.

-Me alegro mucho, estoy muy cansada- respondí.

Subimos en silencio. Las puertas del ascensor se abrieron para que pudiéramos buscar nuestras habitaciones.

-¿Tienes miedo de encontrarlo?- preguntó mientras se detenía a mi lado.

-¿A quién?-

-A tu ex esposo- aclaró -Supongo que nunca se fue de la ciudad-

Pensé un poco mi respuesta.

-No creo encontrarlo, llevamos estilos de vida muy diferentes, por lo tanto, no vamos a los mismos lugares- contesté tranquila.

Le conté meses atrás la historia de mi matrimonio fallido a Ryan, quien era un chismoso empedernido como yo. Él no me había juzgado y solo había recibido apoyo de su parte.

-Entonces seamos libres de disfrutar nuestra estadía aquí- sentenció.

Ubicamos nuestras habitaciones y cada quien se fue a la suya. Mi jefe dijo que tenia un poco de trabajo, entonces nos veríamos en la noche para ir a cenar, así que podía salir a cualquier lado.

Sinceramente no tenía la energía para salir de aquí, solo quería dormir un poco.

Deje mi maleta en la mesita de la entrada.

La morada no era muy grande, pero tenia justo lo necesario: una cama cómoda, un baño funcional y una buena vista.

Me quité los zapatos y me recosté sobre aquella nube esponjosa también llamada cama.

Cerré los ojos y escuché el silencio.

Hace bastante tiempo no tenia un tiempo para mí. No me quejaba de mi vida, realmente estaba agradecida por todo lo que tenía, pero a veces solo quería dormir en una cama para mi sola sin tener que despertarme a acércale mis pechos a un bebé.