PREFACIO.

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Esmeralda, 31 de Diciembre 1998.

- Nos vienen siguiendo sr. - dijo Neifert.

- Lo sé, lo sé. Gracias Neifert, más que un secretario eres un gran amigo, de todos, fuiste el único que se quedó a mi lado - Respondió Zech.

- Siempre estaré con usted, hasta el final. - susurro mientras conducía el automóvil.

- Necesito que hagas una última cosa por mi. - añadió Zech.

- Lo que usted quiera, mi sr alcalde. - respondió.

- Es muy probable que estos retorcidos me encuentren, y luego de hacerlo irán por mi esposa, por mis hijos, por Josefa y por todo mi entorno. Quieren eliminar el Zechismo de Esmeralda y la única forma de hacerlo es quitando del medio a quienes me apoyan a mi, mi gestión y nuestra ideología política. - Luego de un momento de silenció volvió a decir. - Por eso te pido que cuides a Arián y Ariana, que los protejas, si a mí me pasa algo tú debes huir.

- Pero señor - dijo Neifert.

- No hay peros en este momento Neifert, esto es una orden. Cuida a mi hijo e hija, ellos son la unica esperanza de Esmeralda.

- Así será - respondió y agregó - Cada vez se acercan más, nos van a atrapar.

- ¡Métete al bosque! - Exclamó Neifert.

- Pero allí es muy peligroso.

- A veces hay que correr riesgos, da el volantazo y metete allí.

En ese instante Neifert da un giro y se mete al bosque, los autos que los venían siguiendo no vieron esa maniobra y siguieron de largo.

Una vez dentro del bosque Zech dijo - Bajemos, debemos caminar, por aquí tienen que estar los bunkers.

- ¿Cuáles bunkers señor?

- Como cuáles bunkers, los que te pedí que se construyan hace meses Neifert.

- Ah, si si. Ya recordé.

- Estan construídos ¿Verdad?.

- Yo quiero creer que si. Hoy en día ya no sabemos si confiábamos en las personas correctas señor.

- En eso tienes toda la razón Neif.

Ambos siguieron caminando por el bosque, era de noche, hacía frío, vísperas de año nuevo, derrepente el cielo se iluminó por cohetes artificiales, un ruido invadió aquel lugar.

La luz del cielo reflejo una casa completamente oscura.

- Mira - señalo Zech con su dedo índice.

- ¿Una cabaña? - preguntó Neifert.

- Así parece, entremos.

Zech se adelantó y corrió al lugar, necesitaba conseguir un teléfono con el cual comunicarse con su esposa Nicole para que huya del pueblo, ya que los "retorcidos" irían por ella y sus hijos.

Al entrar, todo era oscuro, pero le llamo la atención una cosa, era una taza de té, su agua seguía tibia. Al percatarse de aquello, Zech rápidamente intenta huir, pero dos hombres lo agarran de ambos brazos cada uno. Zech lucha contra ellos, pero un golpe en su estómago lo hace agacharse y comienza a toser.

Con su propio peso logra tumbarse hacia la ventana, de esa manera pudo verlo a Neifert. Este lo miro desde afuera y recordó las palabras que anteriormente le dijo Zech y así lo hizo, corrió lo más lejos que pudo.

El ruido de hojas y ramas quebrarse eran lo unico que invadian los oídos de Neifert.

Luego de una media hora logró llegar a la casa donde estaba oculta Nicole, un lugar que únicamente sabían Zech, Nicole, Josefa y Neifert.

Desesperadamente golpeó la puerta de la casa. Nadie abría, otra vez insistió.

- ¿Quien es? - preguntaron del otro lado.

- Soy Neifert - respondió.

Al abrir, era Josefa.

- No hay tiempo, deben huir - dijo.

- Pero ¿A dónde iremos? - preguntó Nicole asustada.

- No lo sé, pero lejos. Huyan a burck, allí estarán seguras.

- Pero no puedo ir con los niños a Burck, son muy pequeños, necesitan un lugar seguro, su alimentación, su hogar.

- Si se quedan aquí, los van a desaparecer, no hay otra alternativa. Rápidamente les sugirió el camino que debían tomar.

Rápidamente no quedó más dudas en Nicole y se decidió a huir con sus pequeños. Josefa iría con ellos.

Nicole cargo en sus brazos a Arián y Josefa cargo en sus brazos a Ariana, ambas decidieron separarse, llegaron a la conclusión entre ellas que eso sería lo correcto por si pasaba algún imprevisto.

- Yo tomaré el camino que nos dijo Neifert. - Dijo Josefa. - Tú ve por el costado del lago, allí saldrá directamente en Burck, busca a mi primo, el te estará esperando en la entrada, yo le avisaré con el radio que está de pasada a lugar que voy.

Nicole se acercó y entre lágrimas se despidió de Ariana. - Pronto nos veremos mi amor. - Aquella beba dormía, sus cachetes rosados sintieron el beso de su madre.

Neifert lo último que vio fue que ambas salieron juntas, lo que no llego a ver fue que luego se separaron.

Josefa sin frenar un instante, camino con todas sus fuerzas, no había momento para cansancio esa noche, el frío era brutal y aquel bosque tenebroso inundaba de oscuridad el lugar, la única luz que penetraba aquel sitio era el reflejo de la luna.

Logró llegar al radio y consiguió comunicarse con su primo. Le dió las indicaciones necesarias y colgó. No había tiempo que perder.

Derrepente, luego de varias horas caminando por el lugar donde Neifert le dijo que encontraría un túnel el cual él mismo se encargo que construyeran, se dió cuenta de que no existía tal túnel.

Unos pasos se empezaron a escuchar, rápidamente Josefa se oculto detrás de un árbol. Luego de unos minutos, una voz le pareció familiar, optó por salir creyendo que esa persona la ayudaría.

Al salir del escondite, se vieron frente a frente, rápidamente ella entendió todo, no era su amigo, era un retorcido. Corrió una vez más con la pequeña Ariana en brazos, varios hombres la corrían por detrás.

Estaba cerca de una de las tres entradas de que tenía Burck. Pensó y pensó, tenía que ser rápida en esos momentos, un minuto de más podría terminar con su vida y la de Ariana. Sin dudarlo dejo a la pequeña al lado del cartel de bienvenida a la ciudad. La beso y le pidió perdón.

A lo lejos podía ver la luz de un auto que se acercaba del lado de Burck, rápidamente ella corrió, suplico con todas sus fuerzas que paren, pero este no lo hizo. - ¡Por favor! - exclamó Josefa.

El auto freno, y lentamente empezó a retroceder. Cómo pudo, agitada, con miedo y apresurada le explicó lo que sucedía y le suplico que por favor se lleven a la niña.

El auto una vez más, se fué. A Josefa no le quedó más que seguir huyendo. No había a dónde huir, su cansancio ya le estaba ganando, se tiró al piso, sus lágrimas caían, le pedía perdón a Zech y Nicole mirando al cielo, por dentro ella sentía que ellos ya estaban muertos.

Ariana sería la única esperanza de que se supiera toda la verdad.

Finalmente la atraparon, la golpearon y le pusieron una bolsa en la cabeza.

Luego de eso, la torturaron por días, querían saber dónde se encontraban los otros amigos de Zech, era necesario eliminarlos a todos para que la realidad de esmeralda no se supiera en el exterior.

Todo sería silencio y oscuridad hasta 17 años después.

Arián, un secreto, un misterio y una sola verdad.


ARIAN | Un Secreto, Un Misterio Y Una Sola Verdad ©Where stories live. Discover now