-Veintiuno-

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Sin apenas darse cuenta el embarazo llegó a los cuatro meses y tres semanas.
Pesado es poco que decir de cómo se encontraba aunque tampoco es que la barriga fuera muy grande.
¿Los bebés serían demasiado pequeños?
Preocupado pidió a Derek ir a ver a Alan y que le hiciera otra ecografía...
E hizo que el lobo, al oler su miedo, también se asustara.
-Están bien-
-¿Seguro?-
-Miralos por ti mismo Stiles-
Alan señaló la pantalla del ecógrafo donde dos bebés perfectamente formados se acurrucaban el uno con el otro.
-Pero yo...mi barriga es...pequeña y...-
-No es pequeña Stiles, está bien- calmó Deaton mirando al humano y al lobo.
Derek había dejado de estar asustado pero no podía evitar oler el temor e incertidumbre en Stiles.
Era lógico.
Era su primer embarazo.
Y estaban a las puertas de que pronto nacerían.
Quizás el miedo era por eso.
Porque dejaría de tenerlos dentro de su cuerpo.
-Sigo...sigo pensando que están demasiado pequeños para nacer...- apuntó Stiles.
-Stiles, en cuanto nazcan podrás comprobar que son de un tamaño perfecto- respondió Alan con una sonrisa tranquilizadora -¿Sabes lo que te ocurre?-
El castaño tragó saliva y negó con la cabeza.
-Que no quieres que salgan-
Stiles parpadeó varias veces e inmediatamente miró a Derek.
-Es lógico que tengas miedo del momento en que salgan porque vas a dejar de tenerlos dentro de ti y, por ende, dejarás de sentir lo que ellos hacen que sientas teniéndolos en tu interior-
-¿Cómo...Alan no te entiendo-
El druida se cruzó de brazos y aclaró:
-Para que me entiendas, tienes miedo de que cuando nazcan dejes de quererlos como lo llevas haciendo desde que supiste que estaban dentro de ti-
Derek se extrañó al oír tal cosa y miró a Stiles, quien a su vez, lo hizo a él.
¿En serio era eso?
-Llevas casi cinco meses con ellos dentro, protegiéndolos, queriéndolos, dándoles lo que necesitan...y ahora temes que cuando los tengas aquí contigo eso que has estado sintiendo desaparezca-
Stiles no dijo nada.
-¿Puedo preguntarte algo?- inquirió el veterinario a lo que el joven asintió -¿Seguís manteniendo una vida íntima sexualmente activa o habéis dejado, iso facto, de practicar sexo por miedo a hacerles daño?-
Stiles se sonrojó.
Derek no pero un atisbo de pudor asomó en su rostro.
No lo iba a negar.
Siempre olía el aroma de la excitación en Stiles.
Incluso parecía haberse intensificado últimamente.
Sí, empezaban bien.
Entonandose, tocándose, (más bien Derek tocaba a Stiles) calentándose y  todas esas cosillas previas al sexo pero en cuanto iban a dar el siguiente paso...
Él se asustaba y se retractaba.
Pero no por ello dejaba al castaño frustrado.
Y se volcaba única y exclusivamente en él y para él.
-¿Cuándo...cuando te refieres a sexualmente activa, quieres decir a sexualmente activa incluyendo todo o sexualmente activa sin incluir?- preguntó Stiles.
-Penetración Stiles, que si hay penetración- dijo Alan.
-¡Oooo ya lo creo!- rió divertido éste
-¿Entonces hay coito?-
-¿Ahmm?-
-¡¡No me acabas de decir que sí que hay penetración??- se exaspeó Alan.
-¡¡Y la hay!!- exclamó Stiles -¡¡Hasta casi la mano entera me cabe!!-
Derek se dio un manotazo en la frente.
-¡¡Pero no le cuentes lo que hacemos!!-
-¡¡Me está preguntando si hay penetración y yo le estoy respondiendo!!- se encaró Stiles al moreno.
Deaton se cubrió la cara para enseguida volver a descubrirsela.
-Stiles, penetración coital, fusión del miembro viril con la entrada anal en tu caso- explicó todo lo más educadamente posible.
Stiles miró a Derek.
-Que si te la meto por el culo- contestó el moreno.
Otra vez, el castaño se volvió al druida.
-¿Y para decir eso usas tantas palabras?- preguntó sorprendido.
-No soy tan burdo ni brusco- apuntó Alan.
-Entonces retiro lo dicho- el druida asintió -No fusionamos el miembro viril con mi culo desde hace unas cuantas semanas-
Deaton puso los ojos en blanco.
"Señor, dime cuál es mi pecado y juro que lo pago pero no con éstos dos"



-¿Estarás bien?-
-Sí-
-No creo que tarde, iré y dejaré el Camaro en el parking del edificio del loft de Peter y me traeré su todo-terreno-  anunció Derek mientras se dirigía hacia la puerta.
-Estaré bien- respondió Stiles desde el sofá.
Tenía la camiseta (una del lobo) levantada hasta el pecho y se acariciaba el vientre.
Se habían cumplido los cinco meses y la cuenta atrás había empezado.
Stiles dejó de practicar yoga.
Derek dejó el trabajo de reconstrucción de la mansión en manos de Isaac y Jackson (ya apenas si quedaban unos cuantos retoques) y se mantenía pendiente del castaño las veinticuatro horas.
Pero ese día tenía que ir a por el todo-terreno de su tío pues desde su punto de vista lo veía más cómodo para cuando sus pequeños avisaran que venían.
-Si quieres puedo llamar a alguno de los chicos o si lo prefieres a Lydia...-
-Estoy bien lobito-
Mirándole desde la puerta, Derek caminó hacia él, apoyó una mano en el respaldo del sofá mientras que la otra la colocó en el vientre de Stiles.
Inclinándose sobre su rostro, atrapó sus labios con los suyos y le besó.
No sabía cómo había estado sin ellos, sin los labios del castaño.
No entendía cómo no había sido capaz antes de serle sincero y confesarsele.
Por suerte ya lo tenía con él.
Para siempre a su lado.
Muy despacio, Derek se fue retirando de la boca del joven.
-Le diré a Isaac y Jackson que vengan-
Stiles le sonrió.
¿Qué iba a hacer?
Derek era así.
Un lobo protector.
Cuidadoso.
Posesivo.
Amoroso.
Pero, sobretodo, celoso de lo que era suyo.
Y por mucho que dijera que él no era un objeto o cosa para decir que pertenecía a alguien, en el fondo le gustaba bastante eso de oírle decir a Derek que él y los bebés eran suyos...
Y de nadie más.
-Vale- aceptó Stiles.
-Te quiero-
El castaño casi sufre un shock.
¿Derek acababa de decirle...
Te quiero?
-¿Có-cómo has...dicho?-
-Que te qui-e-ro-
Una por una, fue remarcando las sílabas para otra vez besarle.
Despacio.
Lento.
Sin prisa.
Deleitándose con aquellos deliciosos labios que lo tenían prendado.
Una mano de Stiles sujetó por el rostro al moreno y se detuvo en los besos.
-Yo también te...quiero-
Devolviéndole la sonrisa, Derek miró hacia la barriga del joven, paseó su mano por ésta  e inclinando la cara sobre ella, habló en voz tenue:
-No seáis traviesos y no hagáis sufrir a papá-
-Tato-
Derek alzó el rostro.
-¿Qué?-
-Digo que quiero que a mí me llamen tato-
-¿Tato?-
-Significa "papá" en polaco- explicó Stiles -Así tú serás papá y yo seré tato-
El lobo asintió.
-Me gusta cómo suena papá en polaco-
Y obsequiandole con otro beso, abandonó el loft.

Mientras bajaba en el ascensor se llevó el móvil a la oreja y esperó.
"-Sí-"
-Deja lo que estés haciendo y vente para el loft-
"-¿Ocurre algo?-"
-Ocurre que voy a por el todo-terreno y Stiles está cumplido y no me atrevo a dejarlo solo por si los cachorros deciden darnos el susto-
"-Ok, enseguida estoy ahí, nos queda unas cosillas pero Jackie puede terminarlas solo-"
-No tardes Isaac, no me voy tranquilo-
"-No tardo-"
-Bien, hasta dentro de un rato- se despidió Derek.

EL REGALO DEL AMORWhere stories live. Discover now