CAPÍTULO 2

79.8K 3.5K 297
                                    

ALAN

Estaba en la limosina junto con Kyle, Liam y Carlo, mis mejores amigos. Quiénes me iban a acompañar a la oficina de mi padre, ya que me ha insistido demasiado en que fuera hoy a verlo. Cada uno de mis amigos tenían sus propios trabajos, pero siempre que pueden pasan tiempo conmigo.

Trabajo, que horror.

Kyle es un productor de una famosa serie, Liam es dueño de una empresa de seguridad e investigación muy prestigiosa y Carlo es un chef, quien tiene ya mas de doce sucursales de restaurantes, muy famosos por cierto.

Cuando llegamos a la oficina, mis amigos entraron junto conmigo.

Mi padre estaba sentado frente a su escritorio, quien por cierto se miraba de mal humor, vaya,  ya me va a volver a decir un discurso sobre la importancia del trabajo.

—Hola chicos —Saluda mi padre detrás de su escritorio.

—Hola señor —Saluda Carlo.

  — Que onda— Saluda Liam. 

—Creo que ya saben para lo que estan aquí, ¿verdad? —Dice mi padre.

—Claro, recibimos su correo —Dice Carlo.

—Lamento quitarles su tiempoSe disculpa mi padre.

Pero... ¿de que demonios hablan?

Mi padre me mira con cara de pocos amigos.

—A partir de hoy comienzas a trabajar, digo, si es que quieres ver dinero en tus cuentas del banco—Dice Serio.

Demonios.

Miro a los chicos,  quienes estaban serios en este momento.

¿pero que diablos?, trabajar, ni loco.

—Por favor has que entre Alma —Dice mi padre al teléfono.

Al minuto entro una una joven, blanca, de pelo negro corto, con un buen cuerpo, ella me miro fijamente con aquellos ojos castaños.

—Buenos dias señores —Saluda aquella mujer.

—Buenos dias señorita —Dice Liam con su voz de seductor.

—Chicos, les quiero presentar a Alma, ella sera la asistente de Alan —Dice mi padre.

Oye, ¿QUE?

—Mucho gusto, es un placer conocerlo —Dice Alma ofreciéndome su mano.

Me volteo con desinterés.

No me interesa que ella estuviera tan guapa, definitivamente no iba a trabajar.

—A partir de hoy ella tiene luz verde de obligarte a trabajar por los metodos necesarios —dijo mi padre.

"Luz verde"

Ni que fuera semáforo.

—No creo que pueda con este trabajo —Digo mirando a Alma.

—No se preocupe, tengo experiencia cuidando niños —Contesta ella.

Mis amigos rieron en voz baja. La miro con cara de pocos amigos.

—Bueno, si nos disculpan nosotros tenemos unos pendientes—Dice Kyle.

—Señor Banks si necesita algo por favor avisenos -dijo Liam con una seriedad increíblemente falsa.

Ni él se la creía en comportarse tan serio.

—Gracias chicos —Dice mi padre.

Carlo se acerco a darme una palmadita en la espalda, frunzo el ceño.

—SuerteDice.

Suelto un bufido rodando los ojos con los brazos cruzados. No puedo creer que mis amigos hagan este tipo de complot contra mi.

Alma se despidio amablemente de ellos.

Después de eso me llevo a mi oficina, la cual estaba horrible.

—Este lugar es un asco —Me quejo.

—Según tengo entendido, usted fue quien lo mando a remodelar —Me contesta Alma aún atenta a unos papeles.

Era verdad, estuve en esta oficina hace un año aproximadamente, antes de  que Flerida...

Sacudió la cabeza para desechar aquel recuerdo.

Hoy no.

Alma me entrega unos papeles para revisar, comencé a revisarlos.

Demonios, esto debe ser una pesadilla, cuando terminaba con algo ella se encargaba de ponerme otros papeles. Está mujer esta obsesionada con el trabajo.

Definitivamente tengo que hacer que ella renuncie.





ALMA.

Después de conocer al niño mimado de Alan Banks (aunque él es mayor que yo por dos años), lo puse a trabajar como nunca, aunque él es demasiado exigente, me regreso cinco veces el agua, que por que no estaba a temperatura ambiente, una taza de Té, que porque la taza tenia una manchita.

Todo el dia fue un terror para mi.

A la hora del almuerzo el salió de su oficina rápidamente, lo perseguí ya que me habia ordenado el señor Banks que no lo dejara solo ni un momento. cuando entramos al elevador el apachurro el boton rojo, provocando que el elevador se detuviera de golpe .

¿Mencione que tengo claustrofobia?

Nos quedamos en silencio, el se acerco a mi, acorralándome contra la pared, pude sentir su respiración en mi rostro, aquellos ojos azules me miraban fijamente, mi corazón latia rapidamente al verlo.

—Tienes que renunciar —susurra en mi oido.

Me puse colorada solo de escuchar su voz tan cerca de mi oido.

—Nunca —digo con un hilo de voz.

—Ya veremos —dice acercándose mas a mi.

Al sentir su cuerpo pegado al mio, sentí como mi corazon aceleraba rápidamente, lo miro a los ojos, por un momento pude notar que el se  sonrojo.

Con todo mi coraje pongo ambas manos en su pecho bien trabajado y lo empujo aun  lado provacando que chocara contra la otra pared.

Sí, soy muy fuerte.

Cuando el elevador volvio a andar, aún no podia dejar de sonrojarme, el en realidad es demasiado apuesto.

No, no que estoy diciendo. Yo no me puedo fijar en alguien.

No otra vez...

Enamorándome de mi jefeWo Geschichten leben. Entdecke jetzt