1. Otro lugar al que escapar | Parte 2

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El ambiente dentro de la casa era húmedo y pesado, y la música retumbaba en las paredes. Willow sentía que estaba en otro ecosistema. Lo más cercano a algo como eso había sido el cumpleaños de Blair, dos años antes, cuando tuvo una reunión en su casa. Pero esa fue la vez que Willow terminó yéndose temprano con Travis, así que su experiencia fue corta y olvidable.

Willow siguió a Blair a través de la sala de estar hacia la cocina, esquivando cuerpos sudados de gente que aparecía desde las sombras. En la cocina, Blair saludó a una chica que estaba preparando tragos en la mesa. Su pelo era de un color platinado artificial y llevaba un delineado muy marcado. Cuando vio a Blair, extendió sus brazos para abrazarla.

Blair las presentó y dijo algo más pero sus palabras quedaron sepultadas bajo la música. Willow solo pudo retener su nombre, Lua.

Luego de hacer un comentario sobre la música estruendosa, Lua, quien Willow descubrió era la dueña de la casa, las llevó hacia el patio. Allí el aire era más fresco y la música menos agresiva.

—Así que, ustedes también van a ir a estudiar a la ciudad, ¿verdad?

Willow miró a Blair, quien parecía tan avergonzada como ella. No les gustaba admitir que se iban a quedar en el pueblo.

—Solo vamos a ir de visita, mi hermana vive ahí —dijo Willow—. Nuestro plan es estudiar aquí.

No había una universidad como tal en el pueblo, solo una universidad comunitaria y escuelas de oficios a las que iban todos los que no tenían dinero para escapar a un lugar mejor. Los que podían se mudaban a la ciudad para estudiar en una de sus cuatro prestigiosas universidades, o a buscar trabajo en el peor de los casos.

Cada año la competencia para ser aceptado en las grandes universidades era dura, y eso sin considerar el costo de la cuota. Para Willow, las puertas siempre habían estado cerradas. Su hermana se había podido mudar gracias a una beca que nadie la creía capaz de conseguir y nunca volvió a pisar el pueblo desde entonces.

Blair, por otra parte, era una alumna excelente y ambiciosa. No tuvo problemas siendo aceptada en varias de las universidades a las que había enviado su solicitud, pero con un padre enfermo y una madre con un salario mínimo, las opciones eran limitadas.

—Eso no fue lo que escuché —dijo Lua, mirando a Blair luego a Willow.

—Lua —dijo Blair—. No quiero hablar de la universidad en este momento, me acabo de graduar hace unas horas. ¿Sabes qué tenemos que hacer? Tenemos que conseguirle un chico a Willow. O una chica. Lo que sea.

—Por supuesto. Yo soy muy buena armando parejas.

Ambas se rieron como si hubiera una broma implícita que Willow no tenía el contexto para entender. Willow pensó en todas las personas que eran amigas de Blair y que ella nunca había conocido.

—No sé si sabías, pero Travis y Willow tuvieron algo en su momento.

Lua se volteó a verla, sorprendida.

—No fue nada importante. Además, ya no nos hablamos.

—Bueno, creo que puedo encontrarte a alguien sin problemas —dijo Lua—. ¿Chicos o chicas, dijiste?

—Esa fue Blair, no te creas todo lo que dice —dijo Willow sintiendo el calor en sus mejillas.

Willow se preguntó entonces qué les decía Blair sobre ella a sus amigos, especialmente aquellos que no la conocían. En parte esperaba que no les haya dicho nada, porque sentía que era imposible hablar de ella sin revelar algo incómodo o desagradable, y habría preferido mantenerse anónima.

La última de su especieUnde poveștirile trăiesc. Descoperă acum