40 | Tiempo

3.6K 559 85
                                    


40.



Tiempo.



Creo que suelto un gemido al momento en que soy consiente como mis piernas son abiertas, entreabro mis ojos y noto la luz prendida de la habitación, desde afuera aun se ve oscuro.



No tengo tiempo a decir palabra cuando Isaiah se hunde en mí, jadeo sin poder evitarlo.



Todo mi cuerpo se encuentra sensible, pegajoso y agotado, he sido usada y amada de tantas formas que perdí la cuenta de tantas veces que ellos se perdieron dentro de mí. Solo debo girar un poco el rostro para ver como toda la habitación ha sido revuelta, mis cosas de la cómoda estaban repletas en el piso, pero no cambiaria un segundo de cada vez que me empotraron contra ella, dejándome ver a mi misma en el espejo.



En algún momento en que estuve lo suficientemente sucia, estuvimos en el baño, nada de lo que sucedió entre el agua parecía ser limpio y considerando el estado de mi cuerpo, de nada sirvió.



Gimo notando el grosor de Isaiah aumentar dentro de mí, estaba malditamente sensible.



—¿Debería hacerlo aquí? —noto la burla en la voz de Isaiah al momento en que uno de sus dedos roza mi entrada trasera.



Malditamente ahí era otra cosa sensible, debía admitir que tener a Isaac en esa parte no era un paseo por el parque.



—Creo que ese fue un si—noto el colchón hundirse al momento que Isaac habla.



Me volteo a verlo, al igual que Isaac su mirada ha perdido el brillo dorado, y uno de sus ojos esta volviendo a la normalidad. La bestia se estaba calmando y considerando que apenas podía moverme, lo entendía.



—¿Fue un sí? —cuestiono algo somnolienta, sigo sus movimientos mientras traza una línea con su dedo en mi mejilla.



—Desde aquí siento el aroma de tu humedad Lynette—mi pulso se acelera a sus palabras—. Tienes a Isaiah enterrado completamente en ti, y, aun así, preguntas.



—¿Por qué estas tan seguro? —gimo al preguntar notando como Isaiah empieza a moverse.



—Si logras que Isaiah destroce tu bonito trasero, entrare en ti y nos tendrás a los dos completamente dentro tuyo.



Creo que jadeo y gimo nuevamente, y no se si es por como Isaiah sigue hundiéndose en mi o por las palabras que dice Isaac.

SuyaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora