¿Por qué se daría un baño a ésta hora? Hela odiaba bañarse tarde.

Me senté en la cama de sábanas blancas que estaba frente a otra cubierta de las mismas cobijas, solo que la otra tenía mil peluches y almohadas que Hela amaba tener. Quité mis zapatos y cambié mis ropas por una pijama cómoda. Luego vi las notificaciones de Max en mi teléfono, como de costumbre contesté.

Me distraje con esos vídeos de asmr en Youtube, últimamente había estado teniendo insomnio y esos vídeos que mi padre veía ridículos lograban hacerme dormir.

Al paso de casi una hora, mis ojos pesaban y ya el sueño me llenaba por completo. Entonces, cuando llegaba al punto donde podía dormirme sin ningún inconveniente; me acordé de Hela, la ducha seguía encendida y ella no salía aún.

Por un instante me preocupé de más. Mis pies tocaron el piso y de inmediato mis medias se mojaron por un líquido tan conocido con el nombre "agua". Fruncí las cejas en confusión absoluta, esa confusión me llevó a examinar toda la habitación con la mirada, hasta que se clavó al pequeño pasillo dentro del mismo lugar, donde se encontraba el baño.

De ahí venía el agua en abundancia.

Con cuidado de resbalarme caminé por todo el piso empapado. Sin esperar más mi mano se enrrolló en la manilla de la puerta, estaba cerrada por dentro.

Toqué la madera dura varías veces con mis nudillos, esperando que alguna respuesta fuera dada; pero no recibí nada.

Me volteé a la mesita de noche en medio de ambas camas, pegada a la pared sin color alguno. Abrí el último cajón de la mesa y busqué la llave que abría esa cerradura. Sin éxito alguno, me guíe hasta la habitación de mis padres. Eso de que ella no respondiera me estaba preocupando.

Papá de mala gana bajó a la primera planta, él tenía copias de cada llave que se necesitaba. Mamá corrió al cuarto como si su vida dependiera de ello, aunque no se le veía preocupada. Empezó a tocar la puerta y hablarle a Hela, esperando que ella se dignara a responder.

—¿Mamá...? —forzó la cerradura y proseguí—. ¿Qué pasó cuando no estuve?

No quiso darme una respuesta, en un lapso de tiempo dudé que me estuviera escuchando. Golpeó la puerta más fuerte, pero no sirvió de nada. Papá llegó con la llave y al meterla en la cerradura, encajó perfectamente.

Un solo giro a la llave bastó para que la puerta se abriera. Papá con su mano enroscada en la manilla, empujó con curiosidad.

Un solo segundo bastó para que todo mi mundo se detuviera.

El grito que mi mamá soltó fue lo más desgarrador que había escuchado en mi vida, sonaba como si acababa de perderlo todo, de ver a la muerte frente a ti. Ella fue hacia el cuerpo de Hela con lágrimas en los ojos a la vez que gritaba su nombre.

El agua de la tina teñida de un rojo carmesí se escurría y cubría todo lo que alguna vez fue la persona que más amé. Mamá la tomó entre sus brazos y la abrazó, sacándola de toda ese líquido.

Su palidez se notaba más, haciendo contraste con el hilo de sangre que salía de sus muñecas. El cabello azabache empapado le tapaba su lindo rostro. Portaba vestido de color blanco, ese vestido que había visto antes de irme ahora era manchado por sangre.

Su sangre...

Mis piernas flaquearon y caí de rodillas al suelo. Las lágrimas abundaron en mis ojos, haciéndolos arder tal cual mi pecho. Escuché sobre ese dolor en el pecho, el dolor de un corazón roto a causa de algo doloroso.

Un beso bajo las estrellas ©✓Where stories live. Discover now