Salvaré el Encanto [Camilo Madrigal]

15 •𝓘'𝓶 𝓼𝓸𝓻𝓻𝔂 𝓘 𝓵𝓮𝓯𝓽• Parte 1

Tocó la puerta y entró a la habitación de Isabela, tenía una misión la cual cumpliría aunque su orgullo resultara tocado.

—Isabela...Hola, ehh— empezó hablar nervioso apenas entró, no viendo a nadie —Se que nunca nos hemos llevado especialmente bien, y que hemos tenido nuestras diferencias pero estoy...— hizo una mueca para forzarse a decir lo siguiente, todo era por el encanto después de todo —dispuesto a ser un mejor primo, contigo así que demonos un abrazo, que sea uno grande— habló haciendo movimientos con sus brazos, vió como su prima empezaba a bajar con la cama

—¿Darte un abrazo?— preguntó la chica con ironía —Luisa no levanta ni una empanada, Mariano tiene la nariz aplastada como una papaya— tomó una flor y la aplastó, para luego ver al adolescente con enojo —¿¡Enloqueciste, Camilo?!—

El anterior nombrado solo hizo un sonido con su boca —Isa...algo me dice que estás molesta ¿Y te digo cuál es el remedio para el enojo? ¡Un fuerte abrazo!— dijo con seguridad, abriendo los brazos y acercándose a ella pero unas plantas le impidieron el paso

—Quiero que salgas— dijo Isabela, apuntando la puerta, al ver que Camilo iba a decir algo más lo calló con una flor en la boca —Todo aquí era perfecto, Camilo, la familia estaba feliz, la abuela estaba felíz— habló —¿Te digo como ser un mejor primo conmigo? Pídeme perdón por hacerme daño, por todo lo que hiciste, Camilo— exigió, poniéndose delante de el, Camilo escupió la flor e hizo una mueca —Vamos, pídemelo, ahora.— sonrió con algo de soberbia, mirando a su primo menor

—Yo....ammm, siento mucho— empezó a murmurar, pero al ver la sonrisa de su prima no pudo contenerse —Que tu vida sea Taaan perfecta— bien, acababa de cagarla

—Fuera— dijo Isabela, arrastrándolo con sus plantas fuera de la habitación

—¡Está bien!..,¡Lo siento!— soltó algunos quejidos, deshaciéndose de las plantas y aferrándose a las macetas —No quería arruinarte la vida, algunos tenemos problemas peores ¿Sabías? Presumida— gritó, enojado, sacándole un jadeo a la de cabello lacio —¡Princesita egoísta!—

—¿¡Yo egoísta?!— respondió también gritando Isabela —Se me ha exigido ser perfecta, durante toda mi vida ¡Y literalmente lo único que ti haz hecho por mi, ha sido empeorarlo todo!—

—¡Yo no empeoré nada! Aún puedes casarte con tu noviecito— respondió

—¡Yo jamás quise casarme con él, solo lo hacía por la familia!— un cactus salió en medio de ambos, dejando callada a la mayor

—Wow...Isa, prima, eso es muy grabe— dijo Camilo, levantándose —Anda, ven, demonos un abrazo y hablemos mejor ¿Si?— fue ignorado por la de las flores, la cual estaba muy concentrada en el cactus

—No esperaba este efecto— empezó a cantar, tocando el cactus, el cual creció sacándole una sonrisa —forma audaz, que impresión— agarró la planta—

—Eh, ¿Isa?— llamó Camilo, aún con los brazos abiertos

—No es simétrico o perfecto, pero es único— miró con una sonrisa —¿Quien sabrá, si es inspiración?— unas lianas bajaron y elevaron a la adolescente, justo cuando Camilo se acercaba

—Ven aquí ven aquí, bien dicho! Pero ven aquí— canturreó el de ojos verdes

—De mis brazos brotan rosas, flor de mayo, por el patio— cantó —En mis poses muestro hermosas, la mejor sonrisa en labios— una de las cabezas de sus arbustos con su forma física terminó en las manos de Camilo, haciendo que la tirase —¿Qué lograría si creciera el sentimiento del momento?— se preguntó

—¿Hacia donde estás viendo? Woah!—

—Lo que yo haría sin tener que ser la nieta perfecta— dijo, subiéndose a su cama —Lo que en mí va a surgir nadie va a impedir— cantó segura, moviéndose junto con la cama —Un huracán de jacarandas, por subir—