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Presente

«Solo han pasado meses, y Rodan y Ghidorah se han vuelto muy cercanos, ¿Deberíamos preocuparnos?»

  Por la mañana, al despertar, Rodan pudo apreciar a un Ghidorah tiernamente dormido a las faldas del volcán. Hecho un ovillo. Quien lo diría. Él, pensando en que el que alguna vez fue su enemigo y disgusto, ahora se veía tierno. Simplemente suspiró y bajó, prácticamente cayendo sobre la hydra dorada, quién se despertó inmediatamente, pero solo sintió felicidad al ver al pteranodon rojizo.
  Era una de esas mañanas dónde podían convivir tan perfectamente, sin pelear, sin gruñirse, sin odiarse, y era lindo.
  Ghidorah se levantó cuando Rodan se quitó de encima. Estiró sus alas y luego fueron a cazar. A dónde fuera que pudieran ir.
Siempre un poco más lejos que antes.

  Era simple, era divertido. Competir, cazar, comer y descansar.

  Después de esa rutina necesaria solo descansaron, uno junto al otro.

  Después de esa rutina necesaria solo descansaron, uno junto al otro

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[Dibujo todo culero hecho a la rápida]

  Era común para ellos, aunque normalmente acababan dormidos dónde estaban, y volvían a la Isla de Mara cuando las estrellas brillaban hermosamente en el cielo.
  Ignoraban todo al rededor suyo para tener un momento de paz y tranquilidad, aunque fuera algo efímero.
  Seguidos por todo; Godzilla, Mothra, los humanos y las Aves de Metal. A veces Ghidorah quisiera liberar su poder, crear grandes tormentas, solo por diversión, sin que crean que es una amenaza, sin que crean que quiere volver a intentar reinar sobre el mundo (aunque sea cierto).
  Rodan solo quiere algo más simple: Volar por los cielos con la tranquilidad que tenía en tiempos pasados, pero ahora con Ghidorah, con la seguridad de que nadie los seguiría.
  Aquello era un sueño. Uno que se perdía cuando regresaban a la realidad. Observaban a su alrededor, siluetas y luces odiosamente familiares.
  Entonces era de madrugada, naturalmente nublado, sin luz de luna, la incómoda presencia de las pequeñas criaturas era extrañamente más evidente, aunque para San no lo era tanto. ¿Podría alcanzar alguna de esas aves? Aunque Ni e Ichi se levantaron dispuestos a alejarse antes de que San se atreviera a devorar alguna. Rodan comprendió aquello y le resultó gracioso.
  Ambos se prepararon para alzar vuelo de regreso a la isla. Rodan se alzó primero, seguido de Ghidorah. Y de regreso el viaje fue relativamente calmado. Planearon y dieron algunas volteretas, entretenidos de vuelta en si mundo.

«Resulta extraño, ¿No? Normalmente están peleando a muerte y ahora solo ¿Jugaron?¿O convivieron?»

Me está llevando la chingada qwq

Rodorah?Where stories live. Discover now