Broken 7

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Llega un punto en la vida en la cuál nos cuestionamos nuestra existencia. En donde nos paramos a recordar qué hemos hecho en el periodo de años recorridos desde nuestro nacimiento.

¿Qué he hecho yo en mi "corta vida"? Aparte de existir y conocer un vampiro, nada más.

Este húmedo día en el soleado bucle de Forks me hizo pensar quizás demasiado. Pues esperaba que mi último día aquí fuera el más brillante y lindo del mundo pero bueno...

Papá ya se movilizaba con las pocas maletas al auto y mamá chequeaba que no se quedara nada. Dan atendía una llamada de Alice y yo simplemente los miraba a todos. No me agrada que en un día frío tenga una lluvia de recuerdos, es escalofriante.

-¡Dana, ven para la foto! -me llamó Hannah desde el arco de la puerta. No tardé demasiado en trotar hacia mi familia. Ubicaron la cámara entre unos libros y nos juntamos todos para la foto familiar más tierna y significativa que tendríamos.

La cámara instantánea sacó la foto y Adán la sacudió en el aire. Muy linda.

Antes de que empezara a llover, nos metimos al carrito y emprendimos nuestro regreso a casa.

-Dana... -me susurró Dan. Nuestros padres mantenían una conversación en los asientos de piloto y copiloto.

-¿Qué? -me miró abultando sus labios en una expresión de perrito regañado. -¿Dime, mi vida? -cambié de respuesta y sonrió.

-Alice me dijo que iba a llover en pocos minutos.

-¿Pocos? ¿Hace cuánto fué eso?

-¿Hace unos minutos que ahora se convirtieron en pocos? -respondió dudoso. -En fin, dijo que aún no podía ver nuestro futuro, por lo tanto, no vió nuestro auto en la lluvia, sólo la lluvia como tal.

-¡Deja de preocuparte por eso! -exclamé aún en voz baja. -Eso es por el no sé qué de lobos.

-Ese no sé qué se borra en unos días lejos de ellos. -explicó obvio. -¿Acaso no te asusta no tener un futuro?

Pensé durante unos segundos...

-Nop.

Yo no creo que tenga futuro alguno. No sé qué quiero estudiar y a este punto ya debería saber, no sobresalgo en nada... Básicamente lo único que me une a este mundo son mis seres queridos. Aunque si yo muriera no creo que alguien sufra demasiado por eso.

Ya le dije a Jasper: si me muero, no te mates por eso. Más bien, considerate libre.

¿Eso está bien, no?

-¡Dana! -el llamado de atención, o más bien quejido de mi hermano me trajo nuevamente a la realidad.

-¡¿Qué?!

-¡¿Cómo dices eso?! -me mordí la lengua para no responderle un "diciéndolo". -A mí sí me asusta. Quiero una buena vida. Quiero estudiar y ayudar. ¿No quieres algo tú también?

-Sí. Quiero todo eso... para tí.

-¿No tienes anhelos ni sueños aún?

Negué con la cabeza algo apenada. -No todos somos iguales, hermanito. -me miró con una mueca y dejamos el tema.

...

Ya pasaba una hora en la carretera y, cómo dijo Alice, llovía. Papá mantenía una velocidad media para evitar derrapar. En medio de una conversación llena de bromas y chistes sin sentido, volvió a ocurrir.

El ruido de algo aún más grande y más rápido que la furgoneta de Tyler derrapando.

Sin alarmarnos demasiado, papá intentó esquivar el camión que iba en contravía por el estrecho camino. No dió mucho tiempo de analizar la situación cuando un camión gigante que quién sabe de dónde salió, impactó con todo el frente de nuestro débil auto.

Fué como si todos mis sentidos hubieran dejado de funcionar. No grité, no escuché ni sentí más que la mano de mi hermano tomar la mía y mi última imagen fue la de mis padres mirándose entre sí y juntando sus temblorosas manos.

Sentí como si saliera de mí. Pude ver nuestro carro echo lata siendo arrastrado por el camión lleno de troncos gigantes hasta detenerse. La lluvia siguiendo calmadamente como si nada sobre la catástrofe.

Un acidente "normal" sin inmortales de por medio.

Empecé a tener recuerdos de mi vida que luego desaparecían y me permitían seguir viendo el caos.

Una mini Dana corriendo hacia un mini Dan llorando en el piso y poniéndole una curita en su rodilla roja.

Una Hannah Taylor más jóven posando frente a un gran árbol de navidad junto a su esposo y bebés.

La única vez que ví a mi abuela materna.

Mi abuela paterna a quién había olvidado y recordado la vez que conocí a los Cullen.

Las vacaciones junto a mi familia, navidades y eventos especiales.

Cuando por accidente quemé mi habitación.

Cuando nos mudamos a Forks y me atacó un vampiro.

Cuando me enamoré del vampiro que me atacó y le regalaba bolsitas calientes porque me preocupaba que le diera hipotermia y se le cayeran los dedos.

Cuando Dan vió a Alice por primera vez y sentí una inmensa felicidad por él.

Cuando conocí a los que serían mis hermanos adoptivos no oficiales: Finn, Leah y Seth.

El gran amor de mis padres hacia todo el mundo.

Cuando golpeé a Emmett y casi se me desarma la mano.

Puros momentos felices que me hicieron pensar que ¡Hey! Mi vida no fue la peor del mundo. Hasta que luego vino una ola de decepción. Todos mis momentos de fracaso y tristezas.

Nombrado sólo algunos de los que ví:

Cuando le arrojé una piedra a Dan en el pie fuertemente y le pusieron un yeso. Eso fue a los siete años; no lo hice intencionalmente.

Una vez que pensé que el veneno de rata estaba vencido y lo probé. Obviamente casi muero.

Cuando atropellaron a mi papá pero aún así sobrevivió.

La vez que Jasper me dejó y luego yo fuí cruel con él.

Y finalmente, mis recuerdos de todos los pensamientos de odio y desánimo que he tenido me agobiaron. Y yo que pensaba que morir era tranquilo.

Pude volver a ver la escena actual y final de mi vida. Ambulancias llegando, bomberos intentando sacarnos del auto. Sólo veía lo superficial, nada dentro del auto.

¿Se había acabado todo? ¿Mi conversación con Dan y mis pensamientos sin ánimo habían causado esto? ¿Qué le sucedió al señor que conducía el camión? ¿Nos morimos todos? ¿Qué será de la vida de mis hermanos?

Fin

Strong | Jasper Hale.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora