Capítulo 18

4.2K 384 46
                                    

Era de tarde y aún estaba triste.

Antes de que mamá y Dan se fueran a la reserva, la abracé a ella fuertemente.

Todo por un raro sueño.

Tocaron la puerta y como sabía que era Jasper, o al menos lo suponía, grité un ¡Sube! para él.

La tristeza me oprimía el pecho y me hacía picar los ojos. Un nudo inmenso se apoderó de mi garganta.

—¿Qué pasa? —preguntó entrando por la ventana.

—N-nadita. —mentí.

—Sabes que siento tu dolor ¿Verdad? —insistió. —¿Qué pasó?

Lo invité a recostarse conmigo en mi suave colchón con miles de cojines (osea, sólo nueve) y no dudó en hacerlo.

—Tuve un sueño raro... Lo mejor de todo es que no se me olvida y ya casi anochece.

—¿Quieres contarme? —preguntó sutilmente.

Asentí y pasé mi brazo por su cintura acercándome más a él.

—Mamá y papá se estaban yendo a algún lugar luminoso, tanto que parecía que donde Dan y yo estábamos era pura tiniebla. —empecé más o menos tranquila. —No era como si nos abandonaran, más bien era como si no tuviera otra opción. Sonrieron cuando se fueron y todo quedó oscuro; ahora era como ver un profundo cielo nocturno pero dos estrellas brillaban sobre nosotros. Allí sentí que aunque ya no estaban, seguían al pendiente nuestro.

Terminé.

Jasper pareció analizar el sueño.

¡Siempre o no sueño o, olvido lo soñado! ¿Por qué esta vez es distinto?

Quiero saber qué significa el sueño pero me da miedo a la vez.

—No es un sueño feo... Sólo uno un tanto simbólico. —dijo al fin.

—Es frustrante. —le digo.

—Lo es.

También me abrazó, mostrándome su apoyo.

...

Dan y Alice llegaron a casa dejando a mamá en quién sabe dónde.

Mi dulce hermanito me compró ligas para el cabello y aceptó a que lo peinara.

Le hice dos pequeñas colitas en la parte de adelante con el cabello que le cubre el rostro. Parecía un bebé.

Le quedaron como gruesas antenitas u orejas.

—Uh, que guapo soy. —dijo viéndose en el espejo.

—Ni te imaginas.

—¡Ahora yo a tí! —exclamó brincando y cayendo de rodillas en mi cama asiendome brincar. —¿Jasper, hacemos una competencia?

—¿Peinando? —Dan asintió. —Bueno.

Me desenredé y dividí en dos el cabello.

Le dí ligas y peines a los caballeros confiandoles mi cabeza, literal.

Ambos hicieron trenzas.

Jasper iba con calma y cepillaba suavecito. Dan, por otro lado, hacía todo rápido y emocionado.

—¡Listo! —dijeron a la vez.

Pasé a ver los peinados.

El de mi hermano era adorable y lindo.

El de Jasper, elegante y delicado.

Dan infló y desinfló sus mejillas. —¡Ali! ¡¿Por qué no me dijiste que Jasper sabía hacer trenzas?! —se quejó en dirección a la puerta.

Strong | Jasper Hale.Where stories live. Discover now