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SEGUNDO DÍA DE HURACAN

Jake y Sunghoon permanecían resguardados en su dormitorio, ninguno de los dos ni siquiera habían salido al pasillo del edificio o a alguna de las zonas de este ya sea el gimnasio, lavandería, etc. Al parecer a ambos se les hizo mejor opción quedarse en casa hasta que la situación se tranquilizara.

Jake decidió escribir un mensaje de texto a Nishimura para avisarle que lo iría a visitar ya que era el único de sus amigos que vivía en el mismo edificio solo que en la planta baja.
Una exclamación para nada agradable salio de sus labios al ver la respuesta por parte del japonés:

"Lo siento Hyung, estoy en el dormitorio de Sunoo ya que pasare los cinco días junto a él.

No te preocupes, no le daré tan duro"

- ¡Maldición, están muy chiquitos para coger! -por su mente pasaban miles de escenarios en donde en todos involucraba un cuerpo desnudo y una cama, y un posiblemente embarazo.

- Déjalos, ambos ya son mayores de edad y saben lo que hacen -mencionó Sunghoon, recostado en las piernas del mayor mientras recibía caricias en su cabellera.

 Jake sabia que Ni-ki y Sunoo ya eran mayores de edad, pero el los seguía viendo como unos bebes, sus bebes.

- ¿Y si no se cuidan? -mordio su belfo nervioso.

- Pues los ayudaremos con el bebe 

A Park no le dio ni tiempo de reaccionar cuando sintió como una almohada era impactada en su rostro.

- Era broma, cariño.

- Cariño mis nalgas, te dije que no me llames así -bufo Jake molesto- aún no somos nada, no me puedes llamar de esa forma.

- Si me das otro beso ya no te diré así -menciono Sunghoon, sentándose en el sofá para poder acercar su rostro al del mayor.

- ¿Si te lo doy dejarás de ponerme esa clase de apodos? -señalo con su dedo de forma amenazadora.

Sunghoon asintió freneticamente, como si a un infante le hubieran preguntado si quería un juguete y este sin dudarlo accedió.

Jake rió enternecido ante la actitud del menor.

Lentamente se posicionó a horcadas de este y acercó su rostro al punto que sus respiraciones chocaron, Sunghoon posiciono sus grandes manos alrededor de los muslos del contrario con la intención de acomodarlo, sus labios estaban a milímetros de ser impactados cuando de repente, Park sintió que la distancia fue cortado.

- ¿Qué ocurre? -preguntó desorientado al ver como el pequeño rubio se le quedaba viendo con un tierno puchero adornando sus labios.

- Es que si te doy el beso dejaras de decirme apodos lindos -lo miro con ojos tristes.

- Pero eso era lo que querías Jakey.

- Pero también quería un beso tuyo.

- Pues te puedo dar ambos, cariño -le regalo una sonrisa dulce, divertida y triunfal al mismo tiempo, logrando dilatar la expresión del mayor.

Jake sonrió en grande y sin mas rodeos se inclino para poder estampar sus labios con suavidad  mientras envolvía sus brazos alrededor del cuello ajeno. Sunghoon cerro los ojos y se dejo llevar por los suaves labios del mayor, sintió que algo estallaba en su pecho y que un hormigueo recorría todo su cuerpo. Los labios de Jake acariciaron los suyos, con ternura. Park nunca había sido capaz de sentir la mejor sensación como era el estar besando al australiano, sus belfos encajaban a la perfección, como si hubieran sido creados para estar pegados toda la vida. 

𝗖𝗼𝗺𝗽𝗮𝗻̃𝗲𝗿𝗼𝘀 𝗗𝗲 𝗗𝗼𝗿𝗺𝗶𝘁𝗼𝗿𝗶𝗼Where stories live. Discover now