Capítulo 73 - Llamada

10 4 0
                                    

En DeepOcean, luego de caminar silenciosamente por las calles, finalmente habían llegado al edificio que tenía su entrada bloqueada.

—¿Y ahora cómo entramos? —susurró José.

—Busquemos una abertura por la que podamos entrar.

—Pero todos los lados están bloqueados por maderas.

—Entonces hay que tirarlas sin hacer ruido y entremos.

Ambos comenzaron a quitar las tablas de madera de una de las ventanas para poder ingresar. Trataron de no causar ningún sonido que pudiese alertar a infectados, y luego de varios minutos, Sebas y José por fin estaban dentro.

—Ahora a subir escaleras —dijo Sebas suspirando.

—Ya no me importa —José puso mala cara—. Solo hagámoslo.

Comenzaron a subir rápidamente, estando alertas por si se encontraban a algún infectado en el edificio.

—¿Cuántos pisos son? —preguntó José parando para descansar un momento.

—Deben ser unos veinte —contestó Sebas recuperando aire.

—Y creo que solo vamos ocho hasta ahora.

—Ni modo, hay que seguir.

Los dos siguieron, y luego de varios minutos, finalmente llegaron al último piso. Vieron como habían bolsas de dormir, un mapa del país con algunos puntos señalados, papeles y muchas otras cosas.

—Tenías razón —dijo José mirando el lugar—, los militares estuvieron aquí.

—Sí —contestó Sebas que también veía el lugar con una sonrisa—. Tenemos una oportunidad.

—Bueno, ¿y ahora qué?

—Busquemos algo con lo que podamos llamar a la zona segura.

—Eso haré.

Ambos se pusieron a revisar todo el piso, pero se dieron cuenta de que casi no había nada que les funcione, ya que al parecer, los militares se llevaron la gran mayoría de cosas que trajeron. Sebas comenzó a ponerse un poco nervioso, pensando en que quizás él y José fueron hasta allá para nada.

—No, debe haber algo que nos sirva por aquí —decía buscando en todos lados—. No nos hemos arriesgado en venir hasta aquí en vano... ¿o sí?

—Encontré algo —dijo José interrumpiéndolo—. Creo que es una radio, pero solo puedo oír estática.

Sebas fue rápido hasta su compañero y comenzó a examinar lo que tenía en manos.

—¿Solo había esto? —preguntó Sebas.

—También venía con un micrófono que está en una mesa de allá.

—Al parecer la radio está bien, es solo cuestión de hacerla captar una señal.

—¿Y si subimos a la azotea? Seguro que allá arriba podrá encontrar algo.

—Tienes razón. Trae el micrófono mientras yo subo con la radio.

—Entendido.

Los jóvenes subieron unas cuantas escaleras más, y estando arriba, conectaron el micrófono a la radio.

—Ahora tratemos de contactar a la zona segura —dijo Sebas manipulando el aparato.

—Sé que funcionará —José sonrió.

—Esperemos que así sea.

Mientras tanto en la base...

Marcell ya se había terminado de alistar, y caminaba a través de las instalaciones del lugar rumbo a la salida para dirigirse al muelle en las costas del sur. Mientras avanzaba, se topó con Kendall, que también se dirigía a la salida.

Death in Deep: Muerte en lo ProfundoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora