Capítulo 66 - Propuesta

7 2 0
                                    

Esas palabras confundieron totalmente a Sebas, que solo atinó a balbucear un poco antes de dirigirse nuevamente con firmeza al enmascarado.

—¿Propuesta? —preguntó.

—Así es —dijo asintiendo con la cabeza.

—¿A qué te refieres exactamente?

El enmascarado dio un suspiro pequeño y comenzó a explicarle a Sebas toda su idea:

—Mira, Sebas, estos últimos meses han sido verdaderamente un fastidio tanto para ti como para mí, y siendo honesto, ya me cansé de que todo sea siempre lo mismo.

—¿Ya te cansaste? ¿De qué? ¿De estar amenazando nuestras vidas incluso más que los propios infectad...

—Déjame hablar —lo cortó alzando la voz, haciendo que Sebas se detenga y continuó—: Como dije, ya me cansé de que todo esto sea siempre más de lo mismo de ustedes creyendo haberme derrotado y luego de un tiempo yo reaparezco, les arruino los planes de nuevo, tenemos un enfrentamiento y otra vez creen haber terminado conmigo y así nos enfrascamos en una y otra batalla buscando cada uno la victoria, pero esta vez, ya no quiero que todo continúe así.

—Ve directo al punto.

—Lo que trato de decir, es que no tiene sentido seguir con esto, así que en lugar de venir aquí a buscar aniquilarlos como habría hecho, vine aquí para hablar contigo, y ofrecerte una oferta que quizás tú no podrías rechazar.

Sebas siguió desconfiando en todo momento, pero su curiosidad, por más mínima que fuera, llegó a ser percibida por el hombre de la máscara.

—¿Y bien? ¿No quieres oír de qué se trata?

—Olvídalo —dijo Sebas luego de unos segundos—. No quiero escuchar ninguna propuesta tuya.

—Bien, pero la oirás de todas formas —contestó el enmascarado y siguió con su explicación—: Durante estos meses en los que se desató el virus, he buscado personas a las que usar como ratas de laboratorio en un proyecto en el que he estado trabajando, y cuando tú y tu grupo aparecieron por primera vez sobrevolando la ciudad en ese helicóptero, pensé en mucha gente nueva para usar, pero tu amigo y tú me tiraron de la azotea de un edificio de diez pisos, lo que hizo que me obsesione con matarlos, pero luego recapacité un poco y pensé en usar a su grupito de cuatro en mis experimentos en busca de lograr completar mi objetivo. Pero ustedes de alguna u otra manera siempre resultaban vencedores y escapaban de mi alcance, así que reformulé mis planes, y decidí venir para poder negociar contigo unas cuantas... vidas.

Eso último hizo sospechar a Sebas de lo que buscaba el enmascarado, lo que hizo que le hirviera aún más la sangre.

—Oye, imbécil, ten cuidado con lo que vayas a decir porque si es lo que estoy pensando no vas a salir...

—¿Vivo? ¿Eso quisiste decir? Por favor, Sebas, ni siquiera cuando hacías equipo con tu amigo pudieron ser capaces de ganarme una pelea a puño limpio, así que lo mejor será que te tranquilices hasta que te explique con detalles de lo que hablo.

A Sebas le frustró tener que aceptar que lo que decía el enmascarado era verdad, pero entendió que él solo no sería capaz de ganarle una pelea.

—Bien, veo que ya te calmaste —dijo el enmascarado con su clásico tono burlón—, entonces creo que puedo continuar. A lo que me refería cuando dije que podríamos negociar una cuantas vidas, es que sería muy bueno para mí tenerlos a los cuatro, pero eso implicaría tener que hacer la misma rutina una y otra vez, y como dije, ya me cansé de eso, así que me conformaré con solo tener a tres de ustedes.

Death in Deep: Muerte en lo ProfundoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora