Capítulo 23 - Trato

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—Esa fue mi historia.

—Ahora entiendo todo, por ese golpe en la cabeza perdiste la memoria —dijo Sebas.

—Sí , eso me hizo olvidar todo, pero lo bueno es que al final obtuve de nuevo todos mis recuerdos.

Estuvieron hablando así por un rato, hasta que llegaron unos agentes del CAB y algunos miembros del ejército. Primero se dirigieron al Rescate Alfa diciendo:

—Al Rescate Alfa, solo decirles que su trabajo nos volvió a dejar impresionados, rescataron a cinco personas en la ciudad más infectada del mundo; fue un gran logro a comparación de los otros rescates.

—Los del CAB tienen razón, así fue, pero ahora vamos con los rescatados, de seguro alguno de los integrantes del Rescate Alfa ya les dijo cómo se integraron al ejército.

—Así es, mi amigo me dijo que al ser rescatado y al ser mayor de edad, ustedes lo metieron al ejército —dijo Sebas al soldado.

—Exacto, es que esas son las reglas que se rigen hoy por hoy para asegurar la supervivencia de la raza humana, a los que rescatamos aquí, son obligados a estar en el ejército.

—¿Y eso por qué? —preguntó José.

—Es una manera de retribución hacia tanto el ejército como para el CAB por traerlos a la zona segura.

—¿Pero y eso de qué sirve? La retribución no serviría para nada, si estamos aquí es para estar a salvo, y lo que ustedes quieren es enviarnos de vuelta a esos lugares y volvernos a poner en peligro —dijo José estando algo exaltado.

—Pero es con el fin de traer a más personas aquí, tienen que hacerlo o de lo contrario...

—Nos pasará algo si decimos que no, ¿verdad? —preguntó Sebas desconfiado.

—Si ustedes no aceptan estar en el ejército, serán echados de la zona segura.

Todos se quedaron sorprendidos al escuchar eso.

—¡¿Qué dicen?! ¡¿Nos echarán si no aceptamos!? —gritó Milagros.

—¡Pero nos vuelven a poner en riesgo, por algo que es y debería ser trabajo del ejército, no nuestra responsabilidad! —agregó su hermana menor.

—Ustedes no están obligadas a participar de esta medida, solo sus compañeros —contestó el soldado y agregó—: En tanto a su cuestionamiento, justamente llevamos a las personas a rescatar a más gente para que así sea más fácil dejar las ciudades completamente libres para la fase dos del plan del ejército.

—¿Ah sí? ¿Y cuál es su siguiente fase? —preguntó Milagros desafiante.

—Es confidencial.

—Tranquilas chicas, eso lo hablaremos en privado si nos permiten —dijo Sebas.

—Tranquilos, tómense su tiempo, y sobre todo, estén seguros de escoger la respuesta indicada.

Los cuatro supervivientes además de Alex y Marcell fueron a hablar en privado, se reunieron y Sebas dijo:

—No estoy tan seguro de que decisión tomar, si decimos que sí, nos pondrán a José, Alex y a mí en riesgo otra vez, pero si decimos que no, nos echarán de la zona segura.

—Oye bro, yo te diría que digas que sí, tú y tu equipo lograron sobrevivir por mucho tiempo acabando a muchos zombis con tal de seguir vivos, lo que implica que son muy buenos en ello, así que no será difícil matar muchos zombis —le mencionó Marcell a su amigo.

—En eso tu amigo tiene razón Sebas, además de que no consideramos que al aceptar salvaremos mucha gente —dijo José.

—Bueno, yo al tener una tienda de armas siempre supe manejarlas, y supongo que ahora nos las darán gratis si aceptamos, por mí no habría problema en aceptar —dijo Alex despreocupado.

Death in Deep: Muerte en lo ProfundoWhere stories live. Discover now