Capítulo 26 - Confianza

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Sebas sabía bien lo que tenía que hacer. Se levantó de su asiento, y salió de la cafetería en busca de Kendall, y aunque buscó por todos lados, no la encontró en ninguna parte; fue entonces que decidió salir al patio para pensar en qué lugar podría estar, cuando vio a Kendall sentada a lo lejos. Él se acercó caminando, Kendall notó la presencia del joven y le dijo de forma anticipada:

—Esta será la última advertencia que te daré, aléjate ahora.

—No vine a aquí para pelear, vine para... disculparme.

—Sí, claro. ¿Y en qué momento dejarás el sarcasmo?

—Estoy diciendo la verdad, quiero disculparme por lo que dije en la cafetería.

—¿Entonces sí aceptas que lo que dijiste fue una estupidez completa?

—Sí lo acepto, y espero puedas disculparme.

—Estás disculpado, ya puedes irte.

Sebas al ver lo casi ignorado que era dijo:

—Creo que lo mejor para ambos sería que nos lleváramos bien, ¿no crees?

Kendall simplemente lo ignoró, y Sebas ante la indiferencia de la chica se limitó a decir algo; se dio la vuelta y antes de irse solo volvió a decir:

—Lo volveré a decir, lo siento.

Giró su cabeza, suspiró y comenzó a avanzar de regreso a dentro de la base, cuando la voz de Kendall lo detuvo.

—Espera —dijo.

Sebas entonces paró de caminar, dio la vuelta y preguntó:

—¿Sucede algo?

—Sí, bueno, creo que quizás fui algo grosera cuando me pediste disculpas.

—Descuida, yo fui más grosero al meterme en el tema del porqué prefieres trabajar sola.

—Aunque creo que yo comencé todo, acepto que fui irritable cuando llegaron ustedes y cuando te interrumpí al presentarte.

—Mejor dejémoslo en que ambos no fuimos precisamente las mejores personas al conocernos.

—Sí, creo que no empezamos de buena manera, y es lamentable que no te llevaras una primera buena impresión mía.

—Bueno, pues nunca es tarde para hacer nuevos amigos, ¿no crees? —dijo Sebas con una sonrisa.

—Obvio que sí —dijo Kendall igualmente sonriendo.

Sebas entonces levantó la mano y dijo—: Un gusto, me llamo Sebastián, aunque me dicen solo Sebas.

Kendall correspondió el saludo levantando su mano diciendo—: Un gusto, Sebas, yo me llamo Kendall.

—Un gusto conocerte, Kendall, pero creo que lo mejor es que ya entre a la base, debo dormir temprano para seguir el entrenamiento mañana.

—Claro, mejor hablamos mañana.

Sebas entonces metió sus manos a los bolsillos del pantalón, y cuando ya estaba caminando de regreso, Kendall lo detuvo nuevamente.

—Espera, Sebas —dijo ella.

—¿Qué ocurre? —preguntó él girando la cabeza únicamente.

—Cuando ocurrió lo del comedor y preguntaste sobre el porqué hago mis misiones en solitario...

—Oye ya te lo dije, fui muy tonto al decir eso, tú tendrás tus razones para trabajar sola, yo no tengo porqué meterme.

—Sí, tengo razones, para desconfiar de la gente, y creo que ya es tiempo de contárselo a alguien.

Death in Deep: Muerte en lo ProfundoTempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang