Ꮯꭺꮲ 6: "Ꭰꮻɴꭼꮪ" (Ꮲꭺꭱꭲꭼ 1)

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A las doce del mediodía todos ya habían almorzado. Pero al ser muchos Luisa buscó una mesa vieja, guardada en un almacén en el patio, bastante grande para que la nueva familia almorzara.

Después de reposar y digerir la comida durante dos horas, era tiempo de hacer su tan característica rutina, visitar el pueblo.

Descendieron la pequeña colina que los separaba de aquellas personas y se ubicaron en medio de una calle, llamando la atención para que todos se reunieran en el lugar.

—Querido pueblo, como ya saben, ésta mañana se les pidió que se refugiasen en la iglesia ante la visita de extraños que también poseían dones. Después de saber sus intenciones al venir aquí, he decidido que temporalmente se hospeden en nuestra casa. Así que no teman, si veo algo sospecho los tendré cerca para evitar que causen daños. —miró de reojo a los mencionados— Así que, ¡Con ustedes, la familia Bedoya!

A su alrededor la gente murmuraba, no confiaban en los nuevos, y más si aparecieron sin avisar.

Pero aún así les dieron la bienvenida.

—¡¿Cuáles son sus dones?! —gritó un niña con trenzas.

—¡Sí, queremos saber! —concordó otra niña de piel más oscura.

—¡Ahora mismo! —exclamó el niño con una taza de café.

—¡Es cierto! No nos han dicho sus dones —algo pareció hacer click en su cabeza.

—En efecto Mirabel, ¿Y qué mejor manera de revelarlos que frente al pueblo? —añadió la abuela, solo que ella si conocía un don por parte de Pepa.

Dolores escuchó a más de uno de los Bedoya tragar saliva nerviosos.

De entre la multitud una mano se alzó.

—Doña Alma, necesito ayuda. Quiero llevarles estos postres a mis nietos pero me duele horrores la espalda como para ir tan lejos —avanzó lento hacia el frente una señora de avanzada edad con una canasta.

—Déjeme ayudarle —Valeria se acercó a la mujer— Soy Valeria, un gusto —

—Igualmente, soy María —

— Bien, necesito que visualice la casa de sus nietos —

—Está bien —

Cerró los ojos durante un rato, y cuando creyó que le dio el tiempo suficiente colocó su mano en la frente de la anciana. La mujer castaña  concentró su poder en su palma y frente a ella apareció un portal.

El agujero mostraba una casa de dos pisos color blanca, hecha de madera.

—¿Es ésta la casa? —preguntó.

—¡Sí, gracias señorita! —metió la mano en su cesta y sacó un postre para entregárselo en agradecimiento.

—No fue nada –dio un mordisco mientras la abuela cruzaba el portal, el cual cerró al finalizar su trabajo.

—Teletransportación, un don bastante útil. Bien hecho —felicitó la cabeza de los Madrigal fingiendo no saberlo.

De repente dos voces agudas irrumpieron.

—¡Ayuda, las abejas nos persiguen! —

Dos hermanos venían corriendo en dirección a la familia más conocida de Encanto.

Antonio tenía toda la intención de correr hacia ellos y hablar con las abejas, pero alguien más se le adelantó.

Frente a los niños se posicionó un hombre azabache creando un escudo dorado. La barrera los cubría totalmente, creando una especie de semicírculo. Empezando en el suelo, pasándoles por encima, para terminar en el piso.

Las abejas cansadas de intentar atravesar la defensa se retiraron.

—¡Eso si que es otra onda! —exclamó el niño del café.




✦•Nuevos descubrimientos•✦

✦•Valeria es castaña y posee el don de la Teletransportación.

✦•Samuel es azabache y posee el don de la protección.

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Disculpa la tardanza, como recompensa volveré a actualizar ésta semana.

Att: Le_Bois

¿¡Nꮻ ꮪꮻꮇꮻꮪ ꮮꮻꮪ ꮜ́ɴꮖꮯꮻꮪ!? ᨒ 𝙴𝚗𝚌𝚊𝚗𝚝𝚘Where stories live. Discover now