-Wow.- rió Rebeca.

-Bien dicho.- concordó Henry.

-Hola, ¿cómo estás?- le preguntó como si no se hubieran saludado.

-De maravilla.- dijo él con una pequeña reverencia.-Excepto por un detalle...-

-Cuéntame.- 

-Te extraño.- dijo lanzándole una de sus devastadoras sonrisas.-Iba a esperarte fuera de tu salón, pero llegué dos minutos tarde y tuve que correr.-

-Y correr es... ¿malo?- preguntó a pesar de que su cerebro seguía dándole vueltas al "Te extraño"

-Quizás la regla de no correr por los pasillos de la academia me traumó, ¿quién sabe?- suspiró él.

-Debiste contármelo antes, te habría conseguido cita con un terapeuta y quizás...-

-Y esa es nuestra señal, nosotras nos vamos.- anunció Rebeca agarrando a Eleonor de un brazo y lanzándoles un beso a modo de adiós.

-¡Nos vemos mañana!- les gritó agitando la mano.

Siguió a Rebeca con la miraba mientras la chica arrastraba a Eleonor por el pasillo, pero la suave risa de Henry atrapó su atención una vez más y se volteó a mirarlo luego de subir los anteojos por el puente de su nariz. Henry tenía ambas manos dentro de los bolsillos de sus jeans y la observaba con una sonrisa que Maya estaba comenzando a considerar ofensiva por el simple hecho de que le revolvía el estómago.

-No me mires así.- le pidió dirigiéndose hacia las escaleras.

-¿Por qué no me pides algo que sea posible?- preguntó él.

-No me coquetees.-

-¡No estoy coqueteando!-

-Tienes el tono.- dijo alzando un dedo.

-Así hablo.-

-Sí, claro.- bufó.

-Esto es tan injusto.- suspiró.-Eres encantadora con todos los chicos que te gustan, pero resulta que conmigo te pones huraña.-

-Nunca me habían llamado así en la vida...- dijo parando en seco y quitándose los anteojos para mirarlo.

-¿Y qué vas a hacer?- preguntó alzando una ceja, sin detenerse, por lo que Maya tuvo que seguir caminando.

-Cambiar el tema.- dijo con obviedad.-Entonces... me extrañas.-

-Si hubiera sabido que no quieres verme no habría venido.-

-¿Ahora quién está siendo dramático?- chistó dándole una palmada en el hombro.-También te extraño, pero creí que íbamos a esperar hasta que todo estuviera en orden.- le recordó.

-Técnicamente lo tengo todo en orden.- apuntó.-Excepto el detalle de que Aylin me odia, me gustaría resolver eso, pero no quiere hablar conmigo, así que...-

-Lo siento.- dijo abrazándose a uno de sus brazos.-Vuelve a intentar en unas semanas, cuando se haya desahogado.- le aconsejó.

-Se supone que estábamos saliendo de vez en cuando, sin compromiso y todo eso, nunca la sentí posesiva, pero está claro que le toqué el orgullo cuando le hablé de ti.-le contó.-Me da curiosidad saber cómo estará contando la historia, podría hacerme quedar pésimo.- dijo más pensativo que preocupado.-Bueno, supongo que lo descubriré pronto.- resolvió.

-Olvidé que tienes reputación.- dijo llevándose una mano a la boca.-Dile adiós a tu carrera política, nadie quiere a los polígamos.- dijo con reproche.

-¿Qué? ¿Acaso voy a empezar un harén?- preguntó riendo.

-¿Cuántos camellos le vas a dar a papá por mi?-

Entre TiemposDonde viven las historias. Descúbrelo ahora