﹫𝐄𝐍𝐇𝐘𝐏𝐄𝐍

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𝐅𝐎𝐑𝐄𝐕𝐄𝐑 𝐖𝐈𝐓𝐇 𝐘𝐎𝐔 — 𝐧𝐢𝐬𝐡𝐢𝐦𝐮𝐫𝐚 𝐫𝐢𝐤𝐢

Sonó el timbre y hurgaste con la correa de tu bolso, colocándolo a tu alrededor rápidamente mientras te revisabas por última vez antes de salir de la casa.

Tomando una respiración profunda, rociaste un poco de perfume, sintiéndote nerviosa por tu primera cita con quien pensabas que seguiría siendo tu mejor amiga. Sin embargo, nunca nada sale según lo planeado.

Cuando estabas a punto de salir de tu habitación, de repente te acordaste de llevarte las llaves, a menos que quisieras quedarte fuera de tu propia casa.

"¡No hijo, no te preocupes! Ella solo está distraída. Espera". Escuchaste a tu padre reír y hablar en voz alta bajando las escaleras y rápidamente arreglaste los cordones de tu zapato izquierdo, que definitivamente no colaboraban para que llegaras a tiempo.

"¡T/n!" Gritó tu padre desde el pie de la escalera y tú respondiste con la misma energía, diciéndole que venías.

Bajas corriendo las escaleras y cuando miraste hacia la puerta principal tu corazón dio un vuelco.

Ni-ki estaba de pie en toda su hermosa forma, apoyado en el marco de la puerta, charlando alegremente con tu padre. Unos mechones de su cabello negro caían hacia adelante sobre sus ojos cautivadores, vestía una simple camiseta blanca con encima una camisa a rayas azules y blancas y unos jeans. Estaba vestido de manera informal, pero para ti siempre se veía perfecto.

Sus ojos se abrieron un poco al verte, la boca se quedó boquiabierta al verte vestida para él.

Se recompuso rápidamente al recordar que su padre todavía estaba allí mirándolos a los dos con una sonrisa.

Ni-ki te dio una gran sonrisa, deslizando sus manos en los bolsillos de sus jeans. "¿Lista?" Te preguntó emocionado.

Asentiste lleno de energía. "Lista."

"Diviértete y mantente a salvo, recuerda volver a casa por-"

"¡Adiós papá!" Rápidamente agarraste el brazo de Ni-ki, arrastrándolo lejos de la entrada de tu casa mientras tu papá gritaba adiós desde la puerta.

Levantando una mano para despedirse de tu padre, Ni-ki se rió de tus payasadas.

De repente se detuvo, casi haciéndote tropezar ya que tu mano todavía estaba agarrando su brazo con fuerza.

"¿Por qué estás corriendo?" Preguntó con indiferencia, llegando a entrelazar sus manos, definitivamente una mirada más natural para dos personas que van a una cita en lugar de uno arrastrando al otro como si estuvieran siendo secuestrados.

"Lo siento. Estaba avergonzada". Murmuraste sin dejar de mirarte las manos, caminando tranquilamente por la carretera vacía. Los latidos de tu corazón resonaron en tus oídos y tus mejillas se calentaron lentamente.

Sus ojos se posaron en donde te observaba con tanta insistencia y se dio cuenta.

"Oh... lo siento-" Mientras se disculpaba por la acción desconsiderada, abrió su mano para soltar la tuya. Sin embargo, en el momento en que lo sentiste resbalar, tomaste su mano con más fuerza, sacudiendo la cabeza violentamente. "No absolutamente. Vamos".