Fuego y Metal

21.-Planes y volantes

Descargo de responsabilidad: Avatar: The Last Airbender, pertenece a sus respectivos dueños.

XXX

Una celebración más tarde: baile, fiesta y despertar a Ty Lee de su episodio de desmayo. Después de desafiar a los ojos aburridos de cualquier otro noble, la celebración fue un éxito. Lo siguiente en la lista de cosas por hacer, al día siguiente: era lidiar con la Invasión y las rebeliones de maestros tierra que estaban ocurriendo.

"Podemos lidiar fácilmente con la Invasión. Su pequeño ataque planeado en nuestra Nación estaba condenado al fracaso, en el momento en que revelaron sus planes", dijo Azula, en la Sala de Guerra reunida. También se reunieron varios generales y almirantes de alto rango, el asesor militar del Señor del Fuego. Junto a su prometido . "Los atraemos, tirando suavemente, hasta que alcanzan su ansiado premio, y luego... ¡BOOM! ¡Los aniquilamos!"

"¡¿Tu plan nos autoriza a dejar que estos... rebeldes ... pongan un pie en nuestra patria?!" preguntó el general Lee.

"Entiendo sus preocupaciones , general , pero de esta manera, podemos eliminarlos a todos a la vez", dijo Azula, derribando las piezas que simbolizaban la fuerza de invasión. "¡Y asegúrense de que estos salvajes nunca vuelvan a tocar nuestra tierra!"

"¿Y qué hay del Avatar?" preguntó el general Shinu, lo que le valió un crujido de metal contra metal de Zhan y un ojo nervioso de Azula. El Avatar había sido confirmado con vida, por un puesto de guardia de la Nación del Fuego, y también que estaban en lo profundo del territorio de la Nación del Fuego.

"El Avatar podría traer algún obstáculo a los planes, pero es mejor que mantengamos el estado de ignorancia", dijo Zhan, apoyando a Azula. "Por lo que saben, el Avatar está muerto para nosotros. Seguimos haciendo cumplir la vigilancia en las ciudades, para cualquier niño sin padres. No conocen nuestra fauna o flora, y también se esconderán de nosotros". Mantenemos la presión sobre ellos, para que no sospechen nada, hasta después del Día del Sol Negro. Contra nuestras nuevas armas, ¡no tendrán ninguna posibilidad!".

Esa última declaración les valió un aplauso, complaciendo tanto a los consejeros como al Señor del Fuego, algo que incluso Azula tuvo dificultades para lograr... pero esto le sentaba muy bien.

"Ahora eso ha concluido. Nuestra otra agenda..." dijo Ozai, mientras Azula tomaba asiento junto a él. Zhan de pie junto a ella; un movimiento muy poco tradicional de Azula, exigiendo que él pudiera participar en las reuniones del Señor del Fuego. Aunque estaba un poco en contra, Ozai finalmente había aceptado, pero solo en los términos de que Zhan era su asesor y nada más en la Sala de Guerra: hablar solo cuando se le pregunte o se le hable. "General Shinu, su informe".

"Gracias, señor", respondió el general Shinu, mientras comenzaba a explicar sobre las rebeliones. "Ba Sing Se todavía está bajo nuestro control. Sin embargo, las rebeliones de los maestros tierra nos han impedido lograr la victoria total en el Reino Tierra".

"¿Cuál es tu recomendación?" preguntó Ozai.

"Nuestro ejército está demasiado disperso, pero una vez que termine el eclipse y la invasión sea derrotada, deberíamos transferir más fuerzas domésticas al Reino Tierra", dijo el general Shinu.

"Hmm. Lord Zhan, has luchado contra los maestros tierra de cerca. ¿Cuál es tu opinión?" preguntó Ozai.

"¿Mi consejo?" preguntó Zhan, su rostro pensante escondido detrás de la máscara de calavera. "Los maestros tierra son un grupo resistente: todo su Reino es su campo de batalla, su tierra es su protección. Mientras tengan una roca sólida debajo de ellos, no se rendirán: un grupo de personas esperanzadas, que no conocen el significado de rendición".