28

11.4K 664 199
                                    

Miarda, miarda, miarda.

¿Por qué tenía que llamar justo ahora?

Mis manos comienzan a temblar, este no es un buen momento.

¿Debería contestar?

Esa pregunta asecha mi cabeza en el momento que leí su nombre en la pantalla del móvil. Una llamada de él siempre me hace feliz y la recibo con entusiasmo, pero ahora, justo ahora no estaba bien.

Seco rápido las lágrimas con el dorso de mis manos, carraspeo para quitar el nudo que aún sigue en mi garganta y con algo de dificultad deslizo el botón para contestar procurando que mi voz no suene temblorosa.

- ¿Ho-Hola? - tartamudeo al hablar.

Carajo.

- ¡Mi Tenista! ¿Qué tal estás?

La voz de Lando se escucha del otro lado de la línea, suena feliz, y por algún motivo escuchar su voz crea una capa de alivio en mi cuerpo después de lo ocurrido hace unos momentos.

-Estoy bien, ¿Tú qué tal estás? ¿Las prácticas van bien? - pregunto, tratando de sonar normal.

Lando ríe del otro lado.

-Cariño, las prácticas son el viernes, hoy es miércoles- me recuerda un tanto divertido.

Me golpeo mentalmente. Había olvidado que hoy es miércoles, joder.

-Oh, es verdad. Me he confundido- vacilo con una risita nerviosa.

Tomo asiento en la orilla de la cama, y al momento de hacer la acción, un dolor punzante en mis costillas me hace retener un quejido.

- ¿Estás bien? - habla.

Su pregunta hace que me calle abruptamente. No quiero que Lando levante sospechas de lo que ha pasado, no después de las amenazas de mi padre, no sería bueno que él corra algún tipo de riesgo.

-Sí, ¿Por qué no lo estaría? - contesto.

Él emite un sonido pensante.

-Suenas un poco rara, y tú voz suena gangosa, como si estuvieras llorando, ¿Segura qué estás bien? - pregunta y en su voz se nota la preocupación.

¿Por qué Lando tenía que conocerme tan bien?

Pienso rápido e invento la mejor mentira para que pueda creerme.

-Sí, descuida. Solo estaba viendo una película donde al final el perro muere y me he puesto sentimental, es todo.

-Tu no lloras con las películas tristes- recuerda, medio dudoso.

De repente me pongo más nerviosa y mis manos comienzan a sudar.

-Claro que si- digo, mordiendo mi labio superior con los dientes.

-No, no lo haces- contradice.

-Estoy bien- repito.

-Lia- su voz se vuelve como una advertencia.

-Lo estoy, confía en mí- vuelvo a mentir, soltando un suspiro entrecortado.

Y mi pecho duele no por el dolor físico, es más por el dolor emocional que siento. Mi propio padre me ha maltratado a un extremo mayor y ahora estoy mintiéndole a la persona que más me importa solo para no joderla más y que no le suceda nada. No quiero mentirle a Lando, no quiero ocultarle nada, pero tampoco quiero ponerle en riesgo, no soportaría que algo malo le pasase.

-Si algo pasa no dudes en decírmelo, por favor, hasta la más mínima cosa- dice sonando preocupado.

Las lágrimas quieren volver a formarse en mis ojos, así que los cierro fuertemente para evitarlas.

Velocidad a Sets  •Lando NorrisDonde viven las historias. Descúbrelo ahora