Epílogo

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8 de agosto de 2021
Woking, Inglaterra

Abro los ojos cuando siento la luz del sol pegar directo en mi cara y me remuevo sobre la cama notando el espacio vacío a un costado. Es cuando escucho el ruido del agua en la ducha y sé que Lando está ahí.

Froto mis ojos para quitar la pereza y me levanto, recogiendo del suelo la camisa blanca de Lando y me la pongo.

Siento el calor subir por mis mejillas al ver nuestra ropa tirada en el suelo como testigo de lo que ocurrió y los recuerdos de la noche anterior vienen a mi mente.

Lan y yo nos habíamos escapado de la boda luego de arreglar las cosas y vinimos a su departamento, dónde conversamos y bueno, no está de más decir que sucedieron más cosas.

Busco mi celular en mi bolsa que reposa sobre el buró a un lado de la cama y reviso la hora percatándome que es más de medio día.

Joder, si que había dormido.

Tengo algunos mensajes de Olivia preguntándome cómo me encontraba, además de que debo contarle todo lo ocurrido y con una simple repuesta le respondo que todo está bien.

Dejo el celular de nuevo sobre el buró y mi vista viaja al anillo que también reposa en éste.

Lo tomo entre mis dedos y sonrío porque es el mismo anillo que le regalé hace unos años en su cumpleaños.

El agua deja de escucharse y escucho la puerta ser abierta.

-¿Qué pasa?- Lan pregunta al salir de la ducha con una toalla atada a su cintura y algunas gotas de agua escurriendo aún por su torso.

Me giro ante él y sonríe al verme con su camisa puesta.

-¿Por qué me dejaste dormir tanto?- reprocho.

Lando sonríe dulcemente acercándose.

-Te veías muy cansada y no quise molestarte- contesta.

Asiento comprensiva.

-Pensé que ya no lo usabas- digo, haciendo referencia al anillo que le regale en su cumpleaños.

-Nunca dejé de usarlo, es mi amuleto de la suerte- dice, tomando el anillo para ponérselo.

Sonrío dulcemente y me siento sobre el buró y Lando se abre paso entre mis piernas, colocando ambos brazos en cada lado de mí cuerpo para mantenerme atrapada.

-Yo también tengo un nuevo amuleto de la suerte- respondo.

-¿Ah sí? ¿Y qué es?- pregunta curioso.

Estiro mi brazo para tomar mi bolso que está a un lado y busco el collar que guardé antes de salir de casa la noche anterior.

Cuando lo pongo a la altura de nuestros ojos, Lan mira el collar melancólico.

-Olivia me dijo que lo dejaste en mi cumpleaños- digo.

Lando asiente lentamente y lo toma entre su mano.

-Fue un detalle que me hizo acordarme de ti, así que lo compré y fui a dejarlo a tu apartamento.

Asiento lentamente, mordiendo mi labio inferior por lo que estoy a punto de preguntar.

-Lan, ¿Puedo preguntarte algo?

Mi chico asiente y acaricia mi cintura con la yema de sus dedos.

-¿Por qué nunca fuiste a buscarme? ¿Por qué no me detuviste e impediste que me fuera?

Mi pregunta hace que sus caricias se detengan y me mire atento, borrando su sonrisa.

-Lo hice- confiesa - fui por ti al aeropuerto el día que te fuiste.

Velocidad a Sets  •Lando NorrisOù les histoires vivent. Découvrez maintenant