~Chris Evans Fanfic~
Sigue a la familia Evans por diferentes etapas y momentos en sus vidas.
Desde su boda hasta los cumpleaños.
Desde los accidentes hasta las reuniones en la escuela.
Desde las noches familiares hasta los castigos.
Desde las citas...
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Aparco el auto en la entrada del garaje; al lado del auto de Claire, lanzándole una rápida mirada a East, el cual está ansioso por bajar y poder borrar de su pelaje todo rastro del perfume y el shampoo que le colocaron.
—¿Que sucede, amiguito? —hablo desabrochando el cinturón de seguridad—, ¿ansioso por ver a mamá?
El lloriqueo es suficiente respuesta y no puedo evitar sonreír cuando abro la puerta y el pequeñín salta fuera, casi clavándose en la capa de nieve que cubre la entrada, revolcándose en el frío.
—Ven aquí, tonto, vas a congelarte —farfullo caminando hacia la entrada de la casa—, entra ya, loco.
East deja de rodar en la nieve, humedeciendo su pelaje antes de sacudirse y finalmente dignarse a entrar en la casa, donde comienza a olisquear todo, gimoteando un poco.
—Encuentra a mamá, amiguito, no puede deshacerse de nosotros.
—Como si quisiera deshacerme de ustedes —la voz de Claire viene de la cocina e inmediatamente tanto yo como East nos encaminamos hacia allá.
Claire está sentada en uno de los bancos de la cocina y siento mi corazón acelerarse cuando levanta la vista de su teléfono y me sonríe.
—Hola mi príncipe hermoso —ella se baja del asiento y se arrodilla para darle a East su atención, el pequeño se emociona, su cola golpeando el aire cuando comienza a saltar y dar vueltas alrededor de mi esposa, la que no tiene reparos en darle todo el cariño que el can pide.
Espero pacientemente mi turno de recibir amor, recostándome en el marco de la puerta, una sonrisa pegada en mi cara al ver la escena.
—Amiguito, no soy celoso, pero me gustaría poder besar a esta hermosa mujer —me acerco con cautela y me arrodillo para presionar nuestros labios.
Escucho la risita de Claire antes de que su boca se abra para mí y ese suave gemidito brote de su garganta cuando sostengo su mejilla para profundizar el beso, sintiendo su lengua acariciar el borde de mis labios.
Me inclino más hacia ella, y la siento sonreír antes de tener que sujetar su cintura cuando la inclino demasiado hacia atrás hasta casi tener el trasero en el suelo.
—Me agrada su entusiasmo, señor Evans —susurra sobre mis labios antes de que la lengua húmeda de East se una al beso sin ninguna invitación lo que me hace reír y resoplar un poco—. Tú, tontito, se pide permiso para dar besos.
—Y no se interrumpen los besos de los esposos —añado, volviendo a tomar los labios de Claire, pero ella coloca sus manos en mi pecho, empujándome levemente—. ¿Sucede algo, amor?
