19 | Viaje sobre ruedas

Start from the beginning
                                    

Zanahoria: ¡Llego en nada!

Yo: AAAAAAAAAA YA ESTO LISTO

Y a tan solo un minuto después escucho la bocina de la camioneta.

—Tu príncipe azul ya llegó.

—¿Regresarás a tu casa sola?

—Tu madre me invito a comer. Primero comeré y luego me voy.

—Vale.

El hecho de que mi amistad con Sally lleve años, hace que mi madre y ella se lleven de una muy buena manera.

—Mucha suerte. Te amo. Te diviertes —me dice antes de darme un fuerte abrazo—. Y sobre todo, folla mucho —me susurra en el oído.

—¡Sally! —le grito separándonos.

—Tres días sin papás. Amigo ¿sabes todo lo que yo haría en esos tres días?

—No, pero me imagino.

—Pues a follar como si no hubiera un mañana.

Suelto una carcajada.

Bajo junto a Sally y me despido de mi madre, la cual llora y me dice de una y mil formas que me cuide mucho.

Salgo de la casa y una furgoneta de color amarillo con detalles blancos se abre ante mis ojos. Mi novio, está sentado en el asiento del conductor con una gorra que tiene escrito "Bitch, i'm gay".

Corro emocionado, él se baja y me abraza fuertemente.

—Nos vamos de viaje, abejita.

—Estoy muy emocionado, zanahoria.

—No te imaginas como lo estoy yo.

—¿Subo mi mochila atrás?

Él asiente. Me abre la puerta de atrás, lanzo mi mochila y me subo al asiento del copiloto.

Mi madre sale junto a Sally y platica con Parker. Le pide que nos cuidemos mucho y que nos divirtamos.

—Cuida a esa desgraciada, pelos rojos —le pide Sally.

Él se ríe y choca los puños con mi amiga.

Parker enciende la camioneta y la pone en marcha mientras decimos adiós a Sally y mi madre.

—¿Y el plan es ir a dónde? —inquiero.

—No tengo ni puta idea, pero el chiste es divertirse.

Suelto una carcajada.

—Vale, confío en ti.

—Haces bien, Dem.

Cuando salimos de la ciudad, solo nos topamos con los enormes árboles que se encuentran a los laterales de la carretera.

—Me conectaré para poner música —informo.

—Uhm... Hay un pequeño detalle —me interrumpe el pelirrojo—. La furgoneta es un poco vieja, y la única música que se puede escuchar es la que mi tío descargó en sus tiempos de juventud.

—Vale. ¿De qué época son?

—Setentas y ochentas.

—De puta madre —me inclino y presiono el botón de "Encender" del reproductor de la camioneta.

Al instante, comienza a sonar una canción pegajosa y que me hace menear mi pie al primer segundo que la escucho.

—No la conozco —confieso.

Volteo a ver a Parker. Él está cantando a perfección la letra.

—Es "Goody two shoes" de "Adam Ant" —responde.

Hablar a la lunaWhere stories live. Discover now