10 | ¡Vivan los gays!

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Demien

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Demien.

Trago saliva con nerviosismo.

Nuestras respiraciones se mezclan de la cercanía que hay tengo su rostro a tan solo unos centímetros y eso me pone extrañamente nervioso, pero a la vez emocionado.

A LA MIERDA. Ya no aguanto más.

Coloco mi mano en su nuca y le jalo contra mí estampando nuestros labios. Los dos cerramos los ojos y disfrutamos de como nos acoplamos perfectamente al beso. Sus labios son suaves y saben a fresa.

El saber que estoy besando a Parker Kenner hace que miles de mariposas se formen en mi estómago. Sentir como se revolotean mientras nuestras bocas se unen como si estuvieran bailando una bella melodía.

Cuando nos separamos, los dos nos miramos fijamente, analizándonos y razonando lo que acaba de pasar. Luego de un par de segundos, los dos nos reímos ligera y nerviosamente.

—Nada mal ¿eh? —exclamo tomando una rebanada de pizza.

—¿A caso pensaste que besaba mal? —inquiere simulando estar ofendido.

—Jamás.

Él eleva su ceja derecha en tono juguetón y coqueto.

—Tú tampoco besas nada mal la verdad.

—Para ser una de las pocas veces que lo he hecho, me siento alagado —afirmo.

—Yo tampoco he besado mucho que digamos —apunta.

—Ajá.

—¡Te lo juro!

—¡No te creo! —espeto entre risas.

—Esta es la tercera vez que doy un beso. La primera fue en un juego de la botella con el chico que me gustaba. La segunda con un chico en una fiesta. Y está contigo. Siendo sinceros... está ha sido la mejor y la que más esperaba.

Al escucharlo decir eso últimos mis mejillas se tornan de color rojo.

SANTA LANA DEL REY, ¿POR QUÉ TIENE QUE SER TAN PERFECTO?

—Yo también estaba esperando esto por demasiado tiempo —declaro nervioso.

—¿Cuántas veces has besado?

—Dos, contando esta —declaro—. La primera fue con un chico que Sally me presentó, la cita fue una mierda, y mi primer beso fue una mierda. Esa tarde me la pasé imaginando que estaba en otro lugar menos ese.

—Cuando el mundo es una mierda, tú vive en un campo de flores.

—Buena frase. La quiero tatuada en las nalgas —suelto sacándole una fuerte carcajada.

—Todo un honor —bromea.

Estoy muy contento de que después del beso la cosa no se haya puesto incómoda. Regularmente se acostumbra a que luego de un primer beso con esa persona, todo se vuelve en silencio y ninguno sabe que decir. Este afortunadamente no fue el caso.

Hablar a la lunaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora