12 | Llegó la hora del perreo

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Puse "Poker face" de mi poderosa Gaga porque es ideal para una fiesta y la escuché mientras escribía una escena del capítulo ;)

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Puse "Poker face" de mi poderosa Gaga porque es ideal para una fiesta y la escuché mientras escribía una escena del capítulo ;)

Demien

—¿Tanto alboroto por una fiesta? —inquiero con tono de fastidio.

Desde que Bryan Clifford anunció su fiesta de cumpleaños no hay otro tema de conversación en los pasillos del instituto.

—Dem, bien sabes que una fiesta en esta escuela es como si fuera una festividad mundial y súper emocionante —me responde Parker mientras andamos hacia el comedor.

—Ya, pero es que de verdad no entiendo porque se emocionan tanto con bailar sudorosamente como si fueran sardinas apretadas y de fondo música lo suficientemente fuerte para dejarte sordo.

Él suelta una pequeña carcajada por lo bajo.

—¿Qué? —inquiero.

—Me recuerdas a mi abuelo cuando empieza a farfullar sobre las nuevas generaciones —menciona entre risas—. Me das ternura tengo que admitirlo.

—Obvio no estoy en contra de las nuevas generaciones, es decir, soy parte de ellas y apoyo que revolucionemos el mundo porque las cosas cambian. Pero yo no soy fan de las fiestas y no entiendo porque tanta emoción.

—Y lo comprendo Dem. Es aceptable y respetable. Si quieres no vamos.

—No, tú si quieres ir, así que iremos.

—No te voy a obligar a ir si no quieres.

—No me estás obligando. Yo voy porque quiero ir. No siempre nos detendremos porque a mi no me gusta, tú igual importas.

—¿Seguro que quieres ir?

—Sí, despreocúpate Zanahoria.

—Me gusta que me digas "Zanahoria".

—Y a mi que me digas "Dem".

Los dos nos sonreímos y entramos al comedor. Allí buscamos con la mirada a Sally y Cameron, los cuales están en una mesa en la esquina y por sus caras de bobos y su cercanía puedo suponer que se están diciendo cosas súper empalagosas.

—Vamos —me indica el pelirrojo.

Caminamos los dos juntos hacia la mesa.

—Mira nada más a los tortolos —alardea Sally cuando nos ve con una sonrisa coqueta.

Yo la asesino con la mirada y le grito mil groserías con los labios sin hacer ningún ruido.

Cameron nos ve, y se hace un lado para darnos lugar.

—Adelante, tomen asiento —nos ofrece él con una sonrisa simpática.

—¿Interrumpimos su rato de empalagozidad? —pregunto específicamente mirando a Sally con el afán de molestarla.

Hablar a la lunaWhere stories live. Discover now