18 | Las manzanas pasaron de moda

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Demien

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Demien

Han pasado cuatro días desde el seis de diciembre. Ahora es jueves por la noche.

—Parker no entiendo ni mierda —exclamo con frustración.

—Tranquilo, es un poco difícil entender a la primera, pero una vez lo comprendes es fácil.

—Pero es que es la tercera vez que me dices como hacerlo y simplemente no puedo.

El pelirrojo me ve desde la pantalla del teléfono y me dedica una sonrisa compasiva.

—No quiero que te desesperes...

Él niega rápidamente.

—No, no, no, nada de eso. Soy muy paciente. Más si se trata de ti —me indica antes de que pueda terminar—. Tú puedes, Abejita.

—Gracias por ayudarme, Zanahoria.

—Siempre que lo necesites. Y si no lo sé, de igual forma llámame y nos hundimos juntos.

Eso me saca una buena risa.

—¿Me lo explicas con manzanitas? —Las matemáticas nunca han sido mi fuerte. Regularmente logro resolver los ejercicios con esfuerzo, pero esta vez me está costando horrores, por eso llamé a Parker. Sumémosle que es la última tarea antes de las vacaciones de diciembre.

—No. Las manzanas pasaron de moda —me saca una sonrisa—. Te lo explicaré con Zanahorias.

Mi sonrisa se extiende aún más. Este chico hace que me duelan las mejillas de tanto sonreír cada que estoy con él.

—Me encantan más las zanahorias —confieso.

—Pues claro, yo soy una.

Me rio sonoramente.

Parker procede a explicarme una vez más el procedimiento con mucha paciencia y deteniéndose cada cierto tiempo para cerciorarse que le estoy comprendiendo.

Mientras me termina de explicar, lo analizo a detalle. Su rostro con facciones finas, esas pecas que tan loco me vuelven. Su cabello rizado y pelirrojo, como se le agita cuando hace algún movimiento. Sus labios rosados que tanto quiero besar en estos momentos.

—¿Ya comprendiste?

—Creo que al fin logré entender —él sonríe y aplaude sonoramente.

—Te dije que lo lograrías.

—Sabes, te pediría que me volvieras a explicar tres veces más solo para ver ese precioso rostro que tienes —sus mejillas luchan por no ruborizarse.

—Y yo con mucho gusto volvería a hacerlo.

—Quisiera que estuvieras aquí.

—Créeme, yo quisiera estar ahí. ¿Qué te parece si mañana vamos al cine?

Hablar a la lunaWhere stories live. Discover now