08 | No me juzgues por ser gaylover

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Demien

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Demien

Entro al instituto con mis manos en las azas de la mochila. En mis pensamientos no dejo de repetir como si de un vídeo se tratase lo que sucedió ayer en mi casa. Estábamos a nada de besarnos. Aún no me entra en la cabeza que eso sucedió.

—¡Hola! —saludo alegremente al llegar al lado de Sally.

—¿Por qué tan feliz? ¡¿Qué sucedió pedazo de caca?! —responde sacándome una carcajada—. ¿O eso tampoco me lo contarás? Porque con eso de que ya no cuentas nada —menciona haciéndose la sufrida.

Le doy un codazo entre risas.

—Cálmate, tú la muy víctima.

—¡Bueno ya! ¿qué pasó?

—Algo muy fuerte.

—¿Qué cosa?

—Algo muy, muy fuerte.

—¡¿Qué?!

—Algo muy, pero muy, muy fuerte.

—¡¿QUÉ?! ¡DEMIEN!

Suelto una carcajada más. Adoro desesperarla.

—Ayer casi nos besamos —cuento de la nada y de golpe. Sally me mira con la boca tan abierta que siento que me va a tragar. Sus ojos parecen a nada de salirse de su órbita.

—¡POR LAS NALGAS DE NICKI MINAJ! —grita Sally demasiado fuerte.

Todos los que se encuentran en el pasillo giran a mirarnos entre risas y otros juzgándonos.

Le hago una señal de que se calle y la tomo del codo para llevarla a una esquina.

—¡Dios mío Demien!

—Ya sé, ya sé. Ayer nos comenzamos a acercar y estábamos a nada, a milímetros...

—¿Y luego que pasó?

—Y luego entro mi papá.

Ella torna su cara seria.

—Amo a tu padre con todo mi corazón, pero en este momento solo quiero darle un zapatazo.

Me vuelvo a reír.

—Pensé exactamente lo mismo.

—Bueno, pues ya se dará. Que te quisiera besar es un muy buen indicio. Tú solo espera el momento correcto.

—Sí, eso haré.

—Oh, casi se me olvida mostrarte algo —menciona. Abre su mochila y saca un enorme cartel del tamaño de dos cartulinas juntas. En él dice "¡VAMOS CAMERON!"

—Se ve... lindo. Es demasiado grande, pero lindo.

—¿En serio? Pensaba hacerlo más grande pero no me dio tiempo.

Hablar a la lunaWhere stories live. Discover now