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Ya habíamos terminado de cocinar, comer, y lavar los trastes, sólo quedaba sentarnos en el piso para sobar nuestros estómagos, la comida resultó mejor de lo que esperábamos y tragamos hasta no poder más.

Tendré que reponer la despensa de la señora Mitsuya.

cocino demasiado bien— me alagué a mi misma luego de estar esperando un lindo cumplido por más de ocho minutos.

—Sí... estaba medio crudo, pero mágicamente sabía bien...— Luna dió unas palmaditas en mi hombro, luego terminó de recargar su espalda sobre el sillón.

—gracias...

—de nada...

—...¿crees que Mana este cómoda?

—...sí...

Me levanté y eché un vistazo al sillón, Mana estaba completamente dormida, se veía un poquito rojita y hacía gestos, así que toqué su frente con la palma de mi mano.

—tiene fiebre— susurré asustada, después caminé con apuracion hasta la cocina, para tomar un trapo que encontré por ahí y humedecerlo con ayuda del grifo de agua, lo exprimí y regresé a donde Mana para ponerlo sobre su caliente frente.

—oye Luna, ¿crees que la comida le haya hecho daño a  Mana?— pregunté preocupada, Luna se paró a mi lado y observó a su hermana.

—tal vez sí, ella tiene un estómago sensible.

Una tremenda culpa me invadió.

¿y si le pasa algo muy malo?¿se pondrá bien?¿qué hago para aliviar su fiebre?¿esta bien ponerle este trapo en la cabeza?¿y si le hago más daño?

Nuevamente rasguñé mi pulgar izquierdo, buscando algo más en que centrar mi atención.

—Mana, oye...— moví levemente su hombro, tratando de despertarla para estar más tranquila.

—¿hmm?— abrió sus ojitos y sonrió, luego tocó su panza.

—¿te duele algo?

—...mi panza...se siente algo raro, también mi cuello y cabeza.

En cuento mencionó el cuello me espanté más, tal vez quiso decir garganta, y eso significa vómito.

Miré el suelo para pensar mejor, pero fui interrumpida por el ruido de arcadas.

Volteé a ver a Luna, ella estaba igual de espantada que yo.

Reaccioné a los cuantos segundos, posicionando a Mana de costado, casi al instante soltó una gran cantidad de vómito. Yo estaba bastante cerca, así que gran parte de mi ropa se  ensusió.

Mana respiraba agitada, así que la tomé en brazos y la llevé al baño, Luna venía detras de mi, preguntándome que sucedía y que le pasaba a Mana, no respondí nada, ya que mi mente estaba muy ocupada tratando de hacer funcionar mis extremidades.

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