LX

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El teléfono sonó de nuevo, la señora Kim lo sacó de su bolsillo casi con fastidio luego de que apenas lo había guardado luego de la llama da de SeokJin.

Por un momento cree que es él de nuevo, hasta que nota que el número es distinto.

—¿Hola?

—Buenas noches, ¿Con la madre de Kim TaeHyung?

—Sí, sí, soy yo. — dice, un nerviosismo comienza a crecer en su interior.

—La estamos llamando desde hospital de Daegu. — dice la voz al otro lado de la línea y el corazón de la mujer se frena un segundo. — Encontramos algo nuevo en las tomografías de su hijo, sospechamos de un nuevo tumor, necesitamos que traiga a su hijo mañana para hacer una nueva revisión.

—¿Q-Qué pasó?

—Pues... Revisando de nuevo las imágenes, encontraron lo que parece un segundo tumor. No se puede apreciar con claridad su posición, las imágenes que guardamos fueron específicas en enfocarse al que ya conocíamos. Se tiene en duda si llega a ser maligno o benigno como el primero, para eso necesitamos nuevas imágenes.

La señora Kim se quedó sin palabras unos cuantos segundos.

—De llegar a ser maligno, quizás deba quedarse más tiempo. — continuó la persona. — Se evaluará si está listo para una cirugía o se apuntará hacia los medicamentos.

Interiormente, la mujer rogó por no más medicamentos, la idea de que su hijo tuviera que subsistir de pastillas no le gustaba, nunca lo había hecho.

La señora Kim se muerde el labio para contener sus lágrimas, una mano va hacia su entrecejo, presionando entre sus dedos su piel.

—Sé que puede ser difícil de escuchar, tómese su tiempo. — calma la voz al otro lado y ella asiente por más que no pueda verla.

—L-Lo llevaré, por supuesto. — responde, intentando hablar con un tono más normal.

—Gracias, y disculpe las molestias. El doctor los esperará mañana a primera hora.

—Sí, sí... Adiós. — cuelga antes de esperar una despedida.

Se frotó el rostro con frustración.

Parecía que el mundo no quería darle paz a su pequeñito. De todas las posibilidades, le tocaban las peores.

Un sollozo escapó de sus labios y viajó por toda la casa en silencio, haciendo eco en las paredes.

Parecía que el mundo había callado para escucharla llorar.

HyunAh no pasó los llantos por desapercibido, y apenas echó una mirada a la sala, donde la mujer estaba, antes de ir al cuarto de su sobrino.

HyunAh no pasó los llantos por desapercibido, y apenas echó una mirada a la sala, donde la mujer estaba, antes de ir al cuarto de su sobrino

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Loud² | kookv.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora