Chapter 3

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Advertencia del capítulo: (Lenguaje obsceno, escenas sexuales leves, intentó de violación)
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CHAPTER 3
 


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ENTRE EL FRIO Y EL CALOR
 


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La bruma de dolor era tan intensa, tan viva, que Sakura simplemente se sentía a morir.
 
Nunca había sido una chica precisamente débil, con sus padres muertos desde pequeña y su abuela como único familiar, había aprendido a apreciar cada momento, a madurar desde temprana edad, a dejar de pensar en lo que sería de su vida si “eso” no hubiera pasado para pensar en cambio, en lo bueno de “esto”
 
También, y aunque doliera, había sabido reconocer que su abuela no sería eterna. Con ochenta y dos años encima, diabetes e hipertensión de compañeras de vida, Sakura había cuidado de ella desde los diez años cambiando los roles de vida. Las medicinas a la hora, las citas al mes, los signos de alarma, los excesivos cuidados en alimentación y todo tipo de cosas, eso mismo le había dado su vocación, por ello había decidido ser doctora, para ayudar a otros a tratar con esas enfermedades tan comunes y silenciosas.
 
Su abuela tendía a bromear preguntándole qué haría cuando no estuviera, Sakura nunca había sabido contestar, porque aunque mentalmente hubiera estado lista para cuando el momento se llegara a dar, su pobre corazón apenas podía asimilarlo. Peor aún de aquella manera.
 
No se la había quitado la vejez, lo había hecho un hombre malvado, cruel y horrible. La sangre cubría sus manos, un tono carmesí tan hipnotizante como tenebroso. El olor fétido indicaba el inicio de descomposición, Sakura sentía el estómago revuelto y un nudo insoportable en la garganta.
 
Los brazos de Sasuke la sostenían, era lo único cálido entre tanto frío. Sakura quería gritar, llorar y morir, quería quitarse el corazón, hacerse daño y ocasionarlo también. Quería revolcarse, patalear y tener la potestad de reclamarle aquella injusticia aunque no pudiera. Quería hacerle daño a Sasori de una manera tan mala y poco natural en ella.
 
—Lo siento — la voz suave de Sasuke la reconfortaba y ella necesitaba tanto de su consuelo que lo abrazó desesperadamente queriendo hundirse en él. Sasuke parecía tan fuerte y ella se sentía tan débil.
 
—Quiero morir — le susurro entre sollozos. Abrazándole por el cuello y hundiendo su rostro en la piel tan calidad.
 
Él no se deshizo en palabras de consuelo, solo la sostuvo y suavemente le acarició la espalda, Sakura lloró en silencio sintiendo un hueco profundo en el pecho.
 
—Calma — musitó Sasuke acariciándole el cabello. Sakura se aferró aún más a él, su único salvavidas en medio de aquella tempestad.
 
Poco a poco la realidad de la situación fue haciendo conciencia en ella. Su abuela había sido asesinada y el culpable era Sasori. Él lo había aceptado con perverso descaro.
 
Sakura sintió como su pecho pesaba, y algo oscuro y peligro nacía. Quería ir a donde estaba ese tipo y estrangularlo con sus propias manos. Quería ahorcarlo, quemarlo vivo, arrancarle la piel de tirones. Quería venganza.
 
—Quiero matarlo — siseo entre dientes. Su ceño profundamente fruncido. Sus puños tomando la camisa de Sasuke con fuerza.
 
Sintió como el cuerpo del moreno se tensaba a su alrededor, él se separó lentamente.
 
—¿Sakura? — llamó interrogante. Su voz ronca y serena causaba calidez en su interior.
 
—Me ha quitado todo — musitó con la voz rota de dolor.
 
—Aún me tienes a mi — las palabras brotaron de sus labios antes de que pudiera detenerlas. Ella se puso rígida instantáneamente, con la respiración errática y los ojos cerrados.
 
Sasuke no supo de donde había salido aquello. Sabía desde el momento en que la vio que haría todo lo posible por mantenerla a salvo, pero si aquel monstruo le había quitado la única familia que tenía ¿Cómo la ayudaría a combatir la soledad que la arroparía una vez que aquella pesadilla terminara?
 
—Me tienes a mi — volvió a repetir sin embargo, encontrando sinceridad en sus propias palabras.
 
Sakura se sostuvo de él. Había parado de sollozar pero sus silenciosas lágrimas seguían humedeciendo su camisa. Ya no se resistía a su abrazo, por lo contrario, parecía querer adherirse a su piel.
 
Sasuke suspiró mientras lentamente le hacía caminar hacia adelante en lo que él iba retrocediendo. Pronto estuvieron en el pasillo, por lo que se apresuró a cerrar la puerta intentando evitar el mínimo ruido. Sakura respiro profundamente, como que no hubiera tomado aire allá adentro. Dejó de llorar y por un momento incluso se sintió más relajada en sus brazos.
 
—¿Estás bien? — preguntó sintiendo que era estúpido siquiera decirlo.
 
Ella no contestó, pero asintió en un gesto afirmativo. Pasaron unos breves minutos antes de que ella se apartara. No solo parecía más relajada, realmente lo estaba, talvez demasiado. Sasuke la vio limpiarse las mejillas y luego bajar la mirada a un costado. Sus hombros derrotados y sus ojos caídos casi se sentían como un dolor físico en su pecho.
 
—Hay que continuar con el plan — susurro ella con la voz ronca. Hizo un ademán de abrir nuevamente la puerta del baño. Sasuke la detuvo de un brazo.
 
—No entres.
 
—Tenemos que ir por las pastillas — no levantó la mirada en ningún momento hacia él. Sasuke no la obligó.
 
—Sakura — instintivamente dio unos pasos al frente impidiéndole la entrada.
 
—Quítate — ella se mostró firme, indiferente, tan pequeña.
 
—No — dirigió una mirada rápida al pasillo antes de continuar —. Es mejor que yo lo haga — los ojos de él se suavizaron, su voz pareció una caricia y su consideración casi hizo que Sakura volviera a quebrarse.
 
—Esta bien — susurro con los ojos inundados en lágrimas, negándose a dirigirle una mirada.
 
Sasuke abrió sólo lo necesario para que su cuerpo pasara y cerró con rapidez. El fuerte olor a descomposición le acariciaba la nariz, casi una bofetada en su rostro. Sintió su estómago revolverse, no había comido desde la noche anterior y por eso era aún más difícil.
 
Se apresuró hacia el botiquín que estaba sobre el lavabo. Abrió rápidamente y buscó con la mirada las pastillas, sin embargo habían tantas ahí que era definitivamente difícil saber cual era cuál. Tomó cada pequeño frasco en mano y leyó mentalmente los nombres, fue inútil. No sabía nada de medicamentos, siempre había sido sano y los nombres eran tan extraños que le dificultaban aún más su tarea. Había leído un poco sobre medicinas y se daba una vaga idea sobre la función de algunos, pero no podía asegurarlo, por lo que tomó todos los frascos y los llevo consigo.
 
Sakura se secaba bruscamente el rostro cuando salió. Parecía sobresaltada, por lo que asumió que no deseaba que le viera llorar, así que fingió no haber visto nada.
 
—No se cual es — le dijo mostrándole su carga. Sakura se acercó rápidamente y empezó a registrar entre los diferentes recipientes, no tardó mucho en encontrarlo y se lo mostró a Sasuke.
 
El asintió mientras buscaba donde poner los otros recipientes, no había nada y no quería entrar nuevamente al baño, por lo que abrió una habitación cualquiera y entró. No se fijó mucho en su alrededor, pues su objetivo era dejar la carga y volver con Sakura. Por lo que apegándose al plan, dejó que los botecitos caerán sobre el colchón de una cama matrimonial y luego volvió sobre sus pasos.
 
Cuando salió, Sakura miraba el pequeño frasco fijamente, Sasuke la necesitaba en el presente, por lo que, en cuanto se posicionó a su lado, le quito el bote gentilmente, y lo guardó en su bolsillo.
 
—Tenemos que volver — le recordó con duda. No quería forzarla, pues sabía que estaba en un momento horrible, pero si no volvían, Sasori lo haría por ellos, y no quería imaginar el desenlace de un encuentro entre ambos. Sakura aún estaba demasiado sensible y dolida, aún pensaba más con el corazón, que con la cabeza y no necesitaba que Sasori buscara una excusa para someterla.
 
—Falta la bebida — susurro Sakura quedadamente.
 
Sasuke maldijo, pero le pidió que le llevara al estudio. Era la habitación del fondo. Sakura abrió la puerta. El lugar estaba nítido y muy bien organizado, exudaba masculinidad, lo cual le hizo recordar que había sido el refugio del padre de Sakura. Volteó la mirada hacia la chica y la miró rodear el escritorio e inclinarse, para luego erguirse con una botella en mano.
 
Volvió a él y le entregó el ron. Sasuke asintió antes de caminar hacia la puerta. No contó con que ella no le siguiera.
 
—¿Qué sucede? — le pregunto a un paso de salir de la estancia. Sakura tenía la mirada gacha y se había cruzado de brazos.
 
—No se si puedo seguir con esto — susurro.
 
Sasuke frunció el ceño y se acercó unos pasos hacia ella.
 
—¿Cómo que no? — intentó no demostrar lo frustrado que se sentía, recordando la situación por la que ella estaba pasando —. Ya lo tenemos todo planeado.
 
—Ese tipo mato a mi abuela — gruño apretando los puños — Es un… la mato — sus ojos volvieron a inundarse en lágrimas —. Es un maldito monstruo — había ira, tanto odio en su voz.
 
—Lo lamento Sakura.
 
—Eso no traerá a mi abuela de vuelta — las palabras de ella fueron duras —. Ella está muerta.
 
—Lo se… — respiro profundamente—. Y lo lamento de verdad… si yo hubiera sabido, si hubiera habido una manera de evitarlo.
 
—¿No la hubo? — ella entrecerró los ojos llorosos y apretó los puños. Toda su postura exudaba furia — ¿Realmente no lo sabias? — no era una pregunta la que ella hacía, sino una declaración desconfiada.
 
—Claro que no, te aseguro que habría hecho lo que fuera para impedirlo — le aseguro con firmeza —. Confía en mi.
 
—No lo hago, no confío en ti — Sasuke sintió una punzada en el pecho —. Eres un delincuente, igual que el — eso último logro molestarlo.
 
—Te conté lo sucedido, te expliqué mi caso y he intentado demostrarte que te protegería de él por sobre cualquier cosa— bufo con furia mientras la observaba con los ojos chispeantes de reproche —. Lo estoy intentando, porque quiero que ambos salgamos de esto. Podría irme ¡maldición!... y dejarte con el, podría hacerlo.
 
Sus palabras tan duras lograron que ella se pusiera a temblar de miedo. La perspectiva de que él la abandonara lograba asustarla más que cualquier cosa.
 
—No, yo…
 
—Pero no lo haré — Sasuke la corto —. No puedo hacerlo… pero si tú no me apoyas, estoy seguro que esto terminará muy mal para ambos, no puedo estar pensando continuamente en que te quiebres o hagas algo que pueda hacer que Sasori desee enfrentarse a mi, puede parecer que llevo el control de la situación, pero no es así — se agito los cabellos humedecidos de sudor —. También estoy asustado, tantas cosas pueden salir mal.
 
—Lo siento — susurro Sakura con un nudo en la garganta. Las palabras de él le habían calado hondo. Lo de su abuela dolía como una herida abierta en su corazón, pero no podía revolcarse en el pensamiento de soledad y dolor, necesitaba salir de aquello, por ella, por ambas.
 
Sasuke se acercó hasta casi rozar sus pechos con su torso.
 
—Te necesito y tú a mi — musitó mirándole a los ojos —. Solo trabajando juntos podremos salir de esto.
 
—Si — ella asintió rápidamente, en un movimiento nervioso.
 
—Esta bien, bien — Sasuke estuvo de acuerdo. Palpó el lugar donde había guardado el botecito de pastillas y observó un segundo la botella de ron —. Vamos entonces — dijo avanzando hacia la sala, sin embargo se detuvo de golpe en un momento dado, con un pensamiento en mente.
 
—¿Qué sucede? — susurró Sakura, su voz aún débil.
 
—¿Puedes intentar confiar en mi? — él suspiró suavemente —. Vamos a tener que actuar igual que antes y será muy malo, por eso necesito que sepas que eso sólo es una mera pantalla, para que Sasori lo crea — Sakura bajo la mirada.
 
—Sobre eso — ella se encogió de hombros y luego le miró tímidamente —. Lamento lo que dije… yo no creo que seas un delincuente — se mordió el labio inferior —. Y si confío en ti — asintió suavemente buscando su mano.
 
El contacto fue extraño cuando sus pieles se tocaron. No estaban acostumbrados al otro, aún había miedo y desconfianza entre ellos, pero las circunstancias les obligaban a trabajar juntos y solo se tenían el uno al otro en aquel infierno. Sasuke estiró sus dedos y Sakura los entrelazó, en un gesto de confianza, de camarería. El corazón de ambos se aceleró.
 
Tragando grueso, Sasuke fue el que rompió el momento.
 
—Debemos irnos — susurro observando cómo Sakura se alejaba ligeramente, las mejillas antes pálidas, un poco coloradas ahora.
 
—Claro.
 
—Sakura… — él intentó decir algo, porque temía que ella no estuviera preparada para lo que iba a suceder y que desconfiara de él, aún a pesar de lo que le había dicho anteriormente.
 
—Confío en ti Sasuke — musitó ella por lo bajo. Sus ojos fijó en él.
 
—Muy bien — asintió —. Camina frente a mi.
 
Unos minutos después, ambos salieron del pasillo, entrando a la sala de estar. Sasori estaba sentado nuevamente en el sofá individual. Tenía herramientas en mano y trabajaba en la misma radio de media hora atrás.
 
—¿Por qué tardaste tanto? — preguntó sin siquiera levantar la mirada de su trabajo.
 
—Esta perra seguía chillando — empujó ligeramente a Sakura, a lo que ella se quejó, actuando como si le había dolido —. Y me puse a buscar en las habitaciones, mira lo que hallé — elevó la botella de ron con una sonrisa de placer en los labios.
 
—¿Qué? — el pelirrojo levantó la mirada —. ¡Enhorabuena! Necesitaremos algo que nos caliente con este frío de mierda.
 
—Pensé lo mismo, nos serviré unos tragos.
 
—Calma amigo — el otro lo detuvo, el ceño ligeramente fruncido —. Tenemos tiempo de sobra para eso, ahora mismo lo que tengo es hambre, mucha hambre — lanzo una mirada oscura hacia Sakura, sus ojos brillando perversos antes de volver a su trabajo —. Manda a tu puta a cocinar algo para nosotros.
 
Sasuke intentó controlar su frustración, por sus planes fallidos. Respiro profundamente, sabiendo que la paciencia era vital en aquellos momentos, no podía permitirse irritación, sería perjudicial para ambos y Sasori era demasiado astuto, por lo que algo malo en su reacción podría alertarle.
 
—Escuchaste — mascullo con voz fría, volvió a empujar a Sakura, a lo que ella volvió a quejarse. Sasuke intentó convencerse de que ella actuaba, le preocupaba lastimarla en su papel —. Ve y haz algo de comer y más te vale que sea bueno — la amenazo antes de empujarla a la cocina, rápidamente la siguió.
 
—¿Adonde vas? — preguntó Sasori.
 
Sasuke frunció el ceño fuertemente, pensando que tantas preguntas de su parte eran motivo de desconfianza.
 
—A la cocina también… ¿Algún problema? — intentó sonar agresivo y claramente molesto.
 
—Cómo que la puta sabe hacerlo muy bien ¿verdad? Porque pareces su maldito perro faldero, yendo tras ella — Sasori levantó la mirada y le observó con suspicacia. Sasuke sintió un escalofrío interior, su cabeza se volvió un torbellino buscando una excusa inmediata.
 
Por suerte, su mente ágilmente se iluminó.
 
—Te recuerdo imbécil qué hay cuchillos en la cocina e incluso puede haber algún arma ahí, puede que sea una mujer débil, pero no me arriesgaré a que se nos escape, ella es nuestro salvavidas en el caso que nos encuentren — soltó despectivo, simulando ira y odio en su voz.
 
Sasori le observó primero sorprendido, luego admirado. Una sonrisa se extendió en sus labios.
 
—Sabía que había hecho una buena elección al seguirte — sonrío perversamente.
 
—Y no me hagas arrepentirme de permitirte hacerlo — le lanzo una mirada mortal —. Y jamás vuelvas a desconfiar de mis intenciones hijo de puta.
 
—Claro — él otro levantó las manos en el aire, señal de rendición, aunque aún sonría, su amenaza sin surtir ningún efecto en aquel retorcido hombre.
 
Sasuke entro a la cocina con Sakura unos segundos después. La estancia se veía un poco oscura debido a la lluvia de afuera, por lo que Sakura se apresuró a extender las cortinas, luego se quedó unos segundos en silencio, antes de empezar a actuar.
 
Se acercó a la refrigeradora y sacó varios ingredientes. Sasuke se limitó a observarla, dando mirada fugaces a la sala. No quería obligarle a darle comida a Sasori cuando ella lo odiaba tanto como para considerar envenenarlo. Eso trajo algo de luz a su mente, Sakura estaba en ese momento picando unas verduras, cuando Sasuke dio una mirada a la sala observando a Sasori antes de hacerle señas a ella. La chica tardó unos segundos en notar sus intenciones, pero rápidamente se detuvo.
 
—Continúa con eso — gesticuló Sasuke haciendo una seña para que siguiera picando. Ella lo hizo un poco dudosa, pero aún mirándole un poco confundida.
 
Sasuke se apresuró a acercarse a la lacena y buscar algo duro y pesado. Encontró un pequeño martillo con pequeñas pullas en uno de los extremos. Años viviendo solo y cocinando su propia comida, le hizo conocedor de algunos utensilios, aquel era para ablandar carnes y serviría perfecto para lo que tenía pensado.
 
Volvió a donde estaba Sakura, para dejar el martillo a un lado y luego sacar el pequeño botecito de pastillas. Lo abrió y dejó caer algunas pocas en mano. Sakura le había comentado que su abuela tomaba una para dormir y le servía para una noche entera, pero no se contento con eso y tomó tres, metiendo las otras dentro.
 
Levantó la mirada hacia Sakura, cuando escuchó que paraba de picar y le volvió a hacer señas para que continuara con lo suyo antes de tomar las tabletas. Estas eran de un color azul cielo y tenía forma ovalada, eran gruesas. Sasuke las puso sobre el mesón, juntándolas, antes de empezar, apoyando el martillo en ellas y presionando. Tardó un poco entre presionar, acomodar nuevamente las pastillas y volver a hacerlo. Las tabletas eran duras y tuvo que usar la parte puntiaguda del martillo para lograr quebrarlas en primer lugar. Luego aplastando poco a poco logró dejarlas como fino polvo.
 
Para entonces Sakura ya había terminado con las verduras y ahora salteaba la carne. La estancia olía delicioso y Sasuke tenía mucha hambre. Junto el polvo en un bulto, mientras lanzaba mirada fugaces a la sala
 
—¡Tengo maldita hambre! — el grito de Sasori logró sobresaltar a Sakura. El cucharón que tenía en mano, cayendo al piso.
 
Sasuke le dio una mirada tranquilizadora antes de volver a lo suyo.
 
Unos quince minutos después, Sakura sacaba dos platos hondos de la alacena. Había hecho un caldo con fideos, verduras y carne.
 
—Sírvete uno también, no queremos que mueras de hambre — soltó por lo alto, para que Sasori escuchara, aunque tratando de conservar la agresividad en su voz.
 
Ella le miró e hizo una mueca. Sasuke instantáneamente supo que no quería probar bocado alguno, pero negó con la cabeza, frunciendo el ceño hacia ella. Necesitaba que se alimentara y se sintiera fuerte, en cuanto Sasori cayera noqueado, aquello sería una carrera contra el reloj.
 
Pensando en lo último, busco en la pared de la cocina, hasta encontrar un reloj de pared. Eran las dos y treinta y seis de la tarde. Aquel día parecía ir volando.
 
Devolvió una mirada a Sakura, observándola sacar otro plato de mala gana. Tomó un cuchillo y miró de reojo su reacción, agradeciendo cuando ella pareció curiosa y no temerosa de su siguiente acción. Seco el cuchillo en contra de sus pantalones y luego usó el lado más delgado de la cuchilla para levantar el polvo, dejándolo caer en el plato de la izquierda, el más cercano a él. No necesitó hacerle ningún gesto a Sakura para que ella entendiera lo que debía hacer, sirviendo el caldo primero, revolviéndolo con una cuchara hasta disolver el polvo para luego agregar el resto de los alimentos. Apartó un poco el plato antes de arreglar los otros, sirviendo menos comida en uno de ellos.
 
—¡Maldición!... tarda como la puta madre — masculló Sasori por lo alto, levantándose y acercándose a ellos. Sasuke lo observó de reojo y reaccionó al instante, limpiando con el revés de su camisa el poco polvo que había quedado, luego limpio el cuchillo, y solo un segundo antes de que Sasori entrara, notó el bote de pastillas y lo tomó metiéndolo en el bolsillo de su pantalón. Apenas tuvo tiempo para cruzarse de brazos y apoyarse en la pared.
 
Sasori ingresó impetuosamente a la cocina, acercándose de una vez a la refrigeradora y buscando, hasta sacar un cartón de jugo, el cual se empinó en la boca sin ninguna delicadeza haciendo sonidos grotescos y goteando líquido por la barbilla.
 
—Me estoy muriendo de hambre ¡Demonios! — tiro el cartón aún lleno al suelo, esparciendo jugo por todas partes, luego cerró la puerta de un solo golpe, haciendo estremecer la refrigeradora.
 
Sakura bajo la mirada mientras Sasuke apenas se contenía de querer pegarle un golpe a aquel sujeto
 
—Ya casi está — Sasuke intentó decirlo en él tomó más imparcial posible.
 
—Por Dios, llevan como una hora acá. Dile a esta puta que se apure — y botando todos los utensilios que habían en la isla central, se fue airado.
 
Sakura se encogió y tembló, tanto de miedo como de rabia. Sabía que el tipo no era una persona mentalmente estable, lo cual lo hacía peligroso, pero odiaba cuán detestable y rastrero era.
 
—¿Esta bien? — Sasuke se acercó poniéndole la mano en el hombro. Su contacto no la asustó, sino que la reconfortó. Tenía un tacto cálido a pesar de ser una persona poco expresiva.
 
—Si, gracias — susurro antes de continuar en lo suyo, terminó de llenar los platos y luego le pasó uno a Sasuke.
 
—Yo llevaré el otro — dijo él señalando el de Sasori.
 
—Puede sospechar — susurro Sakura un poco preocupada. Sasuke le dio la razón, sería demasiado extraño que teniéndola a ella, él cargara con esas tareas, menos aún si quería mantener su papel de chico malo.
 
—Tienes razón… ¿Puedes con ambos? — señaló el otro plato. Sakura suspiró tomándolo y caminando hacia la sala. Sasuke la siguió de cerca.
 
Ahora sabía que Sasori no intentaría nada estando él ahí, por lo que se sentó en el mueble más grande. Estando el pelirrojo en el individual, la única opción que Sakura tenía era sentarse sola en el mueble mediano o con él, pretendía hacerle algún ademán de que lo hiciera a su lado. Nunca debían confiarse del todo.
 
Observó su planto un segundo e inhaló profundamente notando como su boca se hacía agua. Luego levantó la mirada hacia Sasori notando como sus ojos admiraban la figura de Sakura. Sasuke se dio cuenta que odiaba como la miraba. Había algo definitivamente sucio solo en la manera en que sus ojos la observaban.
 
Noto como Sakura dejaba su plato a su lado y luego se acercaba solo un poco hacia Sasori. Él aún no había dejado de hacer lo suyo con la radio por lo que simplemente la observó con herramientas en manos.
 
—¿Qué esperas? Ponlo ahí — señaló con la barbilla el espacio vacío de la mesita de centro.
 
Sakura se tuvo que acercar un poco más, las manos le temblaban evidentemente, sus pasos vacilantes. Cuando se iba inclinar para dejar el recipiente en la mesa, la mano de Sasori se posó descaradamente en un glúteo derecho dando un fuerte apretón. La sorpresa fue tal que Sakura saltó y chilló, el plato cayendo en la alfombra.
 
Sasuke enfureció, tan intensamente que fue difícil quedarse sentado y aparentar serenidad. La sonrisa perversa en el rostro de Sasori solo hizo más difícil su cometido. Por alguna razón, ver las manos de aquel sujeto en Sakura, le había trastornado, y por su culpa habían perdido una oportunidad de escapar.
 
—Tiene un culo precioso — se relamió los labios —. Veo porque la quieres solo para ti.
 
Sasuke permaneció en silencio, la mirada fija en el plato e instintos asesinos rondando su cabeza.
 
—Y es solo mío pedazo de mierda — masculló aún sin levantar la mirada.
 
—No pude evitarlo — el otro se encogió de hombros claramente tranquilo.
 
El moreno tuvo que darse unos segundos para respirar. Quería golpearlo tan mal, pero entre más furioso se notara, más sospechas despertaría en Sasori.
 
—Ohhh… solo eres un estúpido — e ignorándolo con un gesto despectivo, se dispuso a saborear su caldo, notándolo de pronto demasiado insulso. Interiormente pensaba solo en que Sakura no tomara mal su actuación, se sentía del asco, pero necesitaba a Sasori de su lado, no peleando con él cada dos por tres.
 
—Sírveme otro y esta vez procura no botarlo — el pelirrojo se burlo con desprecio y altivez. Sakura quería llorar y golpearle al mismo tiempo. Odiaba tanto aquel sujeto.
 
Sasuke se levantó inmediatamente con la excusa de buscar un vaso con agua, todo sin dejar de observar a Sakura. Noto como las manos de ella temblaban y dando un vistazo a la sala, se acercó, acariciándole con suavidad el hombro derecho.
 
Ella se sobresaltó un poco, no de miedo, sino más bien con un poco de sorpresa.
 
—Siento lo de la sopa — se disculpó en un susurro abatido.
 
—No importa — Sasuke le restó importancia rápidamente —. Aún podemos continuar con el otro plan.
 
—Si
 
—Solo intenta no acercarte a él, no quiero que vuelvas a pasar por eso — bajo la mirada —. Lo lamento.
 
Sakura aseguró que estaba bien, antes de servir un planto y llevarlo a Sasori. Esta vez procuro no acercarse mucho a él, mantuvo la distancia debida y ni siquiera le dirigió una mirada, luego rápidamente se encaminó hacia la mesa, tomó su plato y se sentó a un lado de Sasuke. Él parecía muy entretenido en su propia comida.
 
La comida sabía muy simple y era difícil de tragar a causa del nudo en su garganta, sin embargo, Sakura se obligó a comer bocado tras bocado, pensando seriamente en la insistencia de Sasuke. No pudo comerse todo lo que había servido, pero si un poco mas de la mitad, cuando hubo terminado, puso el plato nuevamente en la mesa y luego se cruzó de brazos, procurando mantenerse bajo perfil.
 
Apenas desvió la mirada observando cómo Sasuke saboreaba la comida con placer, tenía algo en la manera en que tomaba la cuchara, que inevitablemente le hizo pensar que tendría unos buenos modales en la mesa, solo esperaba que Sasori no lo notara. Cuando desvió la mirada hacia aquel tipo, pudo notar cómo sus maneras evidenciaban su falta de educación, engullía la sopa como si estuviera famélico, tomando sorbos ruidosos, llenándose la boca y desbordando sopa por la barbilla, la cual luego lamía grotescamente.
 
Bajo la mirada hacia la mesa de centro y se dejó vagar entre pensamientos.
 
No pudo evitar pensar que su abuela le había enseñado a cocinar, sin ella seguramente sería un desastre. Bajo las manos apoyándolas en los almohadones y los acarició con tristeza, las lágrimas quemaban en sus ojos, otra vez el nudo en su garganta y entonces ¡Sorpresa!
 
Sus dedos tocaron un pequeño y duro objeto, Sakura tardó solo unos segundos en notar que era.
 
Su celular.
 
Casi chillo de emoción, en todo aquel ajetreo, el miedo y luego lo de su abuela, había olvidado por completo que había llevado el celular a la sala esa mañana. Seguramente dormida lo había dejado caer y el mismo había terminado de alguna manera bajo los cojines del mueble.
 
El corazón le latía rápidamente, una capa de sudor se formó en su frente y nuca, las manos le temblaban, mientras lentamente las movía hacia su cuerpo con la intención de guardar el teléfono en su pantalón.
 
El impulso de mirar hacia Sasori o Sasuke era muy fuerte, pero en el estado de nerviosismo en que se encontraba sería muy peligroso. Cada segundo que pasaba hacía que la adrenalina llenara su cuerpo, solo tuvo una pausa cuando finalmente logró meter el celular en la cintura trasera de su pantalón, luego lentamente puso la mano en su regazo y hasta entonces se atrevió a levantar la mirada y observar primero a Sasori, luego a Sasuke.
 
Por suerte, ninguno pareció notar su hazaña, no se fiaba del todo, pero intentó actuar con normalidad. Pasaron unos minutos para que ambos terminaran de comer, Sasori dejó el plato ruidosamente y Sasuke puso el suyo con cuidado sobre la mesa de centro.
 
—Quiero algo de beber — soltó groseramente Sasori.
 
Sakura tuvo el impulso de contestarle que buscara algo por sí mismo, pero recordó que Sasuke le había pedido mantenerse bajo perfil, no quería que él se metería en problemas por su culpa, y aquel tipo aún le daba escalofríos.
 
Se paró lentamente y se acomodó bien la ancha camisa agradeciendo que fuera suficientemente floja para no evidenciar el objeto que portaba, luego camino hacia la cocina.
 
—No se te ocurra ir sola… — la voz de Sasuke se escuchó fría —. No me fío de ti.
 
Unos segundos después él pasaba a su lado. Sakura lo siguió lentamente, adentrándose a la cocina. Primero se dedicó a servir el vaso con agua de Sasori, mientras pensaba profundamente sobre el celular.
 
Aunque toda aquella situación era difícil, ella realmente confiaba en Sasuke, lo cual le daba mucho miedo ¿Y si él mentía?
 
Había demostrado en muchas ocasiones que la defendería por sobre cualquier cosa, nunca había sido agresivo, a menos de que fuera por guardar las apariencias con aquel horrible ser y le había apoyado con lo de su abuela, se había ganado su confianza en todos los sentidos, pero una parte de ella se negaba a ceder, era difícil creer cuando aquella situación la sobrepasaba. Si le contaba del celular a Sasuke y resultaba que todo lo que él le había dicho era mentira, podría perder una oportunidad de escapar, por otro lado, si él decía la verdad, con el celular podrían contactar a las autoridades para que les ayudaran a salir de aquella pesadilla.
 
¿Qué hacer?
 
—Voy a intentar darle la pastilla en la bebida — susurro Sasuke acercándose a ella. Sakura estaba tan distraída que no capto bien lo que él quería decir.
 
—¿En el agua?
 
—No, en el ron — el frunció el ceño ligeramente.
 
—Ohhh, le servirás ahora — Sakura procuro mantener la voz muy baja, al igual que el.
 
—Tengo que convencerlo antes — levantó la mirada hacia el reloj de pared —. Pasan de las tres y media, no podemos posponerlo.
 
—Si
 
—¿A qué horas oscurece?
 
—Más o menos a las cinco y media.
 
—Eso nos deja dos horas — el se escuchó repentinamente demasiado serio —. Hay que apresurarse.
 
Él se acercó a llenar nuevamente su vaso. Sakura lo observó pensativa, él parecía tan sincero y había demostrado cuanto le importaba por lo que decidió por esa vez seguir su corazón, muy dentro de ella sabía que era la persona que decía ser.
 
—Yo… encontré esto — saco el celular, no si antes haber mirado a la sala, para verificar que Sasori había vuelto a lo suyo con la radio.
 
Sasuke volteó lentamente, bebía del vaso con agua cuando noto lo que ella le extendía.
 
—Esto es…
 
—Mi celular, lo había olvidado, pero lo recuperé en el sofá.
 
—Si Sasori lo ve — Sasuke lo tomó rápidamente, Sakura intentó acallar sus miedos decidiendo confiar plenamente en él.
 
—No me vio tomarlo.
 
—Voy a guardarlo, esto nos ayudará, ahora hay que llevar el agua a Sasori, sino sospechará de nosotros por tardar tanto — Sakura asintió y salió de la cocina siendo seguida por el.
 
Sakura procuró dejar el vaso siempre manteniendo las distancias, luego se apresuró a sentarse en el sofá más grande, en una esquina. Sasuke actuó más relajado, sentándose con tranquilidad y bebiendo de su vaso con calma.
 
De pronto un ruido rompió el silencio. Sasori soltó un gruñido de satisfacción, la radio empezó a funcionar. Al inicio solo era interferencia, pero luego se pudieron escuchar palabras entrecortadas e inconexas.
 
—¡Maldición! Pequeño vejestorio — riño Sasori consigo mismo apagándola, antes de voltearla y abrir la tapa.
 
Sasuke, desde su asiento, sudaba frío. No podía dejar que Sasori escuchara las noticias. Su familia era tan conocida que seguramente la prensa amarillista estaba bailando sobre su nombre, regocijándose por el fabuloso escándalo de su escape. Esos últimos meses le habían seguido la pista como sabuesos, Sasuke lamentaba cuantas cosas habían sufrido sus padres, por eso estaba tan decidido a demostrar su inocencia, no solo porque eso le devolvería su libertad, sino también acallaría las malas lenguas.
 
Si Sasori escuchaba algo, cualquier cosa, Sasuke estaba seguro que le mataría, no podía permitirlo, antes debían escapar.
 
Se levantó de su asiento rápidamente, llamando la atención de las otras dos personas que lo acompañaban, sin decir una palabra, tomó del brazo a Sakura y la levantó con fuerza, haciéndola ponerse de pie de un salto. Sakura se quejó, más por inercia que por dolor, pero no tuvo tiempo de reaccionar pues Sasuke la empujó con un poco de brusquedad, hacia la cocina.
 
—Camina estúpida — soltó él con su voz nuevamente fría. Sakura simuló temblar y sollozar, intentando manejar bien su papel de víctima.
 
En cuanto entraron a la cocina, Sasuke se dirigió a la isla central y sacó el pequeño botecito de pastillas, no necesito decir una palabra para que Sakura le entendiera, buscando un par de vaso de vidrio y la botella, llevándola a su lado inmediatamente.
 
—¿Qué hora es? — le pregunto Sasuke en voz baja. Sakura no supo que contestar por un segundo, hasta que recordó el reloj de pared y levantó la mirada hacia el.
 
—Tres y veinte — susurro ella dando una mirada a la sala. Sasuke maldijo, el tiempo parecía correr en su contra, faltaban dos horas para que oscureciera, la lluvia no había cedido sino por lo contrario, parecía aumentar.
 
—Tenemos que apresurarnos, sirve ron en los dos vasos — Sakura se apresuró a hacerlo, preguntándole la medida, la cual Sasuke indicó. En cuanto el moreno terminó con la pastilla, levantó el polvo con un cuchillo y lo vertió sobre el vaso a su derecha. Sakura le pasó rápidamente una cuchara, la cual él utilizó para revolver el contenido, hasta que no quedara rastro alguno de su plan. Luego limpio el mesón y tomó el vaso.
 
—Vamos — le dijo a Sakura señalándole la puerta. Ella asintió y suspirando salió. Sasuke la siguió de cerca, tratando de mantener su cara de póker. Cuando llegaron a la mesa, Sasuke extendió el vaso a Sasori mientras tomaba del suyo.
 
—Eres tan servicial — se burlo el otro. Sasuke se hizo el ofendido.
 
—Púdrete mierda — masculló en un gruñido, antes de dirigirse hacia el sofá, se dio cuenta entonces que Sakura aún seguía de pie, estaba muy en el centro, la prefería a su lado, pues así Sasori no volvería a intentar alguna estupidez cómo tocarla —. Siéntate, maldita estúpida — gruñó dándole un ligero empujón. Sakura lo captó temblando y acercándose hasta el fondo del sofá.
 
Sasuke se sentó en la otra orilla y luego observó a Sasori, él había dando un prolongado trago a su vaso llevándose la mitad del contenido. El moreno casi sonrió mientras se acomodaba.
 
—Sabes algo Sasuke — musitó el pelirrojo como quien no quiere la cosa —. Cuando me dijiste tu nombre en el bus algo en él me pareció familiar, ahora creo saber de que se trata.
 
Sasuke casi se atragantó con el ron. Intentó mantener el ritmo de su respiración aún cuando su corazón había empezado a latir rápidamente y sus manos casi habían empezado a temblar, intentó esconderlo poniéndolas sobre sus rodillas.
 
—¿Ahh si? — su voz sorprendentemente sonó tranquila —. ¿Y qué descubriste? Ilumíname — se forzó a esbozar una sonrisa cínica.
 
—Se que he escuchado ese apellido antes, algo sobre una familia millonaria que manejaba las aduanas de Yokohama o algo por el estilo — su mirada ambarina se fijó en él tratando de indagar dentro suyo.
 
—Los Uchiha, si — asintió aparentando una frialdad que no sentía, mientras los granajes de su cabeza trabajaban a todo vapor formulando una enorme mentira —. Mi familia trabaja como exportadores portuarios — intentó que su voz sonara sarcástica —. Mi padre es el dueño de todo, es un maldito bastardo con aires de grandeza.
 
—¿No te llevas con él?
 
—Siempre fue una basura conmigo, mi hermano mayor era su hijo preferido, siempre lo fue… a mi me odia y no duda en demostrarlo, por eso me fui en cuanto tuve la edad suficiente — Sasuke casi sintió un dolor físico al soltar tantas injurias contra su familia.
 
—Pura mierda, yo le habría matado solo por tratarme así — soltó Sasori como si fuera normal. Sasuke pensó rápido, sonriendo por su habilidad cuando una idea cruzó su cabeza.
 
—Hice algo mejor, me lleve todo el dinero que tenía en su caja fuerte, unos cuantos miles de dólares que me ayudaron durante tres años.
 
—Bastardo suertudo.
 
—La familia es una mierda — dijo definitivamente, queriendo dejar el tema por la paz, y tomando un largo trago de su bebida.
 
—Te entiendo, mi madre me dejó en el hospital como si fuera un perro, crecí en un orfanato y tuve a que aprender a sobrevivir — se encogió de hombros —. Creo que fue mejor así, seguramente era una puta drogadicta o alguna mierda igual.
 
Estuvieron en silencio por un momento, Sasuke no sabía que contestar a eso sin mostrar compasión, lo cual no le favorecía de ninguna manera, por lo que mejor resolvió quedarse callado. Su mente siempre puesta en que Sasori tomará el ron, cuando terminó casi festejó, sino fuera porque no veía indicio alguno de que le afectara.
 
—Esta mierda esta buena — soltó saboreando con gusto el último trago —. He pensado que talvez deberíamos movernos de esta casa, caminamos bastante por lo que debemos estar muy alejados del autobús, pero esas malditas ratas de la policía van a extender su búsqueda y en cualquier momento van a dar con nosotros.
 
—¿Por qué lo dices? — preguntó rápidamente Sasuke.
 
—Porque conozco a esas mierdas, no es la primera vez que escapó — sonrió con arrogancia —. Nunca te paso? — parecía realmente curioso.
 
—Me atraparon por un soplón.
 
—Hijo de puta.
 
—No sobrevivió mucho — Sasuke se forzó a sonreír.
 
—¿Tienes muchos contactos?
 
—Por supuesto — el otro se mostró satisfecho.
 
—¿Por qué no haces unas llamadas y nos sacas de aquí? — Sasori se mostró de pronto exageradamente efusivo, casi saltando de alegría, lo cual era un poco escalofriante dado que hace un momento era todo seriedad.
 
—Crees que no lo he pensado — Sasuke se mostró sumamente arrogante —. No hay nada de señal en este maldito lugar, lo intente ya — susurró dejando el vaso en la mesa y cruzándose de brazos.
 
—¿Encontraste un teléfono? ¿Dónde?
 
—En la entrada hay uno de casa, pero no funciona.
 
—Pues tenemos que salir de aquí.
 
—Con esta lluvia no llegaremos lejos.
 
—Talvez haya alguna otra casa cerca, donde podamos contactarnos con alguien — frunció el ceño antes de dirigir una mirada sería a Sakura —. ¡Hey tu! Donde queda la casa mas cercana?
 
—Yo…
 
—¡Habla puta! — gritó Sasuke.
 
Sakura tembló ligeramente asustada, no sabía qué decir, no quería darle ningún indicio a Sasori de adonde irían en cuanto escaparan Sasuke y ella.
 
—A media hora a pie hacia el este — susurró sin mirar a ninguno de los dos.
 
—¡Maldición!... parece una maldita montaña sin civilización.
 
Sasuke se levantó y se encaminó hacia los ventanales viendo afuera. La lluvia seguía cayendo con igual intensidad, tanta incluso que a lo lejos el camino se deformaba por las gotas duras de agua. El suelo estaba más lodoso que antes y las posas más grandes.
 
—A menos de que la lluvia baje, sería estúpido salir de aquí.
 
—Pues hay que encontrar la manera — se detuvo para dar un profundo bostezo —. No parece que vaya a ceder por ahora.
 
—Por el momento, creo que se de algo que me ayudará a matar el tiempo — decididamente a acercó a Sakura, tomándola del brazo y levantándola. La pelirrosa apenas se quejó pero fingió sollozar mientras Sasuke la guiaba hacia la segunda planta.
 
—Quiero mi turno — se rio el pelirrojo.
 
—No será ahora — masculló Sasuke antes de perderse por las escaleras.
 
Siguió en lo suyo hasta que se encerraron en la habitación, no sin antes verificar si Sasori no les había seguido, lo que por suerte no había sido así.
 
—Parece que están haciendo efecto las pastillas — susurro Sasuke tan pronto como cerró la puerta.
 
—Un poco lento considerando la cantidad que usaste — dijo Sakura pensativa.
 
—Talvez el alcohol retardó su efecto.
 
—Puede ser.
 
—Por ahora necesitamos algunas cosas, han pasado como veinte minutos, así que posiblemente ya sean las cuatro, de aquí a cuando Sasori se duerma, será aún más tarde, tenemos que estar preparados.
 
—¿Si?
 
—Necesitamos alguna lámpara de mano para alumbrar el camino, una manta gruesa si toca resguardarnos, algo más de ropa y talvez una brújula — frunció el ceño —. Por cierto… la dirección que le diste a Sasori…
 
—Es falsa.
 
—Perfecto — Sasuke se permitió sonreír ligeramente —. Por un segundo temí…
 
—Jamás lo habría hecho, sería suicida.
 
—Claro… acerca de las cosas ¿Se te ocurre algo más?
 
—Talvez un poco de comida, por si nos agarra la noche.
 
—Claro, algunas galletas— Sakura asintió y se acercó al armario buscando en los cajones
 
Sacó una manta ligera y la dobló hasta hacerla un pequeño bulto.
 
—Necesitaremos algo para cargar todo — dijo Sasuke.
 
—Tengo una mochila, pero esta… en la otra habitación.
 
—Entonces esperaremos a que las pastillas hagan su efecto ¿Sabes dónde estás?... porque inmediatamente Sasori se duerma, tenemos que irnos. Solo contarás con algunos minutos para buscar todo.
 
—Claro, la mochila está en mi habitación, tenemos la manta aquí, y unas chaquetas, en la cocina está la comida y una linterna en la alacena — pensó unos segundos —. Creo que es lo único ¿no?
 
—Si… no, la brújula.
 
—Yo… creo que mi padre tenía una — se acercó al tocador y busco en los cajones, sacó un pequeño objeto y se lo pasó a Sasuke, era de oro según parecía y tenía terminaciones hermosas, Sasuke lo abrió notando que era un reloj antiguo.
 
—Es un reloj — le comunico —. Nos va a servir para cuando estemos fuera.
 
—No, pero estoy segura que él tenía una brújula — ella volvió a buscar hasta que en el otro cajón encontró lo que ansiaba —. Bingo.
 
—Perfecto — susurro Sasuke cuando lo tuvo en manos.
 
—Tienes el celular contigo ¿verdad? — Sasuke recién pareció recordarlo por lo que lo sacó rápidamente del bocadillo del pantalón.
 
—Si, en cuanto tengamos señal, vamos a poder comunicarnos con la policía.
 
—¿Crees que nos ayudarán? — le preguntó preocupada —. ¿Y si no nos creen? O ¿Si piensan que tu hiciste algo malo y te lastiman?
 
Sasuke se sorprendió porque se preocupara por él.
 
—Puedo llamar a mi abogado primero, para preguntarle qué decir y cómo actuar, pero lo de la policía tiene que ser definitivo, no quiero que crean que soy un prófugo y me alarguen la condena por ello.
 
—Tengo miedo — susurro Sakura temblorosa.
 
—Todo va a salir bien, no te preocupes por eso — la mirada de Sasuke inevitablemente se suavizó.
 
Un ruido les detuvo, Sasuke puso un dedo sobre sus labios mientras intentaba concentrarse en el exterior. Unas ligeras pisadas se escucharon, talvez perceptibles únicamente por la adrenalina que hacía que sus sentidos estuvieran más alertas.
 
Tomó a Sakura de la mano y la halo hacía el.
 
—Sasori viene, confía en mi — fue lo único que logro susurrarle antes de tirarla a la cama.
 
Las manos le temblaron cuando la empujó boca abajo y le bajo el pantalón, Sakura respingo e intentó zafarse de su agarre, pero Sasuke no la dejó y rápidamente le bajo también la braga.
 
¡Maldición! Estaba intentando protegerla, pero aquello se sentía como una violación.
 
Sasuke sintió un dolor en el estómago, mientras dejaba sus bragas hasta el final de sus redondas nalgas.
 
—No, no Sasuke.
 
Ella parecía no haberse percatado de lo que sucedía afuera, Sasuke solo esperaba que comprendiera mientras se desabrochaba el pantalón, pegó sus caderas a las de ella mientras se inclinaba sobre su cuerpo, inmovilizándola con su peso.
 
Sakura medio gimió, medio grito, evidentemente asustada. Sasuke la tomó del rostro mientras inclinaba el suyo en el cuello de ella.
 
—Sasori viene — susurro y solo un segundo después, el pelirrojo abrió la puerta con brusquedad.
 
—Tu si que no pierdes el tiempo — masculló el tipo con una sonrisa en los labios.
 
Sasuke levantó apenas el rostro para fulminarlo con la mirada.
 
—En cambio a ti te fascina joderme en el peor momento — gruñó con molestia, intentando aplicar el latido acelerado de su corazón —. Vete a la mierda.
 
—Pero si yo quiero ver cómo está perra disfruta de como se la metes, si hasta se nota que le gusta — Sakura sollozo y Sasuke la tomó del cabello y aplastó su rostro contra el colchón para que Sasori no la viera, intentando ser lo más suave posible.
 
—¡Jodete mierda!... Sal del maldito cuarto.
 
—Calma amigo, tu sigue en lo tuyo — se adentro y se acercó al tocador, abriendo el primer cajón —. Necesito algo fuerte, mis ojos se cierran, no dormí mucho estos días preparando el escape y me muero del sueño.
 
—Me vale una mierda ¡Sal de aquí! – gritó fuera de sí. Sasori se rio comentando algo sobre problemas de virilidad antes de salir.
 
Sasuke suspiró temblorosamente, soltando con suavidad el cabello de Sakura y apoyando las manos en el colchón. Su respiración se tornó rápida y dificultosa, parecía que el aire no entraba en sus pulmones. El corazón le latía tan rápidamente que amenazaba con salirse de su pecho, y una brillante y ligera capa de sudor había empezado a cubrir su piel.
 
Tardó un par de minutos en controlar el ataque de ansiedad, los músculos de sus brazos, temblaron y protestaron en aquella posición. Cuando el frío fue cediendo, el calor lo reemplazó. Bajo la mirada hacia Sakura, que seguía en la misma posición, ella temblaba y fue eso mismo lo que finalmente le hizo reaccionar.
 
Con rapidez, se quitó de encima de ella, casi tropezando con sus propios pies.
 
—Lo siento Sakura, lo siento — balbuceo atropelladamente, mientras se apresuraba a subirse los pantalones.
 
Sakura se dejó caer al suelo de sopetón, todo su cuerpo temblaba y el corazón le latía como un loco, su rostro hervía en vergüenza y toda su piel se encontraba caliente.
 
No podía negar que al inicio Sasuke había logrado asustarla, cuando la tomó del brazo y posteriormente la halo hacía la cama, no había sabido que sucedía y le había atemorizado cuando le quito los pantalones y peor aún, cuando le dejó las nalgas al aire, casi se había puesto a llorar en el momento en que se inclinó sobre ella entrando en contacto directo con su piel, sin embargo, sus palabras susurradas al oído y la posterior aparición de Sasori le habían hecho comprender lo que sucedía. El miedo había cedido, no así la calor, esa por lo contrario había aumentado, centrándose en su rostro y en la parte baja de su vientre.
 
Ahí, tirada en el piso, mientras se subía las bragas, Sakura fue consiente por primera vez de cuanto le había afectado aquello, más aún al sentir unas ligeras palpitaciones muy abajo. Muerta de vergüenza, se apresuró a subirse los pantalones.
 
—Lo siento — volvió a susurrar Sasuke, quien definitivamente no se encontraba en mejores condiciones, sintiendo el infortunio de sus hormonas, las cuales había hecho despertar una parte de su cuerpo en peculiar. Intentó controlar sus instintos, pues aún cuando no fuera el caso, aquella le hacía sentir como un pervertido y tampoco quería que Sakura pensara mal de su persona, suficiente había sido el llevar a cabo aquella hazaña.
 
—Esta bien — la voz de ella se escuchó estrangulada —. Yo entiendo.
 
Sasuke no sabía que más decir para quitarse aquella sensación. Intentó actuar con tranquilidad mientras se levantaba y le tendía una mano. No obstante, no pudo, pues cuando Sakura la aceptó y se encontró con su rostro sonrojado, no hizo más que recordar la suavidad de su piel contra la suya.
 
—Tenemos unos minutos más antes de que se le ocurra aparecer de nuevo — le dijo para desviar la atención al tema realmente importante.
 
—S-si… al parecer las pastillas estaban haciendo efecto — susurro ella estirando su camisa.
 
—Y dime… en cuanto salgamos ¿A dónde nos dirigiremos?
 
—La casa que te dije antes queda al norte, por el bosque, a unos cuarenta minutos a pie… La familia Taishumura tiene una antena especial para tomar la señal, ellos nos ayudarán.
 
—Eso sería perfecto.
 
—Ahora solo queda esperar a que Sasori se duerma.
 
Unos veinte minutos después, ambos salieron de la habitación y se encaminaron escaleras abajo.
 
Sasori estaba acostado en el sofá más grande, sus pies cruzados en la tapicería, su mirada en el techo.
 
Sakura frunció el ceño seriamente y detuvo a Sasuke solo unos pasos de bajar.
 
—Debería de estar dormido — le susurro lo más bajo que pudo. Sasuke también frunció el entrecejo pensando en la razón por lo que las pastillas no le hacían efecto.
 
Tomado a Sakura del brazo, la halo hacia el sofá, sentándola con un poco de brusquedad. Se sentó un poco lejos de ella y el silencio inundó la estancia.
 
Pasaron unos pocos minutos donde lo único que se escuchaba era el sonido de la lluvia azotando el tejado. De reojo, Sasuke mandó miradas fugaces a Sasori, quien parecía absorto en su propio mundo, pero para nada cansado cómo se suponía que debería de estar.
 
—Parece que esta maldita lluvia no va a parar — soltó Sasori molesto. Sasuke suspiró, Sakura respingo.
 
—¿Y qué sugieres? — inquirió con burla. Sasori frunció el ceño y ladeó el rostro hacia él.
 
—Talvez no sea mala idea que nos vayamos bajo el agua, de esa manera será más fácil guardar nuestras huellas, la lluvia las escondería un poco, al menos lo suficiente hasta que estemos muy lejos.
 
Sasuke se tensó pensando seriamente que aquella idea era muy ingeniosa, el detalle era que no quería escapar con él, sino de él.
 
—Si claro — dijo en un bufido.
 
—Piénsalo.
 
—Sería estúpido — dijo aparentando seguridad, aunque un pequeño temblor en sus palabras casi le delató —. Nos volveríamos lentos y eso puede hacernos descuidados, es una buena opción, pero estamos muy cerca del lugar del accidente. Por el momento estamos más seguros aquí que afuera.
 
Sasori pareció considerar sus palabras unos segundos, antes de devolver la mirada al techo.
 
—Puede que tengas razón, pero yo ya no aguanto estar aquí sin hacer nada — soltó seriamente antes de fijar su mirada en Sakura.
 
La pelirrosa sintió como todos los vellos de la piel se le erizaban. Sasuke inevitablemente se tensó.
 
—Tendrás que aguantarte.
 
—¿O puedes prestarme a la chica? — sugirió el otro, pero había algo en su expresión cuando lo miró, que le aseguró que esta vez le estaba hablando en serio.
 
—No me amenaces — le advirtió Sasuke con fingida furia, más su estómago había dado un vuelto amenazando a regresar todo lo que había comido.
 
—No quiero enemistarme contigo — dijo suavemente —. Pero estoy empezando a hartarme de pedir las cosas por favor — lentamente se sentó en el sofá.
 
—Me importa una mierda — Sasuke se inclinó apoyando los codos en sus rodillas, entrelazó las manos para que el temblor en estas no le traicionara.
 
Sasori sonrió tan cínicamente, que Sasuke sintió como el corazón se le aceleraba. El sudor perló la parte trasera de su cuello cuando le observó levantarse.
 
—Esto es lo que vamos a hacer — le propuso el otro dejando en claro que no le iba a dejar otra opción mas que aceptar sus términos —. Yo me llevaré a la chica por un rato mientras tú revisas la casa en busca de algo que nos ayude a comunicarnos con esos amigos tuyos. Cuando termine con ella podrás tenerla de nuevo, y tu y yo seguiremos en buenos términos.
 
—¿Y si me niego? — le reto alzando una ceja. Su rostro el vivo reflejo de tranquilidad.
 
—Entonces nuestro acuerdo se terminará ahora, me importa una mierda quien eres o lo que puedas hacer, no quieres saber lo que sucede cuando alguien se niega a cooperar conmigo.
 
—Tu tampoco quieres saber lo que sucede cuando alguien me contradice — advirtió. Sasori sonrió dando un paso al frente.
 
—Talvez no, pero no me importaría descubrirlo — su respuesta tan fresca le advirtió que ya no estaba tratando con el tipo aparentemente racional del inicio.
 
Sakura, mientras tanto, temblaba en su rincón, sus delgados brazos abrazando sus piernas contra su cuerpo, sus ojos llenos de lágrimas mirando de uno a otro, el más puro terror haciendo temblar su piel.
 
—Sasuke no aceptará, confío en él. Sasuke no aceptará, confío en él — se intentó convencer repetidamente.
 
—Cógela entonces, pero solo tienes media hora antes de que vaya por ella — la voz de Sasuke de repente se escuchó fría en sus oídos. El dolor se extendió con dureza en cada rincón de su cuerpo.
 
—Sabía que entenderías — Sasori sonrió mientras se acercaba a Sakura.
 
La chica había perdido el color en su piel, las lágrimas le quemaban las mejillas deslizándose a su barbilla. Su pecho dolía, tan intensamente que le dificultaba la respiración. Sasuke la había traicionado. Sintió como los asquerosos dedos de Sasori rodeaban su brazo como acero. De un tirón, el pelirrojo la levantó sin nada de delicadeza.
 
—No — susurro recuperando apenas la voz —. No, no ¡No! — gritó tomando consciencia finalmente de la situación —. No me toques! No! — desesperada intentó zafarse y posteriormente darle un golpe.
 
—Es una fierecita.
 
—Te gustará — Sasuke sonrió con cinismo —. Solo recuerda que nos es útil aún — dio una mirada a Sakura antes observar a Sasori y volver a sonreír —. No la lastimes… mucho.
 
—No, no… ¡Por favor no! — Sasori asintió y sin perder tiempo la halo hacia las escaleras. Sakura se dejó caer al piso y empezó a patalear, pero el tipo la agarró de la cintura y le dio la vuelta para evitar que lograra asestarle algún golpe con las manos o los pies.
 
—Me encantan los retos gatita — se burlo subiendo los primeros escalones.
 
Sakura siguió gritando, pataleando y lanzando golpes a diestra y siniestra, pero no logró de ninguna manera que aquel sujeto la soltara. Cuando llegaron a la habitación y el pelirrojo abrió la puerta lanzándola dentro, se golpeó contra el piso y deseó de alguna manera que el golpe la desmayara, porque lo que estaba por suceder la mataría por dentro.
 
Se incorporó con dificultad y observó entre las hebras enredadas de su cabello a Sasori, que estaba parado en el marco de la puerta, una sonrisa en los labios.
 
—Te dije que te tendría dulzura — le recordó recorriendo su figura con la mirada.
 
Sakura sintió arcadas y temblores en la piel, intentó incorporarse, pero el pelirrojo la tomó del cabello y él mismo la levantó antes de tirarla a la cama. Apenas tuvo tiempo de reaccionar cuando le sintió sobre ella. Era tan pesado que no la dejaba respirar bien, sus manos le abrieron las piernas. Sakura lloró y gritó hasta que la garganta se le desgarró.
 
De pronto se escuchó un golpe y el peso de Sasori la aplastó contra el colchón. Intentó respirar, pero era difícil. Las lágrimas le nublaban la vista, pero logró distinguir una mancha oscura.
 
Cuando el peso de Sasori finalmente fue quitado de sobre su cuerpo, el aire entró tan abruptamente a sus pulmones que involuntariamente tuvo un ataque de tos. Parpadeo varias veces antes de ver a Sasuke, quien sostenía el bate de su padre.
 
—¿Estas bien? — Sasuke la halo hacia él sacándola de la cama y refugiándola en sus brazos. Sakura se removió al inicio, golpeándole el pecho e intentando escapar sin asimilar aún la situación.
 
—Lo siento, lo siento tanto Sakura… no quería, pero tenía que distraerlo, de otra manera me habría matado y tú al final habrías terminado en sus garras — le dijo tan rápidamente, que sus palabras se atropellaron las unas a las otras.
 
Sakura siguió intentando soltarse hasta que de un momento a otro se aferró a él, con tanta fuerza y sentimiento, que Sasuke se sintió el peor bastardo del planeta. Cuando ella lloró desconsoladamente, sintió un profundo dolor en el pecho.
 
—Creí que me ha-bias, me habías traicionado — susurro temblorosamente.
 
—No, nunca… Te protegeré aún cuando me cueste la vida — le aseguro con firmeza. Sakura asintió aferrándose a él más fuertemente.
 
Se necesitaron unos cuantos minutos antes de que ella se calmara. Sasuke no la soltó hasta que fue ella la que lentamente se separó.
 
—¿Sasuke? — susurró con la voz rota.
 
—Estoy aquí.
 
Sakura se alejó de él antes de acercarse a Sasori.
 
—¿Lo mataste?
 
—Lo golpeé en la cabeza — dijo él acercándose al pelirrojo. Sakura estaba asustada, pero también se acercó notando la herida en su cabeza y como la sangre brotaba en un hilo.
 
—N-no parece que despierta-rá pronto.
 
—Debemos irnos entonces ¿Puedes buscar lo que necesitamos?
 
Sakura asintió y se acercó al tocador donde había dejado la manta. Sasuke tomó el reloj, la brújula y el celular, del lugar en el que lo había guardado. Se apresuró a seguir a Sakura cuando ella abandonó la habitación. La pelirrosa se acercó a la habitación del frente, una más sencilla decorada primordialmente por el color violeta. Sasuke se quedó en la puerta esperando a que ella saliera, con una mochila en mano.
 
—Hay que apresurarnos.
 
Rápidamente bajaron las escaleras, ingresaron a la cocina y tras obtener todo lo necesario, pronto salieron de la casa.
 
Afuera llovía demasiado aún. Sakura cerró la puerta con suavidad, sollozando ligeramente.
 
—Estaba bien. Volveremos — le aseguro Sasuke al ver su renuencia. Sakura asintió y lentamente se volvió hacia él. En cuanto salieron del tejado, el agua azoto su cuerpo intentando empaparlos en segundos. Sasuke había logrado llevar una chaqueta consigo y no dudó en envolver a Sakura con ella. La chica no protestó agradeciéndole con un asentimiento.
 
—¿Por donde nos vamos? — le preguntó seriamente. Sakura le hizo una seña con la mano y la instó a seguirlo.
 
Caminaron por unos veinte minutos, el cielo gris parecía haber oscurecido aún más, haciendo difícil mirar donde pisaban, pero Sasuke se negaba a encender aún la linterna por el miedo de que Sasori hubiera despertado y les hubiera seguido. Habían ingresado al bosque porque según Sakura aquella era la mejor manera de acortar el camino.
 
Sin embargo, la lluvia era tan fuerte que hacía el camino lodoso. Sakura resbaló y Sasuke apenas logró atajarla antes de caer.
 
—No se si podemos seguir así — le dijo aún cuando sabía que lo que menos debían hacer era parar.
 
—Falta poco — le instó ella.
 
Caminaron lo que restaba del camino, hasta que encontraron una enorme casa de dos plantas. Considerando la hora, a Sasuke se le hizo extraño que las luces estuvieran apagadas.
 
—No parece haber nadie — susurro siguiendo a Sakura, quien se acercó por la puerta principal.
 
—No puede ser, ellos nunca salen con un clima así — le comunico moviéndose sigilosamente.
 
Sasuke sintió un mal presentimiento incluso antes de notar que la puerta estaba abierta. Tomó a Sakura del brazo y la detuvo. Ella le miró, parecía sorprendida, luego su ceño se frunció en preocupación.
 
—Algo está mal — susurro apenas, su voz temblando nuevamente.
 
—Ponte tras mío — le ordeno Sasuke tomando el arma. Sakura asintió y le siguió de cerca agarrando su camisa entre su mano.
 
Sasuke abrió lentamente la puerta y caminó unos cuantos pasos antes de notar lo que sucedía. El lugar estaba hecho un auténtico desorden. Muebles volteados, vidrios rotos, cortinas en pedazos.
 
—¿Qué pasó? — susurró Sakura muy sorprendida.
 
Sasuke se dio una vaga idea de lo que había sucedido, lo comprobó cuando en la sala vieron un cadáver. Alguno de aquellos delincuentes había encontrado aquella casa antes que ellos. Sasuke se tensó instantáneamente, mirando de un lado a otro con precaución.
 
—Hay que salir de aquí — le dijo a Sakura, aún viendo su alrededor.
 
—Pero, pero… — el rostro de la ella estaba pálido, sus ojos humedecidos de lágrimas.
 
—Pueden estar aquí, es mejor irnos — no le dejó opción tomándola del brazo y halándola hacia la salida.
 
Volver al agua le produjo escalofríos en todo el cuerpo, la temperatura había descendido considerablemente y ya la noche había caído, ahora sería más difícil escapar. Sin embargo, Sasuke no lo pensó antes de tomar la mano de Sakura y halarla. Corrieron un buen tramo, con el agua azotando sus cuerpos y el viento helándoles hasta los huesos.
 
Perdieron la noción del tiempo, para cuando se detuvieron, el agua escurría por su piel y ropa, y su respiración estaba tan agitada que escapaba en jadeos.
 
—¿Dónde estamos? — le pregunto a Sakura luego de recuperar el aliento. La chica miró de un lado a otro y luego empezó a temblar. No dijo nada y su reacción impacientó a Sasuke.
 
—Yo, yo…
 
—¿Dónde estamos? — volvió a preguntar intentando orientarse. No conocía aquel lugar, la noche era muy oscura y parecía tragárselos, hacia frío y estaba asustado.
 
—No se, yo no se — Sakura no se encontraba en mejores condiciones.
 
De repente empezó a respirar rápidamente, antes de tomarse el pecho e inclinarse, el oxígeno no entraba en sus pulmones, su respiración se volvió pesada y empezó a jadear.
 
Sasuke la socorrió al instante, obligándola a sentarse contra un árbol. Parecía tener un ataque de pánico, por lo que le mostró cómo respirar mientras tomaba su mano.
 
—Respira… despacio — le susurro acariciándole la mejilla. Sakura le miró fijamente, sus ojos tan llenos de lágrimas que inevitablemente le hizo pensar que había pasado por demasiadas cosas en un día.
 
—Tengo miedo, mucho miedo — sollozo con pena. Sasuke la cargo sentándola en sus piernas y acariciándole la espalda. Ella se abrazó a su cuello y empezó a llorar en silencio, su cuerpo estremeciéndose como único indicio.
 
—Estaremos bien — le aseguro aunque por dentro todo fuera un caos.
 
Pasaron unos pocos minutos para que Sakura se tranquilizara. Sasuke espero un poco antes de instarla a levantarse y hacer lo mismo. Su mano nunca dejó la de ella.
 
—Tenemos que encontrar un lugar para pasar la noche — le dijo instándola a levantar la mirada hacia él, le acarició el cabello húmedo y luego la mejilla izquierda fría —. Es peligro seguir con este clima, nos pueden encontrar o nos puede pasar un accidente, incluso podemos contraer una hipotermia… ¿Conoces algún lugar?
 
Sakura lo pensó unos minutos, luego asintió y le guió. Tardaron alrededor de quince minutos en llegar, era un árbol gigante.
 
—Era mi escondite — susurró Sakura antes de halarle. Sasuke dudó, pero se dejó hacer. Tuvieron que rodear el árbol, antes de encontrar el escondrijo. Era un agujero relativamente pequeño, pero no lo suficiente como para que no entrara, siquiera a gatas.
 
—¿Y si hay animales dentro? — le pregunto a Sakura. Ella sacó la linterna de su mochila, por suerte era impermeable y todo lo que llevaba dentro estaba seco.
 
—La encenderé por un momento — susurro antes de entrar al agujero. Fue hasta que estuvo dentro que la encendió. La luz se notaba desde afuera, más aún con tanta oscuridad rodeándoles, por lo que Sasuke miró de un lado a otro para asegurarse que no hubiera nadie más cerca.
 
Sakura salió unos pocos minutos después.
 
—Esta vacío — le dijo asomando solo la cabeza, luego volvió a entrar. Sasuke tuvo que agacharle y gatear para seguirle.
 
El lugar sorprendentemente era muy espacioso por dentro. No tanto como para que él se parara, pero si le permitía algo de movilidad. Sakura ya había extendido la manta y estaba sentada en un rincón. La linterna daba suficiente luz para ubicarse.
 
—Hay que apagarla — le dijo a Sakura. Ella asintió.
 
—Tenemos que… quitarnos la ropa húmeda, de otra manera podemos contraer una hipotermia — Sasuke lo había considerado por lo que no se sorprendió.
 
Se desvistió despacio, esperando que Sakura no se asustara si hacía algún movimiento brusco, de reojo pudo notar como ella también se desvestía, ambos quedándose solo en ropa interior. Por la temperatura y el viento, su piel ya de por sí fría parecía congelada, sus manos y pies estaban demasiado fríos.
 
—Hay que recuperar calor — Sakura, en bragas y sostén gateó hacia la manta. Sasuke no supo que hacer por unos segundos —. Tenemos que abrazarnos para que nuestro calor corporal aumente — le dijo a Sasuke. Sus mejillas bastante sonrosadas en su rostro pálido.
 
Sasuke asintió antes de acercarse a la linterna y apagar la luz, la oscuridad les trago. Gateó hacia Sakura hasta que se posicionó tras ella. Sus pieles bastante cerca, pero sin tocarse. Sasuke ubicó el arma solo a unos centímetros arriba de el, luego se acomodó, poniendo el brazo derecho bajo su cabeza y el izquierdo en su pierna. Pasaron unos segundos en silencio, en los que sus ojos se acostumbraron a la oscuridad.
 
El viento empezó azotar, tan fuertemente que ambos inevitablemente temblaron, la lluvia no había cedido aún, sino por lo contrario, había aumentado. Sakura se movió un poco, hasta que su espalda chocó contra el pecho de Sasuke. Él suspiró despacio.
 
—Abrázame… por favor — susurro ella temblorosa. Sasuke dudó un poco pero lo hizo, pasándole el brazo por la cintura.
 
Transcurrieron unos cuantos minutos, el calor volviendo a sus cuerpos. Sasuke se movió ligeramente, encajando su cadera a las de Sakura, ella puso sus pies en medio de las piernas de él, su mano abrazando el antebrazo que la rodeaba. Los movimientos de ambos sincronizándose, ninguno dijo palabra alguna.
 
—¿Estás más cómoda? — preguntó Sasuke rato después. Sakura asintió apoyando su mejilla caliente contra su propio brazo.
 
—Si, gracias.
 
—No hay de que — susurro él.
 
A pesar del cansancio de sus cuerpos, sus mentes estaban tan activas que fue difícil conciliar el sueño, cuando Sakura sintió que el brazo se le entumecía en aquella posición, no pudo evitar moverse ligeramente, buscando una posición más cómoda.
 
—¿Estás incómoda? — preguntó Sasuke. Ella no quería quejarse, pero el brazo había empezado a dormírsele.
 
—Un poco.
 
—Muévete para acá — dijo él. Sakura dudó unos segundos, pero luego se movió, hasta estar frente a él, sus senos entrando en contacto con el torso de él. Casi gimió cuando noto lo calientito que él estaba, inevitablemente suspiró, mientras hundía el rostro en su cuello. Sasuke se tensó unos segundos, antes de tomar la mano de ella y hacerla rodearle la cintura, misma acción que él hizo.
 
—Nunca había dormido con un hombre — susurró Sakura de pronto. Sasuke parpadeo en la oscuridad antes de sonreír.
 
—Siempre hay una primera vez — le dijo unos segundos después. La pelirrosa asintió y apoyó su mejilla en la piel de él.
 
El silencio les siguió, haciéndoles muy conscientes de la lluvia que caía fuera.
 
—Gracias por protegerme de todo — Sakura levantó el rostro observando su barbilla cuadrada, Sasuke al percibir el movimiento, se separó un poco y la miró a los ojos.
 
—Te dije que lo haría.
 
—Y confío en ti — le aseguro.
 
Sus miradas tan intensas hicieron estragos en sus corazones. Sakura no pudo con aquello y cerrando los ojos, estiró el rostro, sellando sus labios con los de Sasuke en un torpe beso. Solo fueron unos segundos y rápidamente se separó. El moreno permaneció en silencio por un momento.
 
—No era necesario — le dijo creyendo que lo hacía como agradecimiento. Sakura por lo contrario asumió que él no quería aquel tipo de contacto, ya que no había sentido lo mismo que ella. Eso inevitablemente la avergonzó, tanto que intentó alejarse.
 
—Lo siento, no quería incomodarte — sus ojos cristalinos produjeron algo en el pecho de Sasuke, quien de pronto comprendió lo que pensaba. Por lo que tomándola del cabello estampó sus labios con los de ella.
 
Sus corazones latieron como locos, sus respiraciones agitadas se entremezclaron. Sakura gimió cuando la lengua de Sasuke se filtró en su boca como un intruso quemándole los labios, intentó corresponderle con igual fervor.
 
Cuando se separaron, se miraron a los ojos antes de volver a besarse, tan perfectamente que parecían hechos el uno para el otro.
 
Y por primera vez en ese día, se olvidaron de la pesadilla que vivían.
 
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FIN DEL CAPÍTULO


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31/01/2021

Peligrosa Tentación [SasuSaku]Where stories live. Discover now