Cap. 9 - Tour Guide

Începe de la început
                                    

-"Sí, también. Bastante seguido. Aunque converso más con mi madre, pues mi padre es militar y viaja frecuentemente." dijo sin abundar más.

Mientras continuaban con su caminata y conversaban, cada una por su lado iba grabando cada palabra pronunciada. Les faltaba bastante para llegar a El Morro, sobretodo porque tenían que volver a subir otra cuesta, esta vez, más empinada. Luisita, sabiendo que probablemente la morena estaba más agotada, sugirió adelantar el desayuno.

-"Oye...que..." le dijo deteniéndose y mirando a Amelia, "si quieres adelantamos el desayuno, porque ya a la una de la tarde tengo que ir el restaurant y me quedan unos pendientes por hacer. Vamos ahora?"

-"Oh, sí, sí claro! La verdad es que mis tripas tienen una mezcla de reguetton con flamenco ahora mismo en mi estómago jajaja!"

-"Perfecto, pues vamos al Chocobar Casa Cortés que está por aquí cerca. Hacen un café y un chocolate caliente que para qué te cuento. Es más, ya se me hace la boca agua" dijo Luista mientras se relamía.

 Es más, ya se me hace la boca agua" dijo Luista mientras se relamía

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Así, se dirigieron al local que mencionó Luisita.

-"Buenos días Luisita! La mesa de siempre con lo mismo de siempre, no?" le recibió Maritza, la dueña, conociendo de antemano los gustos de la rubia.

Luisita cuando hacía esa ruta de ejercicios, siempre paraba a desayunarse para continuar con sus quehaceres del día. Aparte, que al ser dueña de un restaurant del área, todos los comerciantes la conocían y se conocían entre sí.

-"Y a la joven, que le apetece?"

-"Un café negro estaría muy bien ahora mismo, con unas tostadas integrales y una ensalada pequeña de frutas. Gracias".

Luisita la miraba mientras pedía la orden a Maritza. Esa cara era hermosa y se sentía muy a gusto observándola.

-"Confirmando lo de siempre para ti Luisi?"

-"Sí, y me parece que una ensalada pequeña de frutas me caería bien también" sonrió a la morena.

-"De inmediato, chicas!" dijo Maritza retirándose para poner la orden.

Amelia observaba detenidamente a la rubia, pues ella era muy expresiva en sus gestos y ademanes. Había algo que le estaba llamando la atención en ella. Pero, a la vez, trataba de despejar esos pensamientos, pues aún sentía que no estaba lista para darse otra oportunidad. Aún no. El silencio de los pensamientos fue interrumpido.

-"Cuéntame, ya tienen visto lugares a visitar? Cuánto tiempo se quedarán? Alquilaron auto? Si necesitan ayuda me avisan que puedo conseguirles lo que sea con mis contactos" soltó Luisita de carretilla sin dar oportunidad a Amelia de contestar tan siquiera la primera pregunta.

-"Pero coge aire mujer! Tienes pulmones de acero! Jaja! Señora oficial, de que se me acusa?" dijo Amelia entre risas  y Luisita se sintió como una tonta al soltar tantas preguntas en menos de cinco segundos.

-"Perdona" dijo con cierta vergüenza, "puedo ser la intensidad hecha mujer de vez en cuando" y se acaba de dar cuenta nuevamente de ese comentario. Tomó un sorbo de agua para bajar el calentón, se sentía roja como un tomate.

Amelia parecía dsifrutarse la escena que tenía en frente.

-"No tienes que pedir perdón!" decía mientras reía. "La intensidad nunca debe faltar, eh!" Continuó, "Pero contestando tus preguntas, ya María hizo la tarea del itinerario de tours, pero NPI".

-"Espera, que es NPI?" preguntó Luisi sin entender las siglas.

-"NPI, ni puta idea!!jajaaaaa!" y ambas rieron.

-"Creo que Ignacio alquiló un Jeep, y contestando la segunda pregunta, estaremos dos semanas más o menos" y bebió de su vaso de agua, tratando de bajar el nudo que se le formó en la garganta al decir esa fecha.

Luisita, en cambio, sintió una punzada inexplicable.

Maritza trajo la orden de Amelia y el pedido de siempre de Luisita: una orden de croquetas con tres pedazos de tortilla española, chocolate caliente, y la ensalada de frutas pequeña. De fondo se escuchaba la canción de Millo Torres y El Tercer Planeta comenzar:

"Me gustas comoquieras, me encanta tu manera,
Cosa linda, cosa buena,
que tu me gustas comoquieras..."


Ambas escuchaban la canción y sonreian.

-"Esta tortilla me recuerda mucho a mi abuelo Pelayo" dijo con aire de nostalgia.

-"Una de las primeras cosas que aprendí de él y a cocinar fue esto mismo. Era su cómplice en la cocina. A veces hasta pensaba que a mis padres le daban celos porque yo me perdía horas con él. Es más, creo que realmente se resignaron cuando hacía platos y él los ponía para que la gente probara, y pensaban que él los había hecho. Los halagos eran...madre mía!" dijo sacudiendo de su cabeza aquellos recuerdos.

-"Lo extrañas mucho verdad?" preguntó Amelia dando un sorbo a su café.

-"Sí, la verdad es que si"

-"Yo no tengo recuerdos de los míos. Era muy pequeña cuando fallecieron. Tengo algún que otro recuerdo pero muy vago. Eso sí, recuerdo el olor a flores en la casa. Siempre habían. Mi madre me cuenta que mi abuelo le llevaba flores a mi abuela, todas las semanas. De ahí mi gusto por las flores. Nunca faltan en mi casa ni en mi oficina."

-"Y te gusta alguna en particular?"

-"Me encantan las orquídeas y las rosas color naranja con las puntas en rojo.

-"Son unas flores muy elegantes. Creo que van contigo, con tu personalidad, o me equivoco?

Amelia la miraba sorprendida de que haya llegado a esa conclusión, aunque no estaba muy lejos de la verdad.

-"Pues no te equivocas, no. Y a ti te gustan? Tienes alguna preferida? preguntaba mientras se llevaba un trozo de fresa a la boca.

-"Sí, me gustan también. Yo amo las margaritas. En flores y en bebidas jaja!" contestaba Luista entre risas.

-"Creo que van contigo y con tu personalidad...ambas! Jaja!" dijo rebotando el comentario de Luisita. "Ufff! Las margaritas son lo mejor! Frozen?

-"Frozen total!!"

-"Ah pues ya tengo mi "drinking partner", como dicen aquí! Jaja! Es más, no me pido una porque es muy temprano y tengo que ir al restaurant, que sino, otra sería la historia" le dijo Luisita alzando un dedo confirmando ese dato.

-" Sí, verdad, desayunando tostadas con una margarita pues como que no se, tengo mis dudas....de las tostadas obviamente!" y ambas rieron, dándose cuenta de las coincidencias y guardándose cada una los pequeños grandes detalles de la otra.

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