Capítulo 14

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Ginger

Cuando Craig terminó de hablar con la señorita ella, Reese y yo nos dirigíamos directo al auto. Me envolvió en sus brazos y descanse mi cabeza en su pecho.

— Todo bien? — Descanso su barbilla en mi cabeza.

— Si. — respondí.

Craig salió del edificio y venía agitando las llaves, cuando se acercó a nosotros se las lanzó a Reese y vaya que tenía buenos reflejos.

Y si fuera por mi, tendría un golpe de llaves metálicas en mi cara.

— Qué? — Reese preguntó confundido.

— Conducirás tú. — Respondió Craig mientras metía sus manos a sus bolsillos.

— Podría intentar conducir. — sugerí.

— Tan rápido vamos a morir?— Craig soltó una carcajada, la cual fue disminuyendo cuando lo mire sin expresión en mi rostro. — sin ofender. — levantó sus manos en señal de rendición.

— Suban. — Reese se metió al auto y nosotros también.

El camino fue tranquilo y fue bonito mientras duró. Nos estábamos peleando para ver quien se encargaría de los tres en escoger la música.

— Reese, tú no puedes escoger la canción. — Craig habló desde atrás.

— Es cierto. — Volteé a ver a Craig.

— Que?! Pero! Porqué?!

— Estás conduciendo. — Dijo Craig con simpleza — no te distraigas.

— Tengo Hambre. — mis tripas gruñían.

— Igual yo. — Reese giró el volante con una mano.

— Yo siempre tengo hambre. — Craig se asomó desde atrás. — hace cuánto que no comemos una rica hamburguesa?

— Desde que Mamá y Papá. — hice una pausa — no nos dejan salir.

— Siglos. — Reese respondió.

— Tampoco hables por convivir. — soltó Craig.

No pude evitar soltar una risa y pude ver que Reese enrojeció.

— Tenemos suerte. — Señale el Mc Donald's.

— Genial! — El tono de voz de Craig se escuchaba cómo de un niño pequeño.

— Entonces.... entró directo al estacionamiento? — Reese preguntó.

— Si! — dijimos Craig y yo al mismo tiempo.

— Bien, pero no me griten.

— Lo siento. — Respondimos.

Llegamos directo al autoservicio y en el momento que íbamos a pedir Craig habló.

— Hay un ligero problemita, jeje.

— No trajiste dinero verdad? — Reese se llevó ambas manos a su cabeza.

— Pues yo no sabía que pasaríamos directo a comer! — se defendió Craig. — pero! Tu tienes dinero.

— Eso es cierto? — me giré para ver a Craig.

— Si. Todo el dinero que gana en las peleas del boxeo.

— Que?! — solté — cuando pensabas decirme eso? — negué con la cabeza — No! Más bien cuanto tiempo llevas haciéndolo?

— Llevo haciéndolo desde hace mucho tiempo. — Respondió Reese bajando la ventanilla para poder ordenar.

Uy.

The boys who lied +21Donde viven las historias. Descúbrelo ahora