Capítulo 4

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Me acomodo el vestido y me apresuro a ir al cuarto de Frederick, pero en el camino me encuentro a fluffy que me mira atentamente.

Miau.

—Se que te estarás preguntando qué hago aquí. — señale la puerta de Frederick— el maldito de William me dejo con las ganas.

Miau.

—Esto no se va a quedar así.

Miau.

Fluffy entró a mí habitación — tal vez para dormirse — y finalmente toque la puerta de Frederick.

Frederick

Luego de quitarme el resto de sangre del viejo que apuñalamos, decidí darme una ducha — lo cual disfruté — mamá me dijo que debería dormir, ya que mañana me levantaría temprano para ayudarlos con unas "cosas".

No dormir absolutamente nada es mi pasión.

El ambiente se sentía fresco últimamente, pero mi cuerpo tiene la temperatura elevada y solo me pongo mi pijama — pantalón de tela — muy cómodo por cierto y no pienso ponerme una playera encima.

Finalmente me acosté en mi cama y decidí relajarme, pero como siempre alguien tiene que venir a interrumpir mi sueño. Los golpes de la puerta fueron muy fuertes — lo cual me molestó .

—¡Maldita sea William! — grite — ¿Qué quieres?

Espero que sea alguien importante y si no lo es, no dudaré ni un segundo en tirarle un golpe .

—No soy William — era Ginger — soy Ginger, ¿estás ocupado?

Me levante de la cama y me dirigí hasta la puerta, la abrí y ahí estaba ella — con el mismo vestido de la tarde.

—¿Puedo pasar? — preguntó.

—Ya estás aquí — respondí.

Me encamine hasta mi cama y me senté en la esquina, Ginger cerró la puerta tras de ella — está nerviosa lo sé— algo quiere.

—¿William no te dió lo que querías verdad?

—Cállate.

—Si viniste hasta acá es por eso. — me encanta fastidiarla.

—Eres igual que él.

— Sí — respondí, encogiéndome de hombros —. Pero yo no te dejaría a medias.

Entrelazaba sus dedos de manera nerviosa y su mirada estaba en el piso.

—Ven aquí — palmeé mi regazo.

Levantó su mirada sorprendida y a paso lento se dirigió hacia mí. Se coloca sobre mi regazo y acomoda ambas piernas a los costados, le pongo ambas manos por la cintura para acomodarla mejor y ella rodea mi cuello con ambos brazos.

—¿Duro o suave, Ginger? — pregunte.

—Hazlo como quieras.

—¿Segura? — asiente — doy demasiado miedo cuando se trata de este tipo de situaciones Ginger.

—Hazlo ya — me da un beso en los labios — por favor.

—No me pidas que sea gentil — la mire un momento — por que no lo seré.

—Está bien.

—Ahora quítate el vestido antes de que lo haga yo y lo arranque.

En cuanto le dije eso no dudo ni un segundo y paso ambos brazos para poder quitarse el vestido.

Le ayude a terminar?

Si.

Y en cuanto quedo con su sujetador — no llevaba puesta su braga — cuando mamá le dijo que se lo quitará no pensé que le haría caso y me equivoqué.

Se tapó con ambas manos en su pecho — fruncí el ceño.

—¿Puedes apagar la luz?

—Quiero verte. — dije en voz baja — Ginger me encanta tu cuerpo. — dirigí una de sus manos en mi pantalón— sientes eso Ginger? es por que ya quiero estar dentro de ti.

—Hazlo ya, por favor.

Me encanta que me ruegue

¿Hacer que Ginger?

—Te quiero dentro de mi.

Sus manos acarician mi abdomen y su pecho se aprieta contra el mío, se acerca y me besa.
Muerdo su labio y ella gruñe por lo bajo, paso mis manos por su trasero perfecto, le doy vuelta y tengo una excelente vista desde aquí.

Ginger tiene un rastro de lunares pequeñitos por su espalda — se le ve sexy — y ella sabe lo que voy a hacer por que pone ambas manos en el respaldo y se sujeta de él— me quito mi pantalón y mi bóxer — sin previo aviso ya estoy dentro de ella, sus gemidos son música para mis oídos me detengo y ella me mira por detrás de su hombro.

—Date vuelta.

Ella lo hace y abre las piernas —exponiéndose ante mi — me arrodillo enfrente de ella y paso mi lengua por su entrada y desde aquí abajo puedo ver que lo disfruta.

—Oye.. espera.. — jadea.

—No te gusta? — pasó mi mano por mis labios.

—Me encanta — su respiración esta agitada — puedes hacer esto más rápido?

—¿Quieres sentirme de nuevo?

—Te necesito Frederick.

Y sin nada más que decir, lo hice. La habitación solo se escuchaba el respaldo de la cama, los gemidos de Ginger y nuestras respiraciones. No supe por cuanto tiempo estuvimos haciéndolo pero terminamos cansados, tal vez ella . Por mi podría hacer la siguiente ronda pero se quedó dormida sobre mi pecho,con una sábana que nos cubría a los dos , mientras le pasaba una mano por su espalda dándole leves caricias.

—¿Puedo dormir aquí?

—Cómo quieras — suspire — mañana Reese vendrá por ti a recogerte o en unas horas.

—No importa. — se acomodó en mi pecho y paso uno de sus dedos en el.

—No usamos condon Ginger. — dejó de hacer caricias y me mira sorprendida.

—¡¿Y lo dices así de sencillo?!

—Mañana que me vaya te compraré la pastilla.

—Podríamos ir los dos juntos.

—No creo que quieras levantarte mañana temprano.

—Está bien — se incorporó en la cama — solo que ... no te vean William y Reese.

Nos quedamos en silencio y vi que ella cerró sus ojos . Acomode a Ginger en mi pecho y pude quedarme dormido .

The boys who lied +21Donde viven las historias. Descúbrelo ahora