Capítulo 7

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Reese

Abrí lentamente la puerta de la habitación de Ginger y me asomé, no había nadie excepto el gato que dormía arriba de su cama.

Baje las escaleras y fui directamente en la cocina, ya que Ginger solía tener hambre a ciertas horas de la noche, tampoco había nadie.

Salí de la cocina y Craig estaba acostado en el sillón viendo una de sus películas favoritas.

Avengers.

Ya me acostumbre verlo ahí tirado en el sillón a media noche y no lo culpo, también tiene problemas para dormir. Me acerqué a él pero parece que ni me nota, esta totalmente entretenido con la película y tuve que pausarle para que me notara.

— Qué haces?! — se levantó rápidamente y señaló la televisión. — se puede saber por que carajos le pausaste?

— Sabes dónde está Ginger? No la encuentro por ningún lado de la casa.

— Oh, ella. — hace una mirada perversa.

— Si, ella. — fruncí el ceño por la cara que hizo. — sabes dónde está?

— Está con Frederick. — me quitó el control de la mano. — se divertían muy bien hace un rato.

— A qué te refieres.— lo señalé con un dedo. — con " divertían"? — hice comillas en la última palabra.

— Eres tan inocente. — soltó una pequeña risa.— el respaldo de la cama se escuchaba por toda la casa y unos gemidos que quisiera olvidar.

Rápidamente subí las escaleras y fui directo a la habitación de Frederick, cuando llegue golpeé la puerta con fuerza.

Nadie abrió.

Pegue mi cabeza contra la puerta para ver si se escuchaba algo.

Nada.

Tal vez el maldito de Craig me mintió.

— Ginger no está en su habitación. — trate de controlar mi tono de voz. — se que está ahí contigo Frederick, así que abre la maldita puerta.

Finalmente Frederick abrió la puerta y pude alcanzar a ver qué traía unas marcas en el cuello. Mi vista se dirigió detrás de él y pude ver a Ginger, estaba dormida, desnuda y una sábana le cubría un poco.

— Déjanos dormir en paz. — me miraba enojado.

— Despiértala. — ordene — ella no debería estar aquí.

— Que diablos pasa contigo? — señaló a Ginger. — está dormida.

Lo aparte con una mano y entre directo a la habitación, me acerqué a pasos cuidadosos a la cama y con tal de no despertarla. Frederick fue directo hasta su armario y sacó una playera.

— Si te la vas a llevar. — me tendió la playera— al menos tápala no?

Le arrebate la playera y con mucho cuidado de no despertarla se la pase por encima de su cabeza y alce uno de sus brazos, hasta que por fin quedó. La cargué como un costal de papas y por el rabillo del ojo pude ver que Frederick se apartó para poder pasar y salir de su habitación.

— Que sea la última vez. — me apunto con un dedo— que me despiertas a ciertas horas de la noche.

Cerró la puerta de un portazo y finalmente lleve a Ginger a su habitación, murmuraba algunas cosas dormida. — las cuales ignore.

The boys who lied +21Donde viven las historias. Descúbrelo ahora