Capítulo 13

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Ginger

Desperté en mi habitación y pensé que estaría sola pero como casi todas las mañanas alguien tiene que estar conmigo. Reese estaba durmiendo en mi lado, tenía una mano abrazando una almohada y la otra por alrededor de mi cintura.

Me acerco un poco a él y me acomodo mejor, se remueve un poco y pensé que se movería o algo pero no, me acerca más a él. Paso una de mis manos directo por su abdomen y vaya que hace ejercicio, Reese se da cuenta de lo que hago y la mano que tenía en mi cintura la pone directo con la mía.

— No hagas eso.

— Qué cosa?

— Estas bien?

Ya pasaron varios días de lo sucedido con Craig y me alegra que Frederick se lleve mejor con Craig.

— Si. — respondí.

Me aparte de él y me puse de pie.

— A donde vas? — se acomodó mejor en la cama, de un abrir y cerrar de ojos ya estaba a lado de mi— Ginger, tienes que descansar.

— Ya me cansé de descansar. — intentó relajarme — Craig y yo iremos a...

Rápidamente me callé y no sé si lo que me dijo Craig es "confidencial" por así decirlo y que nadie debería saberlo, pero, Reese no era ese nadie, así que puedo confiar en el.

— A donde? — preguntó — puedo ir?

Me le quede mirando unos momentos y su mirada se entristeció.

— Dime que no harás lo qué haces con William y Frederick, Ginger. — su tono se oía triste.

— Que se supone que hago con ellos dos?

— Acostarte con ellos. — parecía molesto — Ginger eso haces.

— Te molesta que lo haga con ellos y no contigo?

— Harás eso con Craig también.

— Por supuesto que no! — solté de golpe — Craig nunca me a tocado! Y te recuerdo que cuando yo te bese tu dijiste que estaba mal!

— Me estás volviendo loco. — camino de un lado a otro con sus manos en la cabeza — Me vuelves loco, Ginger.

— Yo? — pregunte confundida — si yo no te hecho nada.

— No no me hiciste nada. — se detuvo de golpe — Pero quiero que lo hagas.

Camino directo hacia mi y tomo mi rostro con ambas manos — deje que lo hiciera — descanso su frente con la mía.

— Ginger... yo te amo. —susurró cerca mis labios— quiero que estes a mi lado todo el tiempo, cuidarte y estar contigo en todo momento.

— Ya lo haces. — acaricie sus manos que todavía estaban en mi rostro.

— Ellos tres te alejan de mi.

— Vuelvo a repetir. — trague saliva con fuerza — cuando te bese tu dijiste que estaba mal.

— Y lo estuvo. — cerró sus ojos con fuerza — Ginger si yo hago lo que ellos hacen contigo, seré como ellos y yo no quiero ser como ellos.

— No eres igual que ellos, Reese tú eres diferente a ellos. — acaricie su rostro.

— Voy a cuidarte Ginger. — tomó aire por su nariz — y lo haré hasta donde pueda.

Le di un fuerte abrazo y enterró su rostro en mi cuello, ya su respiración estaba tranquila.

— Quieres acompañarnos? — pregunte sin romper el abrazo.

— A donde tú vayas yo iré. — sentí que sonrió cerca de mi cuello.

— Con la sicóloga.

— Iré contigo.

☽☽☽☽

Pensé que Craig se enojaría, por que Reese quería acompañarnos, pero no fue así, al contrario eso pareció agradarle.

La última vez que vine a la sicóloga con Craig y salí corriendo. No pensé que duraría mucho el trayecto, será que vivimos alejados de la ciudad, deber ser por eso.

Reese estaba un poco inquieto, no dejaba de hacer preguntas y Craig con toda su paciencia del mundo solo respondía " lo sabrás cuando lleguemos " .

La misma chica que me atendió y cambió mi cita, estaba ahí. Pero su mirada no se dirigía a mí si no, a Reese y Craig.

Luego de esperar una eternidad por que a la señorita Ginger Evans no tenía cita para ese día, pero al final se logró.

Por primera vez entre a la habitación de la sicóloga, era muy bonita y tranquila. Cuadros de pintura, muebles, una pequeña alfombra, suelo de madera y unas fotos.

Tal vez de su familia o hermanos.

Tome asiento en la silla que tenía delante de su escritora y computadora. Lleve mis manos a mi regazo y mordí mi labio inferior. Me dediqué a mirar la vista desde la ventana y todo estaba muy tranquilo.

La puerta detrás de mí se abrió y unos pasos que se acercaban en mi dirección.

— Perdón por hacerte esperar mucho. — el tono de su voz era relajante.

— No se preocupe. — sonreí.

— Tu eres Ginger, cierto? — tomó asiento en su escritorio— hermana menor de Craig?

— Si. — respondí.

— El otro Chico que estaba a su lado también es tu hermano? — preguntó mientras sacaba unas cosas de su portafolio.

— Si. Es mi hermano.

— Ginger Evans, tienes diecisiete y..

— Dieciocho casi. — la interrumpí.

— Bien Ginger, me presento. — extendió su mano y la acepté— mi nombre es Ella Downs y seré tu sicóloga por estas sesiones.

Downs? Nunca pensé que alguien se apellidaría así.

— Te sientes mal desde tras ese golpe en la lluvia verdad?

Asentí con la cabeza.

— Y cada que te pegas o te pasa algo, tu nariz empieza a sangrar?

Volví a asentir.

— Craig me contó por lo qué pasas. — seguía leyendo el expediente.

Me tensé un poco.

— No controlas tu furia y temes a perder el control — suspiro — y también no sientes que encajas en tú familia.

Asentí otra vez.

— Y el accidente que tuviste fue muy fuerte?

— Trató de recordarlo.... pero no puedo.

— No voy a presionarte.

— Cuando quiero recordarlo, mi misma mente lo bloquea o algo así.

Seguimos hablando durante horas y no volvió a sacar el tema. Me sentí muy cómoda con la señorita Ella, muy buena persona y todo.

Dijo que mis sesiones durarían de una hora o dos, dependiendo si no tendría problemas o situaciones personales.

Me sentía en paz y confianza.

The boys who lied +21Donde viven las historias. Descúbrelo ahora