Capítulo 8

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Ginger

Ginger. — susurraron a mi lado.

— Que? — los ojos me pesaban para abrirlos.

— Levántate es urgente. — me paré alarmada.

pero el gracioso de Reese se estaba riendo.

— Que es tan gracioso? — le aventé una almohada.—pero como era de esperarse la atrapó. —Y cual es la urgencia? — pregunte.

— Tus pastillas para el dolor. — se dirigió hasta la mesita y tomó el paquete de pastillas. — se me olvidó dártelas ayer en la noche.

— Ya me siento mejor. — mentí.

— Debes tomarlas. — se cruzó de brazos.

— Está bien. — bufé — pásame una botella de agua para poder pasármela.

— Es por tu bien. — me pasó una botella de agua y de mala gana la tomé, finalmente cuando me pase la pastilla Reese sonrió orgulloso.

— Gracias.

— No me agradezcas. — movió su mano en restarle importancia.

Me paré de la cama y me dirigí al armario siento la mirada de Reese en mi. Pero cuando volteo a verlo su mirada no está en mi, si no en el piso.

— Pasa algo? — pregunte mientras tomaba una toalla y mi ropa para meterme a bañar.

— Nada. — negó rápidamente con su cabeza.

— Estas segur.. — me interrumpió.

— A donde vas? — arqueó una de sus cejas.

— A bañarme, que no es obvio?

— Eso ya lo sé Ginger. — no sonaba cómo los demás días. — no piensas ir al instituto en ese estado oh si?

—Tú vas a ir?

— Las primeras horas no. — rascó la parte detrás de su cabeza. — pedí permiso y como soy un buen alumno con las mejores calificaciones. — sonrió orgulloso de sí mismo.— me dieron libre.

— No. — trate de sonar lo más firme posible.

— No? — pareció confundirle mi respuesta.

— No vas a faltar a clases y perder tu promedio por culpa mía. — deje las cosas en el baño y Reese me siguió.

— No me importa Ginger. — soltó una risa amarga. — de todas formas moriremos.

— Pero una nota sirve para tu futuro Reese. — salimos del baño y nos sentamos en la cama.

— Ni siquiera se que hacer con mi vida de mierda Ginger. — apartó su mirada.

— Con el tiempo lo sabrás. — sonreí de lado.

— Pedí las horas libres. — suspiró — para quedarme contigo, aunque sea un rato y que no estuvieras aquí sola.

— No estoy sola.— aparté un mechón de mi pelo. — Fluffy está conmigo, también Mamá y Papá.

— Ellos dos no están desde ayer.

Acaso soy la única de esta maldita casa que no sabe nada?

Eres la única.

Voy a estar bien Reese . — me acerqué un poco a él. — si en caso me llego a sentir mal yo te llamaré.

Reese observaba mis labios y luego mis ojos.

Como quisiera volverlo a besar.

Esta mal y lo sabes.

Tomo mi rostro entre sus manos y por un momento pensé que me besaría pero.. no fue el beso que espere. Dejó un beso en frente y pasó ambos brazos por mi espalda, se quedó unos segundos disfrutando el hermoso momento.

The boys who lied +21Donde viven las historias. Descúbrelo ahora