Príncipes del 97 |𝐉𝐮𝐧𝐠𝐤𝐨𝐨𝐤 ✔

꧁Cincuenta y cinco꧂

                               Taeeun;

Me estiré en la cama y al recordar lo anterior en la noche, no pude evitar sonreír como tonta. Y creyendo que había sido algo irreal, miré mi mano viendo el anillo que Jungkook me había regalado. Volví a sonreír y animada me levante para irme a duchar ya que de seguro el vendría por mi para ir a desayunar juntos.

Escogí una blusa de tirantes color blanca y un short de mezclilla. Luego de vestirme me recogí mi pelo en una coleta baja, y decidí solo ponerme un poco de base y algo de labial claro.

Justo cuando me ponía perfume tocan a la puerta y supe que era Jungkook. Me sentí nerviosa así que me calmé durante unos cortos segundos para abrirle la puerta. Y ahí estaba él. Al verme me sonrió y yo le sonreí de vuelta también.

—Buenos días —besó mi mejilla—. ¿Como dormiste?

Cierro la puerta de mi y le sonrío.

—Muy bien. ¿Que hay de ti? —le pregunto y el entrelaza sus dedos con los míos.

—De maravilla —respondió viendome y volví a sonreírle.

【...】

Habíamos ido a la playa en la mañana.
Luego de eso almorzamos, y decidimos quedarnos el resto del día en el cuarto.
Jungkook en el mío -en este caso-. Solo volveríamos a salir para ir a cenar.

—Deben de estar pasandosela en grande en el crucero —digo saliendo del baño mientras recogía mi pelo en una alta coleta.

Jungkook sonrió y asintió desde uno de los sofás donde se encontraba sentado.

—Seguro que sí —me siento a su lado—. ¿Querías ir? –me mira.

—No. Si yo fui la idea de no ir para tener tiempo para nosotros —contesté sonriendo al final.

—Ah. Es verdad —rió. Tomó mi mano, (específicamente la derecha donde estaba el anillo)—. No pensé que te iba a quedar bien.

—¿Ah no?

—No. Solo...lo escogí porque fue el que más me gustó y pensé que se vería hermoso en ti. En el fondo tenía miedo de que no te sirviera —sonrió.

—Es realmente lindo. Gracias —volví a decir.

—Tu eres más linda —acarició mi cabello y yo me sonrrojé.

—¿Cuando...nos iremos del hotel? —le pregunté.

Él siguió acariciando mi cabello y respondió. —De seguro ya mañana en la tarde. Ya que los demás deben de llegar en la mañana. Lo más seguro es que en la tarde nos regresemos a Jejú —colocó un mechón sobre salido detrás de mi oreja.

Asentí despacio.

—¿Y luego de eso? —intrigué.

—Habrá una última semana —contestó él—. Y ya ahí ocurrirá la última eliminatoria y entonces, saldremos.

Volví a asentir.

—Estoy cansada —dije soltando un suspiro.

—¿Quieres dormir? —intriga él.

—La verdad sí —no pude reprimir un bostezo.

—Ok —me sonrió—. Entonces te dejaré descansar. Vengo para que vayemos a comer juntos.

—No. Espera —lo tomo de el brazo antes que se levantara.

—¿Que pasa?

—Dije que quería dormir. Pero no que te fueras —respondí y el me miró aún sin entender—. Quďdate.