Príncipes del 97 |𝐉𝐮𝐧𝐠𝐤𝐨𝐨𝐤 ✔

꧁Treinta y cuatro꧂

                        Tae-Eun;

Luego de lo que estuvo a punto de pasar entre el príncipe Jungkook y yo. Digo... si realmente iba a pasar algo, me terminé durmiendo durante el viaje. Y justo me despertaba cuando la camioneta se detenía.

—¡Llegamos! —escucho exclamar al príncipe Bambam.

Me estiro y miro a mi lado al príncipe Jungkook. Pensé encontrarmelo despierto, pero al contrario estaba profundamente dormido. Tenía los labios un poquito entre abiertos y el pelo todo desordenado.
Parecía un niño.

—Despierta a Jungkook Tae-eun, llegamos —me indica Donghyuk y asiento.

Él sale, y los demás lo siguen. Miro al príncipe Jungkook pensando en como despertarlo. Inhalo profundamente y muevo su brazo suavemente.

—Príncipe Jeon... —llamo.

Él sigue de la misma forma. Insisto, pero mueve sus labios y gira la cabeza hacia otro lado ignorando por completo el llamado. Coloco un mechón de mi cabello tras mi oreja, e insisto.

—Príncipe Jungkook despierte, ya llegamos —vuelvo a llamar.

Él empieza a moverse poco a poco, y nuevamente gira su cabeza hacia mí. Abriendo sus ojos despacio. Nos miramos.

—Ya llegamos —digo.

El cierra sus ojos fuertemente y se incorpora.

—¿Ya?

—Sí.

Asintió y yo me apresuro en recoger mi bolso para salir antes. El chófer me tendió la maleta y le agradecí con una pequeña reverencia. A penas estaba amaneciendo y aunque era ya de día era bien temprano.

—Hola —el príncipe Eunwoo se acercó a mi.

—Hola —le sonreí.

—¿Que tal el viaje? —me pregunta.

—Muy bien —le sonreí.

Justo en ese instante, Jungkook bajó de la camioneta y el príncipe Cha lo miró.

—¿Viniste en la misma camioneta que Jungkook? —cuestiona.

—Hum sí —dije.

Aunque disimuló bastante, al parecer no le gustó eso. El señor Kim Suk nos llamó y nos pidió que nos adentraramos al hotel.

La habitación en la que me iba a quedar era grandísima y estaba decorada bastante bonita la verdad.
Dejé la maleta a un lado y me quité el blazer dejandolo sobre la cama para ir hacia el balcón y abrir la cortina, luego las puertas de cristal y salir, encontrando una hermosa vista que mostraba la playa.

—Wow... —musité sorprendida. Era lindo.

Hacía un poco de frío ya que aún era temprano, por lo tanto me apresuré en entrar. Como aún me sentía cansada del viaje, decidí irme a dormir un poco más, sin embargo cuando pensaba hacerlo tocan a mi puerta.

Abro y Lisa entra sonriente a mi habitación.

—Wow, que linda tu habitación —dice mirandola.

—Sí, ¿verdad? —sonrío.

Ella asiente. Me mira entonces —¿Que ibas a hacer?

—Iba a acostarme a dormir a un rato. Tengo un poco de sueño —contesto.

Ella me mira indignada y arqueo una ceja.

—¿Que pasa? ¿Por qué me miras así?

—¿En serio te ibas a acostar a dormir? —me mira boquiabierta.