Los ojos de la pelirroja cayeron sobre mí, confundida.

—¿Recaiste? —su acento Alemán se hacía presente en su hablar.

—¿Cómo puedo recaer si nunca me levanté?

Me senté a su lado y saqué un cigarrillo de la caja que ella tenía entre su regazo, luego lo encendí. Sabía que esto estaba mal. Bajé la capucha negra que cubría mi cabello desordenado.

Exhaló—. No sé, Max me había dicho que conociste una chica y yo...pensé que intentarías dejarlo por ella.

Le di una mirada con cejas y fruncidas, a la vez puse el cigarro entre mis labios.

—Si voy a dejar toda la mierda que me hace daño no lo haré por ella.

Eso estaba claro. Sé las consecuencias que conlleva "cambiar por alguien". Cuando esa persona se vaya, volveré a recaer.

Quería ser una mejor persona para Estela, pero, sin olvidar que si cambiaba el primer motivo sería por mí.

—Quiero cambiar por mí, Jen.

Jennie quitó su mirada de mí y guardó la caja de cigarros. Se sentía mal saber que ella se sentía culpable de mi adicción. Recuerdo que ambos teníamos 15, yo estaba muy inestable y ella me ofreció un cigarro para "pasar el rato". Una persona inestable y cosas tóxicas no son una buena combinación.

También había consumido drogas, pero no me volví adicto.

—¿Discutiste con tus padres?

Cada músculo se tensó por la pregunta.

.

Defender a Cosmo «mi hermano» al parecer enojó mucho a mi padre, decía que era una atrocidad que lo defendiera. Nuestros padres ya sabían que él era gay, desde que lo saben cortaron contacto, parecía que hasta se olvidaron de que era su hijo. Y hoy, hace unas horas Cosmo llegó con su pareja a la casa para decirnos que iban a casarse.

Esa conversación terminó muy mal.

—Cada vez que vienes aquí es porque discutiste con ellos. —Ella se inclinó más a mí.

Me encogí de hombros cómo si no importara.

—¿Qué pasó...?

—No importa.

—Sí importa, deja de minimizar tus sentimientos.

Blanquee los ojos con aburrimiento y tiré el cigarrillo en el piso, aplastandolo con mí zapato.

—Lo mismo de siempre. Que soy un jodido enfermo, que fue mi culpa. Vine a olvidar un rato todo, no quiero hablar de eso —mascullé lo último entre dientes.

—Claro —rió irónica—. ¿Y tú solución para eso es fumarte todo lo que encuentres? Hades, te mereces algo mucho mejor que eso. Puedes ir a un profesional y superar tu...

—Tú también fumas —le recordé lo obvio.

Jennie no parecía contenta con mi respuesta—. No me compares contigo. —Su tono se tornó desafiante.

—Al cabo de todo, estamos en el mismo poso, Jennie.

Me contuve lo suficiente para no quitarle esa caja y agarrar otro cigarro, era complicado reprimir esa sensación de querer más y más. El mayor tiempo que estuve sin consumir algo tóxico fue una semana, porque estaba de viaje y allá no había donde pudiera comprar.

Recosté mi espalda en la dura pared tras de mí, acto que imitó ella. No sé de dónde la sacó pero, me pasó una botella de agua mineral.

—Esa chica debe ser muy especial para que Max me diga que te veías como estúpido pensando en ella —ocultó sus manos en el suéter que llevaba.

Un beso bajo las estrellas ©✓Where stories live. Discover now