Núnca te deje solo. (Zukoxtu).

Poder.

Abrí los ojos mirando fijamente a dos soldados que estaban a punto de atacarme, empecé a sentir la sangre de sus cuerpos. Los empece a controlar moviendolos a mi antojó pero por alguna razón ellos volvieron a retomar el control de sus cuerpos.

-Pero que demonios.-dije sorprendida.

Estuve todo el día intentando controlarlos pero cada vez, que lo lograba ellos volvían a retomar el control.
-AHHH, YA BASTA.- dije ya harta con mi agua control les lance una ola tumbandolos al océano.

-Tn, que sucede, ya tiraste a toda la tripulación hacia el océano.-dijo Azula llegando hasta donde estaba yo.

-Es que no lo entiendo, traiganme a 10 soldados ahora.-dije desesperada dando la orden.

-Que fue lo que pasó allá en Omashu, porque se te fue el control del bisonte.-dijo no muy convencido de lo que había pasado.

-Yo tampoco lo entiendo, nunca me había pasado eso y eh controlado animales más grandes que ese, pero en veces es más fuerte el poder mental que el físico que tienen.-dije pensando en cómo entrenar de manera diferente.

-Sera mejor que lo arregles rápido ya que seguiremos mañana a pie y será de gran ayuda.-dijo mirando el océano.

-Es complicado, la sangre control es un simple control del agua, tanto como el rayo del fuego, es como si quisiera controlar todo el océano en el día, o querer hacer un rayo muy fuerte en la noche.-dije quitándome la bata, dejándome solamente en mi traje de entrenamiento.

-Es verdad, entonces tendrías que hacerlo en la noche para recuperar todo tu poder, ya que últimamente estas usando solamente el fuego y al no usar el agua disminuye tu poder. Bueno por el momento intenta hacer lo imposible hacer lo que ningún maestro ah podido hacer.-dijo tocando mi hombro.

-Controlar mis elementos en su opuesto haciendo que mi poder aumente con más fuerza, y si hago eso mi poder estando en su punto seria poderoso. -dije pensando en las consecuencias.-Tienes razón, lo haré.-dije despidiendome de Azula para empezar a luchar con los soldados.
Cuando termine

-Oye Azula saldré quiero despejar mi mente, las veré en el punto de reunión en dos días.-dije brincando del barco.

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Llegue a un pequeño pueblo tierra, necesitaba ropa para poder mezclarme con la gente, ya que Zuko estaba aquí y tenía que asegurarme de que no hiciera una tontería. Vi en una casa ropa colgada así que me acerque la tome y me fui atrás de la casa para cambiarme de atuendo y enterrar el mio. Cuando estaba lista salí y empecé a caminar mirando los alrededores era un pueblo muy pobre y las calles demasía solas, vi a Zuko en un caballo avestruz parados frente a un puesto, dos niños le lanzaron dos huevos a los soldados que estaban jugando, me dio risa la reacción que tuvieron, se levantaron en dirección a Zuko mientras otro se dirigió a mi.

-Que te es tan gracioso niña.-dijo tomándome del brazo.

-Sueltame.-dije dejando de reír, me estiró hacia donde estaba su jefe discutiendo con Zuko.

-Te enseñaré a respetarnos niña.-dijo el jefe, pero antes de golpearme el señor puso dos bolsas de alimento en la barra haciendo que me soltaran y agarraran las bolsas de alimento.- Gracias por tu contribución el ejército aprecia tu apoyo, y por cierto cuida a tu novia o yo le enseñaré a respetarnos.-d8jo dándonos la espalda.-Sera mejor que se vayan o el castigo será mucho peor de lo que pueden soportar, créanme.-dijo tocando su martillo, para después irse.

-Idiotas no saben con quien se están metiendo.-dije apunto de lanzar les un rayo pero Zuko me detuvo la mano, lo mire y el nego con la cabeza.

-Se supone que los soldados nos deben proteger de la nación del fuego pero no don más que ladrones.-dijo el vendedor.