Capítulo 3

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-Yo no estaba "flirteando" con nadie- dijo haciendo comillas con sus dedos, estaba harto de su madre.
-¿Te crees que soy tonta Minho?, No pienso dejar que se enteren de que eres un desviado, te vas a casar con esa chica y recuperaremos nuestra estabilidad y de paso nuestra reputación no se verá dañada, así que más te vale comportarte e interesarte por Lia, si no quieres dejar tus clases de baile- Ai no, había dado en su punto débil, las lágrimas empezaban a subir por su garganta, pero no pensaba llorar delante de su madre, no permitiría que le quitase el baile, era lo único que le quedaba, estaba cansado de sus amenazas, no quería escucharla hablar, ni siquiera respirar.
-Buenas noches mamá- y se fue, ignorando los gritos de su progenitora.
Al llegar a su cuarto, cerró con llave y se permitió llorar por todo lo que acababa de pasar y de paso lloró por todo lo que había pasado en su vida, incluido el hamster que se le había muerto a los 6 años, lloró por todo, odiaba no poder ser él mismo, se arrepentía de no haber sido sincero por primera vez en su vida, le jodía inmensamente haber mentido a Jisung, ¿Que le gustaban rubias? Que ridículo eres Minho.
Después de un rato largo se quedó dormido entre lágrimas y reproches hacia sí mismo.

Había dormido regular pero se despertó feliz porque ese día tenía clases de baile, en la academia era el único sitio dónde se sentía él mismo, allí no se sentía juzgado ni atacado, como lo hacía en compañía de su madre, junto a sus compañeros se sentía protegido dentro de esas cuatro paredes.
Entrando por la puerta, sintió como en sus labios se dibujaba la sonrisa más sincera en las últimas 24 horas, por fin volvía a respirar con normalidad.
Estuvo dos horas practicando en su sala habitual, eran ya las siete de la tarde y se encaminó a los vestuarios, estaba llegando a estos, inmerso en sus pensamientos, cuando alguien llamó su atención en una de las salas, un chico se encontraba bailando solo, parecía bastante bueno en lo que hacía, sus movimientos eran muy ágiles, parecía flotar en el aire, se quedó a observarlo en la puerta intentando que el chino no notase su presencia,  después de varios minutos cotilleando algo le decía que ese chico se le hacía muy conocido, pero no podía ver su rostro ya que este se encontraba de espaldas a la puerta, imaginó que se le hacía familiar de verlo por los pasillos, hasta que este se giró y la boca de Minho casi llega a tocar el suelo, no podía ser él, estaba soñando, se había quedado tan flechado la noche anterior que su mente le estaba jugando una mala pasada y se lo estaba imaginando, sin darse cuenta se había salido de su escondite y el otro podía verlo perfectamente, ai no, el chico se le estaba acercando, era él de verdad, quería morirse de la vergüenza.
-¿Qué haces aquí?-Jisung tenía el pelo mojado por el sudor y este se pegaba a su frente, virgen santa, el corazón de Minho estaba a punto de salirse de su pecho.
-Eeehh…, Yo…, Esto…-¿Podía considerarse hacer el ridículo como un trabajo a tiempo parcial?
-Ayer estabas más hablador- Dijo Jisung colgando su toalla en su cuello y empezando a secar su pelo con ella, una sonrisa pícara se dibujó en sus labios, consciente de que estaba poniendo nervioso a Minho, con que le gustaban las rubias…, estaba a punto de soltar una carcajada, pero en lugar de eso se dirigió a los vestuarios, dejando a Minho con las palabras en la boca, no podía llegar tarde a su clase de inglés y Minho tardaría un buen rato en recordar como se hablaba.
Minho soltó todo el aire que se le había quedado atorado, si el rubio no era tonto se había dado cuenta de que lo había puesto a cien, y Jisung no parecía tonto.
-Veo que ya conoces al nuevo bailarín- dijo una voz a sus espaldas.
-Es el hermano de mi prometida- dijo tan tranquilo.
-¡¿Qué?!, ¿Es el hermano de esa tal Lia? ¡Pues vas a tener un problema amigo, porque estás coladito por tu cuñado! ¡Que bueno, me parto!- dijo su amigo Seungmin entre carcajadas.
-No sé que te hace tanta gracia, además, "yo no estoy colatido"- dijo imitando la voz de su amigo.
-Vamos Minho, que nos conocemos, ¿me vas a decir que no te gusta?- alzó la ceja izquierda.
-Está bien, un poco sí, pero no mucho, ¡Que lo conocí ayer!, Nadie puede enamorarse tan pronto- dijo alzando la voz.
- Se llama amor a primera vista Minho, ¿No lo sabías?- La cara de su amigo en estos momentos le hacía demasiada gracia, pero en realidad su situación no era para nada agradable, no le gustaba ver como este debía casarse con alguien a quien no quería.
-Va, va, tonterías, ¿Está bueno? Sí, ¿Me voy a enamorar? Claro que no, no soy tan débil- o eso quería creer.

La fuente de los deseosNơi câu chuyện tồn tại. Hãy khám phá bây giờ