Capítulo 10: El dulce chico raro.

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—¡Lárgate de mí vista!

— Papá, puedo... —intenta zafarse de su agarre.

— ¡No me importa! ¡¿No puedes hacer nada bien?! —suelta el brazo de su hija, empujándola hacía atrás.

Holly cae al suelo y ni siquiera alcanza a voltear para ver a su padre porque ya cerró la puerta, dejándola fuera de la iglesia y con lágrimas en los ojos.

En ese momento River entiende que debe irse, así que comienza a caminar lejos, pero Holly ya se percató de su presencia en el lugar.

— ¡Oye! —exclama levantándose— ¡No deberías estar aquí!

El callejón detrás de la iglesia es poco concurrido mayormente porque es algo tenebroso y a parte porque está prohibido merodear por ahí. Aunque algo tan banal como eso no iba a impedir que River pasee por aquí.

— ¡Te estoy hablando! ¡¿Eres sordo o qué?!

La paciencia no es una de las cualidades de Holly Parker.

— ¡Hey! —exclama una última vez fastidiada.

River entiende que es momento de detenerse. Cierra los ojos durante unos segundos, armándose de valor para enfrentar a la chica que tanto le llama la atención y luego voltea actuando normal.

— Hola, soy... —presentarse es un buen paso, sí.

— Sé que quién eres —le detiene Holly dándole una mala mirada y haciendo que River se encoja internamente— Está prohibido merodear por aquí.

— Yo... solo pasaba —miente actuando normal— Y ahora ya me voy...

Holly se pone a su lado.

— ¡Espera! —arquea una ceja— ¿Qué tanto viste?

"Bueno, en conclusión... vi como tu padre abusaba físicamente de ti. También psicológicamente. Presencie todas las veces que pasó porque llevo espiándote desde hace semanas."

— No mucho —decide contestar.

La respuesta tranquiliza visiblemente a Holly.

— Bien.

Ella pasa por su lado, comenzando a caminar como si nada hubiera pasado. Aquello desconcierta a River.

— ¿No vienes? —le pregunta girando un poco el rostro.

— Eh, bueno... —contesta algo extrañado.

— Mi auto está a la vuelta —le explica Holly.

Caminan en silencio hasta el estacionamiento de la iglesia. Ahí se suben en el auto de Holly y minutos después están lejos de ahí. River la observa conducir, como su cabello negro vuela gracias a la velocidad y al viento. Verla en la escuela es una cosa, verla por la ventana de su habitación, otra.

Pero es completamente distinto verla a su lado.

Holly Parker ha llamado la atención de River desde que la conoció aunque nunca intentó acercarse a ella hasta el momento porque lo intimida. ¿Una chica intimidando a River Lowell? Eso no ha pasado al menos en un siglo. Por eso para él es importante conocerla. Hace años no sentía ese nerviosismo, esa curiosidad insaciable, las ganas de mostrarle que hay mucho más lejos de este pueblucho.

— ¿A dónde vamos? —le pregunta River.

— Voy a mostrarte mi lugar especial —contesta Holly poniendo una sonrisa en su rostro.

Hasta que comience a arder [EN PAUSA]Where stories live. Discover now