Capítulo 14. CONVERSACIÓN PENDIENTE

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Abrí los ojos poco a poco, pues la luz que entraba a través de las cortinas me impedía hacerlo de una manera más rápida. Cuando mis pupilas se acostumbraron a esa claridad, pude ver al ser más maravilloso del universo a mi lado.

Jacob estaba recostado junto a mí, de lado, me miraba maravillado mientras sus dedos pasaban entre mi pelo para peinarme con delicadeza.

―Buenos días, preciosa ―me sonrió.

―Buenos días ―sonreí yo también.

Le agarré de su camiseta interior y tiré de él para que se acercara. Así lo hizo, se arrimó a mí y comenzó a besarme lentamente, poniendo empeño en cada beso, en cada contacto, en cada roce...

Despertarse así cada mañana era un privilegio.

Separamos nuestros labios, tomamos una buena bocanada de aire y nos sonreímos de nuevo.

―¿Has dormido bien? ―preguntó con un susurro―. Quitando esa pesadilla, claro.

―Sí ―sonreí otra vez―. ¿Y tú?

―Sí.

―Eso le gustará a papá ―me burlé.

―Muy graciosa ―contestó con retintín.

Se me escapó una risilla. Me dio un beso corto y se despegó de mí, echándose boca arriba en la cama.

―¿Me ducho yo primero? ―inquirí.

―Sí, que así me quedo un ratito más aquí... ―bostezó.

―Hay que ver qué perezoso ―me reí, levantándome.

Volvió a bostezar mientras se espatarraba y ponía sus largos brazos en cruz, ocupando todo el camastro, y mi boca volvió a dejar salir otra risilla.

―Voy a la ducha.

―Vale ―rezongó.

Sonreí, negando con la cabeza, y salí del dormitorio.

Entré en el enorme cuarto de baño para ducharme. Una vez que terminé de hacerlo, me puse el albornoz blanco y me desenredé el pelo.

Me disponía a salir del baño, cuando Rosalie apareció tras la puerta al abrirla.

―Hola, cielo, vengo a peinarte ―me anunció con una enorme sonrisa.

―Rose ―exclamé, encantada―. Pasa. ―Y me aparté para dejarla entrar.

Pasó al cuarto de baño como una exhalación, y con la misma rapidez, preparó todos los artilugios, incluida una silla que no sé ni de dónde la sacó.

―Siéntate ―me exhortó, señalando el asiento con la mano.

―No sabes cuánto te he echado de menos ―confesé, obedeciendo.

Mi tía soltó una risita alegre de satisfacción y enseguida se puso manos a la obra. En un abrir y cerrar de ojos, mi cabeza se llenó de tirones supersónicos y de mechones que se iban colocando en su sitio milagrosamente. En menos de cinco minutos, Rose apagó el secador de mano y mi cabello estaba perfectamente peinado.

―¡Rose, eres única! ¡Eres genial! ―alabé al ver los resultados.

―Lo sé ―suspiró con alegría.

Mi pelo lucía con esa cascada natural de rizos abiertos que solo ella era capaz de conseguir.

Me levanté, le abracé y le di un beso en esa mejilla pétrea y fría.

―Muchas gracias ―sonreí.

―De nada, cielo ―sonrió ella también. Entonces, su cara se desfiguró con una mueca de hastío―. ¿Ya se ha levantado tu chucho?

NUEVA ERA I. PROFECÍA (por mí, su autora). Continuación de mi Fanfic Despertar.Where stories live. Discover now