|𝗔𝗡𝗧𝗛𝗢𝗡𝗬| 🦋

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—Pues tus cosas, no sé. ¿Qué tal todo?

—Eh... Bien, yo qué sé, como siempre.

—¿Qué tal con Nea?

—Está mejor, aunque no del todo y...

—Digo que qué tal con ella —me interrumpió—. Ya sé que está mejor dentro de lo que cabe.

—No te sigo —confesé con las cejas arrugadas.

—Oh, vamos, sabes a lo que me refiero, pillín.

—¿Pillín? —puse una mueca de asco— Hace siglos que no se utiliza esa palabra.

—Hace siglos que se usan los móviles —soltó con diversión. Encogió sus hombros— Cada uno con sus cosas, ¿verdad?

—Bueno, mira, me voy —reí. Después abandoné el sofá con la intención de huir de allí.

—No evites el tema, vuelve aquí.

—Chao, pillina —me burlé, sintiendo asco por mí al emplear semejante tontería.

Alcancé subir dos peldaños de la escalera, pero su voz me hizo girar bruscamente, nervioso y tragando saliva.

—¿¡Sois novios!?

—¿Qué? —negué frenéticamente con la cabeza—. Nada que ver.

—Ya... Bueno... Veo cómo la miras.

—Como a todo el mundo.

—Como a nosotros no —dio un sorbo al vino de su copa.

—Porque sois mis padres, no sé, mamá, déjame —chasqueé mi lengua con molestia. Mis mejillas estaban calientes de la vergüenza.

—Te estás comportando como un niño al que pillan robando dulces de un tarro. Ven aquí —volvió a dar palmaditas al sofá.

—Nea es mi amiga —aclaré sin hacer caso a su petición—. Ya está.

—¿Te hace sentir bien su compañía o te altera estar con ella? ¿Qué sientes por ella? ¿Crees que podéis llegar a ser más que amigos algún día? Si no lo sois ya, claro. ¿Ella está por ti?

—Pero... —me quedé a medio hablar. Habló tan rápido que procesé sus preguntas con retardo—. ¿Te has quedado a gusto o qué?

—Me quedaré más aún si me respondes —sus rojos labios se curvaron en una sonrisa.

—Para empezar —avancé hasta ella—, ya no se dice "estar" por alguien, no somos críos. Y tampoco sé si "está" por mí.

—¿Y sabes qué siente tú por ella? ¿Te gusta estar a su lado?

—Me hace sentir muy bien, listo. Creo que con eso te respondo.

—Más o menos —ladeó su cabeza.

—¿Algo más?

—¿Sois novios o solo amiguitos?

—¿Amiguitos? —puse una cara de horror— ¡Mamá, basta! Modernízate un poco, por favor.

—¡Habló don cavernícola "No me des móviles"!

Me carcajeé, agitando mi cabeza.

—Supongo que somos amiguitos —aclaré.

—¿Nada más?

—Qué no —resoplé—. Con Irene te pasaba lo mismo, yo sé tener amigas. Nea es otra amiga más.

Ujum, claro. No me lo creía ni yo.

Nea era mi amiga a la que besaba cuando me venía en gana, esa amiga que me ponía el estómago como el hábitat de mil mariposas con solo mirarme o cogerme de la mano.

𝐌𝐀𝐑𝐈𝐏𝐎𝐒𝐀 ✔ Where stories live. Discover now